Las elecciones presidenciales en Turquía: la victoria de Erdogan abre un futuro incierto para el país
Estambul (AsiaNews) - La predicción de la víspera fue confirmada,
Recep Tayyip Erdogan
será el primer presidente de la República de Turquía - fundada en 1923 por
el defensor de las
teorías laicas Kemal Ataturk - elegido
por sufragio universal. Así el 52% de la
población turca ha renovado su confianza, lo que
confirma que desea ser gobernado por
un estilo "erdoganiano"
de hacer política: un modo autoritario
y arrogante de interpretar y ejercer el poder, haciendo un uso instrumental del voto popular obtenido; de manera autoritaria y que lleva a despreciar
a los que piensan diferente.
Erdogan tiene su base
de apoyo en la mayoría de la
sociedad turca, de extracción
islámica conservadora, que gracias a la larga estabilidad
política y económica de los
gobiernos de Erdogan y su partido AKP (Partido de
Justicia y Desarrollo), que es padre
maestro - como se
dice por estas tierras, la
política del AKP está determinada
por Erdogan y por Alá - en el gobierno desde
2002, le ha permitido participar
en el reparto del pastel, hasta entonces excluidos de poder kemalista.
Es la mayoría silenciosa que representa la verdad de la Turquía Anatolica, en contraposición a
aquella blanca de la costa oeste, cada vez más orientada hacia valores
diferentes. En sus primeras declaraciones
después de su victoria, Erdogan dijo que será
el presidente de todos los 77
millones turcos; También señaló
que, a pesar de haber permiso para hablar el dialecto kurdo, el único idioma
nacional es y
sigue siendo el turco. A continuación añadió que "hoy en día no sólo ganó la Turquía, sino que ganó Bagdad, Kabul, Damasco, Gaza, Aleppo, Bosnia,
Skoplie, Hamas y
Jerusalén. Ahora se une al
Estado la única nación real". En resumen, una confirmación de las visiones neo-otomanas del "Sultanato
Erdogan".
El hecho de que Erdogan siempre ha afrontado a los
que se oponían a sus ideas
políticas con desprecio y
arrogancia, incluso utilizando métodos
autoritarios como el bloqueo de Twitter, YouTube,
causando muchas reacciones entre los que se oponen a su visión autoritaria de la política, no augura nada positivo. Su campaña fue, por otra parte, con
base en el desprecio y los insultos
hacia los demás y no en un programa político real.
El 52% que
conduce a Erdogan a ser el 12 presidente de Turquía,
y el primero elegido
por sufragio universal, esconde según opiniones de
comentaristas turcos muy autorizadas, si no una
división dentro de la sociedad
turca, seguramente una herida
difícilmente ocultable.
Una grieta también se debe a la incapacidad de los dos principales partidos de la oposición CHP (Partido Republicano del Pueblo) y MHP (Partido
del Movimiento Nacionalista) para expresar un candidato
alternativo. Mientras que Erdogan
ha mantenido sus votos, los 4,5 millones perdidos por los dos partidos de la
oposición han acudido en gran parte (aproximadamente 1,8 millones) para Selahatin Demirtas, candidato de origen
kurdo del partido HDP, mientras que los restante 2.8 de millones se han abstenido.
Demirtas se presentó con un plan real para transformar la sociedad civil en Turquía, fuera
de las fronteras turcas
habituales.
El sueño de Erdogan para llegar a 2023, el
centenario de la fundación de la República
de Turquía Kemalista, encuentra un obstáculo importante, según los analistas turcos, las nuevas necesidades económicas y civiles de la
sociedad turca. Turquía necesita una
tasa de crecimiento de al menos 6%
en un programa macroeconómico equilibrado.
Así que es necesario tener un marco económico a largo plazo, un sistema de derecho liberal-democrático y una política exterior sensata que ciertamente
el autoritarismo de Erdogan no
proporciona. Y esta es también la mayor responsabilidad que se le dará a la oposición, es decir, crear esta política
global y ofrecer una alternativa
plausible al electorado turco.
28/06/2019 11:27