Las ambiciones de Dushanbe en relación con el acuerdo Irán-Arabia Saudita

de Vladimir Rozanskij

La reducción del enfrentamiento ideológico-religioso podría liberar muchos recursos y Tayikistán está tratando de posicionarse entre los primeros puestos en los futuros escenarios. Un mayor compromiso económico de Riad y Teherán en los países musulmanes de Asia Central no supondría un obstáculo para Beijing, cuyo principal objetivo es contener el expansionismo de Ankara.

Dushanbe (AsiaNews) - Irán y Arabia Saudita quieren reabrir sus respectivas embajadas el 9 de mayo, según anunció el director del departamento iraní para los Estados del Golfo Pérsico, Alirez Enayati. Está prevista una reunión de cancilleres así como una visita a Riad del presidente iraní Ebrahim Raisi. Hace apenas unos meses era difícil imaginar un acercamiento entre los dos principales antagonistas de Oriente Medio; ahora, en cambio, se ha hecho posible con la mediación de Beijing, donde se llevaron a cabo las consultas decisivas.

No se sabe qué convenció a las dos partes para aceptar un compromiso ni si China prometió algo a cambio, pero el acuerdo ha tenido una gran resonancia en todos los países más o menos directamente interesados en las relaciones con las dos potencias musulmanas. Y uno de los primeros en celebrarlo fue Tayikistán, con un mensaje que elogia el acuerdo como “un paso importante en el camino hacia el fortalecimiento de la estabilidad en todo Oriente Próximo”.

Como confirma el observador político tayiko Irshod Sulaymoni, la mejora de las relaciones entre Teherán y Riad "afecta directamente a todo Oriente Medio, el sur de Asia y, específicamente, también a Tayikistán". De hecho, uno de los dilemas de Dushanbe era la orientación hacia uno u otro de los dos gigantes islámicos, y ahora ambos pueden prestar más atención a los proyectos económicos en Tayikistán.

Arabia Saudita es uno de los principales acreedores de Dushanbe, pero hasta el momento no ha realizado grandes inversiones en el país. En este momento la distracción de Rusia, inmersa en la guerra de Ucrania, también podría alentar una mayor implicación de los países musulmanes de Asia Central, y los tayikos son los primeros "hermanos en la fe" a los que pueden ayudar. En el mundo islámico las reglas del juego están cambiando: el extremismo de los talibanes y los remanentes del Isis parece perder decididamente importancia en favor de países capaces de controlar la religión con las armas de la política.

Otro politólogo tayiko, Sherali Risoyon, en su canal de Telegram "Andeškada", también coincide en que el acuerdo saudita-iraní abre muchas posibilidades para bajar el nivel de radicalización en todo el mundo musulmán, y los efectos se sentirán sobre todo en Asia Central. “Desde 2020 la influencia de Turquía se había intensificado mucho, y ahora la coordinación entre Riad y Teherán es en cierto modo la respuesta china”, dice Risoyon, para contrarrestar el intento de reunir a todos los países turánicos. Tayikistán, con sus raíces persas, se encuentra en primera fila en este nuevo rumbo.

En los últimos años los sauditas han ayudado a Dushanbe con numerosos proyectos humanitarios a través de la fundación del rey Salman, aunque la balanza comercial se mantiene en niveles muy bajos que no superan unos cientos de miles de dólares. En cambioTeherán, que también participa en actividades benéficas en Tayikistán, lleva a cabo dos proyectos a gran escala, la central eléctrica “Sangtuda-2” y el túnel “Istiklol” y, hasta que las relaciones se deterioraron en 2015, los intercambios comerciales superaban los 165 millones de dólares.

Irán está más involucrado en los asuntos de Asia Central, pero tiene pocos recursos, mientras que los árabes ven la región sólo como una etapa de tránsito en el comercio internacional. El fin del enfrentamiento ideológico-religioso podría liberar muchos recursos, y Tayikistán está tratando de posicionarse en los primeros puestos de los futuros escenarios.

Foto: Flickr/letsgopens87