Las Iglesias de Asia se unen a la vigilia por los cristianos perseguidos
Mumbai (AsiaNews) - También las Iglesias de Asia se unen a la vigilia de oración por los cristianos perseguidos, organizada por la Conferencia Episcopal Italiana (CEI) para el próximo 23 de mayo, la víspera de Pentecostés. Como presidente de la Federación de las Conferencias Episcopales de Asia (FABC), el Card. Oswald Gracias, arzobispo de Mumbai (India), habla a AsiaNews sobre el significado de la vigilia y el papel que la Iglesia Católica tiene en el continente. (Traducción por AsiaNews)
Asia es una vasta región con muchas culturas y tradiciones religiosas, compuesto por varios y complejos contextos sociales, políticos y económicos. Incluye algunos países con diferentes ideologías y otros con diferentes sistemas políticos.
Las cuestiones sociales son una preocupación primordial de la Iglesia que no es demasiado contraria a mirar a las decisiones de política pública en términos de cómo afectan a los pobres, porque la privación y la impotencia de los pobres duele toda la comunidad. Esto contradice las ideologías - a menudo identificadas con regímenes económicos, sociales y políticos - que se traducen en un cierto grado de tensión en algunos de los lugares en los que opera la Iglesia.
La Iglesia siempre ha estado atenta a las condiciones en que las personas viven en la sociedad. Mientras que hay tensión en algunos lugares en los que operamos, los demás países deben entender que la Iglesia siempre está trabajando para el bien de la población - dedicada desinteresadamente a la construcción de la comunidad, la sociedad y la nación.
Ya que tenemos diferentes puntos de vista, a veces podemos parecer en oposición: pero la Iglesia Católica da testimonio de los valores del Reino de Dios a través de su presencia, la solidaridad con los pobres, los que sufren, los marginados, los necesitados y los que no tienen voz en la sociedad .
Todos pertenecemos a una sola familia humana y Dios es el Padre de todos. En el Reino cristiano, Jesús vino a darnos ciertos valores, a saber, que cada sociedad quiere las mismas cosas. Se diferencian en los medios y los métodos y para ello es necesario el diálogo. El diálogo triple con los pobres, con las culturas y las religiones.
Dios quiere que todos sean felices y que la Iglesia trabaje para el bien de la gente, así que yo lo veo como un reto y no como un problema.
En Asia hay una gran brecha entre ricos y pobres, y cuando esta se convierte en un sistema donde tal espacio no puede ser reducido, la Iglesia debe tomar medidas y trabajar por las economías rurales que no son impulsadas por el lucro.
Las iglesias de Asia continúan, aun rodeadas de persecución, dando este testimonio.
(Ha colaborado Nirmala Carvalho)