Laos, obreros salen a la calle contra una empresa china que no paga los sueldos

Decenas de trabajadores de una fábrica química salieron a la calle para pedir el pago de sus salarios atrasados. Un acontecimiento raro en un país que castiga fuertemente el disenso público. Según un trabajador, a los obreros chinos se les paga con regularidad, lo que no sucede con los laosianos. Los habitantes de la zona también acusan la contaminación ambiental.

Vientiane (AsiaNews/Agencias)- Decenas de obreros laosianos, empleados de una empresa química de propiedad china, iniciaron una protesta callejera para pedir se les pague los salarios atrasados que el patrón no parece querer hacer. La iniciativa representa una cosa rara en el país dirigido por el Partido comunista único, donde las manifestaciones y la expresión pública de disenso están prohibidas.

Los dirigentes del establecimiento, situado en el distrito de Xaythany, a unos 20 km de la capital Vientiane, están también preocupados por las reacciones de la población local que los acusan de contaminar la zona y arruinando para siempre los terrenos donde ellos cultivan.

El 18 de marzo, unos 70 trabajadores de las sales de potasio, usados para la producción de fertilizantes, han iniciado una protesta en las cercanías del establecimiento: ellos piden se les pague los 2 meses de atrasos de los sueldos, además se lamentan que no reciben los pagos regularmente, como sucede con los colegas chinos. “Vemos que los chinos reciben normalmente sus sueldos y nosotros, no, habla un anónimo”.

En los días pasados los dirigentes de la fábrica, una joint venture entre la china Sinohydro y el gobierno de Laos, en el cual trabajan más de 100 personas, se encontraron con los obreros y les prometieron que les pagarían un mes de trabajo. Pero quedan varios meses sin pagar y los obreros están dispuestos a reiniciar la protesta.

Entrevistado por la Radio Free Asia (Rfa), un funcionario del gobierno laosiano niega que haya habido paros y agitaciones en la zona y habla sólo de “incomprensiones ya resueltas” entre obreros y dueños de la fábrica. El malentendido habría nacido porque algunos trabajadores habrían pretendido un “adelanto”. Sin embrago, un sindicalista admite que hubo “un problema” y por esto fue enviado un representante de las instituciones.

Mientras tanto, la fábrica provocó más malestar también entre los habitantes, en su mayoría campesinos de la zona, según ellos la fábrica está destruyendo el ecosistema y su fuente de vida. “No podemos ya plantar ni arroz, ni verduras- agrega- desde cuando fue construida esta fábrica”.

Por su lado, los dirigentes de la empresa afirman que usaron tecnologías “verdes” y no nocivas al ambiente tanto cuando construyeron la fábrica, cuanto en el proceso productivo, excluyendo daños a la naturaleza circunstante.