Lahore, ex trabajador bajo arresto domiciliario: había pedido que se le pague lo justo
Muhammad Iqbal está demandando a su ex empleador, que lo explotaba por unos pocos euros al mes. En Pakistán, 2,3 millones de personas realizan el trabajo en condiciones de esclavitud. Es una práctica común para pagar la deuda del padre a través del uso del niño. 65% de mano de obra esclava es cristiana.
Lahore (AsiaNews) - Había pedido que se le pague lo justo, pero el empleador primero lo ha amenazado y obligado a renunciar; ahora vive bajo arresto domiciliario en su casa de Lahore. Es la historia de Muhammad Iqbal, uno de los muchos trabajadores de las fábricas de ladrillos de Pakistán, que ha sido utilizado desde hace años por unos pocos euros al mes. A AsiaNews informa que su vida cambió el año pasado, después de haber participado en un "seminario de la conciencia", lo que le dio la fuerza para rebelarse. "Durante años me pagaron 500 rupias (4,5 euros) por cada 1.000 ladrillos. A pesar de la ayuda de mis hijos, me pasaba todo el día sumergido en el lodo. Después del seminario pedi se me pagara 962 rupias, de acuerdo con los términos del gobierno de Punjab". Sus peticiones no han sido bien recibidos por el empleador. "Empecé a recibir amenazas - continúa - hasta de mis antiguos colegas en las barricadas en la entrada de nuestro barrio y estacionados en frente de mi casa. Mi jefe también se ha opuesto a la educación de mis hijos. Después de esos argumentos de odio, me fui de la fábrica".
El testimonio del ex trabajador forzado fue presentado ayer, durante una conferencia de prensa en el Club de Prensa de Lahore. Iqbal y otros tres compañeros de la fábrica situada en Mominpura han presentado cargos contra el ex empleador y ahora están demandados. Encontró empleo en una empresa de construcción y es pagado por el día.
Su historia es similar a la de muchos otros. En la provincia de Punjab, hay 10 mil fábricas de ladrillos. De acuerdo con el Bonded Labour Liberation Front Pakistan (Bllfp), el país cuenta con 2,3 millones de trabajadores esclavos, entre ellos mujeres y niños. Los datos recientes del Global Slavery Index ponen al país en el tercer lugar en el mundo entre los que más se empeñan en explotar a los trabajadores, sólo por detrás de India y China.
El fenómeno está muy extendido, sobre todo en las provincias de Punjab y Sindh, donde se experimenta formas modernas de esclavitud. Una de ellas es la práctica del sistema "peshgi" (avance), que cuando un miembro de la familia le pide dinero prestado, el empleador puede requerir que la deuda se pague con el uso del hijo.
En el Punjab se han aprobado una serie de normas de protección del trabajo que se debe sancionar con prácticas coercitivas. Esta es la Bonded Labour System (Abolition) Act 1992, del Bonded Labour System (Abolition) Rules 1995 y del Punjab Prohibition of Child Labour at Brick Kilns, firmada el año pasado con la intención de proteger a los hijos.
Grupos de activistas, sin embargo, se quejan de que estas normas no se aplican en gran escala. Mahar Safdar Ali, director de los programas Bllfp, informa que "el 65% de mano de obra esclava es cristiana. Los propietarios de fábricas de ladrillos prefieren contratar a los empleados no musulmanes, a sabiendas de que no tienen la experiencia, la educación y la atención sanitaria legal. La clase social marginada es ideal para el trabajo barato".
Ayer durante la rueda de prensa también discutió el caso de tres cristianos torturados y que se mantienen tras las rejas. El pasado octubre, Salim Masih, Farooq Masih y Asif Masih denunciaron al patrón por magros salarios. A su vez, este último les ha acusado de robo. La policía de Pattoki, en el distrito de Kasur, Ali añade, "los ha tomado por la fuerza de sus hogares. Ha pasado una semana y todavía no han sido llevados ante un juez. Ellos están siendo presionados para retirar la denuncia. Los propietarios de las fábricas de ladrillos tienen fuertes vínculos con los Ministerios de Trabajo y de Justicia. Ninguno de ellos ha sido castigado en este país".
08/06/2023 13:34
01/02/2021 14:08