La "tortura" de las fiestas forzadas para los jóvenes turcomanos en Año Nuevo
Malestar por la organización de las fiestas: jóvenes obligados a participar en horas de ensayos, aunque la duración se ha reducido en comparación con el pasado. Actos grabados para evitar "incidentes" en directo. Festividad ensalzada desde la época soviética, para reducir la influencia de los líderes musulmanes que reivindicaban la adhesión al calendario islámico.
Moscú (AsiaNews) - Las celebraciones del Año Nuevo en Turkmenistán están provocando una serie de perturbaciones, ante el activismo de los imanes musulmanes que impugnan la fecha, que consideran incompatible con la fe islámica. El Estado, por su parte, apoya los actos públicos, en una mezcla de herencia soviética y tradición local; la víspera de Año Nuevo se ensalzaba en tiempos de la URSS como contrapunto a las festividades religiosas, y se recurría al folclore de los distintos pueblos para hacerla especialmente suntuosa y brillante.
Por ello, los ensayos de las coreografías que se representarán a finales de año tienen lugar estos días, lo que obliga a chicos y chicas desde la escuela primaria hasta la universidad a sacrificar tiempo y energía para el éxito de los distintos actos. En la ciudad de Mari, se convocó a los jóvenes para que filmaran con antelación una de estas escenas a representar, de modo que pudiera emitirse en la televisión pública durante la noche de fin de curso en diferido, sin arriesgarse a los posibles tropiezos de la retransmisión en directo.
Cientos de estudiantes de secundaria y universitarios fueron convocados al palacio Bagt Košgi para grabar una coreografía festiva de tres horas, obligándoles a sentarse con sus trajes nacionales entre plantas y frutas decoradas y vasos de refrescos. Los presentes aplaudieron las actuaciones musicales y de otro tipo a la orden, sonriendo y expresando su "alegría espontánea" con gestos cuidadosamente preparados.
Los estudiantes se mostraron positivamente sorprendidos de que el acto durara tan poco este año, ya que en el pasado siempre duraba más de cinco horas, pero el mayor inconveniente fue el ayuno forzoso al que se vieron sometidos. Como dijo uno de ellos a Radio Azatlyk, "los profesores nos informaron de la manifestación al final de las clases de la mañana, haciéndonos dejar las mochilas en clase y advirtiéndonos de que los que no se presentaran serían suspendidos... ni siquiera nos permitieron comer un bocadillo, ni beber una taza de té". Muchos habían ayunado desde la noche anterior, ya que tienen que levantarse muy temprano y recorrer un largo camino hasta la escuela.
Permanecer sentados entre frutas y jugos que no se podían tocar era una auténtica burla para los jóvenes hambrientos, "tanto más cuanto que tenían que sonreír constantemente y mostrar su alegría, pues de lo contrario nos harían repetir la escena", dice otro estudiante de forma anónima. Las autoridades locales y la dirección de la escuela no hicieron ningún comentario a los tímidos intentos de aclaración solicitados por los periodistas.
Mientras tanto, se celebraron otras repeticiones al aire libre, de nuevo con grupos de chicos y chicas seleccionados por su atractivo, acompañados por funcionarios que organizaban un acto que se celebraría en el nuevo estadio de Merv. Justo cuando se estaba desarrollando el acto, empezó a llover torrencialmente y los chicos intentaron refugiarse; sin embargo, los representantes de las autoridades locales obligaron a todos a permanecer en el campo, con trajes deportivos y banderas verdes, pagadas con retenciones forzosas de los sueldos de los funcionarios.
Los chicos ni siquiera entendían qué escena se suponía que estaban presenciando: su tarea consistía únicamente en aplaudir y moverse sincrónicamente a la orden, expresando alegría incluso bajo el aguacero. La "tortura de la fiesta" en Turkmenistán es una tradición cada vez más practicada en la treintena postsoviética para exaltar el espíritu nacional, y las repeticiones se imponen con maníaco esmero para mostrar en televisión decorados grandiosos e impecables. No importa si es bajo un sol abrasador en verano o bajo la escarcha, la lluvia y la nieve en invierno; hay para todos, niños, jóvenes y ancianos, y no son raros los casos de hospitalización tras horas de ensayos sin comida ni bebida, pero siempre con grandes sonrisas.
13/02/2017 21:19