La 'pista sunita' entre los móviles del asesinato del ayatolá iraní Soleimani
La víctima es el ex imán de Zahedan, capital de Sistán y Baluchistán, que tenía 75 años. Estrecho colaborador de Jamenei, fue miembro de la Asamblea de Expertos. Por el momento se desconoce el motivo del asesinato y las razones del gesto. La provincia natal del líder chiita, escenario de protestas y huelgas.
Teherán (AsiaNews) - Un asesinato envuelto en el misterio y con contornos oscuros que, 24 horas después, deja abiertos varios interrogantes. Empezando por la víctima, el ayatolá Abbas Ali Soleimani, ex imán de Zahedan, capital de la provincia de Sistán y Baluchistán, de mayoría sunita, en el sudeste de Irán, donde se produjeron los enfrentamientos más violentos durante las protestas en favor de Mahsa Amini. El líder religioso murió en un ataque armado cuando se encontraba en el interior de un banco en la ciudad de Babolsar, en la provincia septentrional de Mazandaran: según la agencia de noticias Irna, el agresor -un guardia de seguridad, que fue detenido después- abrió fuego disparándole a la cabeza.
De momento, no han trascendido más detalles del incidente, ni se conoce el móvil que armó la mano del agresor, quien hirió a otras tres personas y cuya identidad sigue siendo desconocida. Lo que sí es seguro es el valor de la víctima, de 75 años, que en su día fue uno de los miembros de la Asamblea de 88 expertos llamados a designar al Líder Supremo de la República Islámica, así como un estrecho colaborador de Jamenei. Las cámaras de vigilancia mostrarían a Soleimani sentado en una silla mientras a sus espaldas el guardia abre fuego y lo hiere mientras su turbante rueda por el suelo.
El presidente iraní, Ebrahim Raisi, pidió una rápida investigación sobre el asesinato de Soleimani, apelando a las fuerzas de seguridad para que "actúen lo más rápidamente posible" para determinar "las causas del incidente" e "identificar el móvil". Entre otras versiones que han circulado en las últimas horas figura una según la cual el líder chiita se encontraba en el interior del banco cuando un hombre le quitó el arma a un guardia y comenzó a disparar. Tras un primer momento de confusión y miedo, los compañeros del guardia intervinieron desarmando e inmovilizando al atacante, que luego fue detenido.
Aunque de momento no hay más elementos y la matriz no está clara desde el punto de vista "de la seguridad o del terrorismo", como dice Mahmoud Hosseinipour Nouri, gobernador de Mazandaran, entre las pistas que se consideran plausibles está la sunita. Soleimani había sido representante personal del líder supremo Jamenei en la provincia de Sistán y Baluchistán, que limita con dos naciones de amplia mayoría sunita como Pakistán y Afganistán. Allí operan grupos extremistas opuestos al gobierno chiita de Teherán, así como bandas dedicadas al contrabando y al tráfico de drogas. Ya en abril del año pasado, un presunto extremista sunita mató a puñaladas a dos religiosos chiitas e hirió a otro en la ciudad de Mashhad.
Algunos de los enfrentamientos más violentos entre manifestantes y fuerzas de seguridad tuvieron lugar en la zona, en el contexto de las protestas por la muerte de la joven kurda de 22 años a manos de la policía de la moral el pasado septiembre en Teherán, porque no llevaba correctamente el hiyab. Entre ellas destaca la muerte de 80 manifestantes cuando las fuerzas de seguridad abrieron fuego indiscriminadamente contra la multitud indefensa. Ayer también se registraron enfrentamientos en la zona de Fanuj, tras la muerte de un joven manifestante, también a manos de la policía, mientras que en los últimos días, por segunda vez, los trabajadores de los sectores energético, minero y petroquímico se cruzaron de brazos exigiendo un aumento salarial. En un clima de protestas y descontento generalizado en toda la República Islámica, los líderes religiosos se han convertido en blanco de los manifestantes, que se han quitado repetidamente el turbante de la cabeza en señal de desafío (y desprecio), difundiendo vídeos e imágenes en Internet.