La película nacida en la cárcel de Teherán a la noche de los Oscar
«La semilla de la higuera sagrada», de Mohammad Rasoulof, en la carrera de los cinco candidatos al premio a la mejor película extranjera. Narra la represión de las libertades y el choque generacional a través de la historia de una familia durante las protestas por la muerte de Mahsa Amini. Rodada en la capital iraní sorteando la censura por un director ahora obligado a vivir en el exilio.
Milán (AsiaNews) - Cuando en septiembre de 2022 estalló el levantamiento «Mujer, vida, libertad», tras la muerte de la joven de 22 años Mahsa Amini, el director iraní Mohammad Rasoulof estaba en la cárcel por haber firmado una petición. Desde detrás de las rejas, siguió la propagación de las protestas y desarrolló la idea de dedicar una película a lo que estaba ocurriendo. Así nació el proyecto del largometraje «La semilla de la higuera sagrada», ganador del Premio Especial del Jurado en el Festival de Cannes y uno de los cinco títulos candidatos al Oscar a la mejor película de habla no inglesa que se anunciará el 2 de marzo en Los Ángeles. El cine iraní ya ha ganado este premio en dos ocasiones con las películas de Asghar Farhādi 'Una separación' (2012) y 'El cliente' (2017).
«Todo empezó cuando un importante agregado de la prisión de Evin me confesó que quería ahorcarse frente a la entrada de la cárcel», ha explicado el director, “sufría un profundo remordimiento de conciencia, pero no tenía el valor de liberarse del odio que sentía por su trabajo”. Esta historia probablemente dio origen al personaje clave de «La semilla de la higuera sagrada», Iman, un investigador estatal de un pueblo remoto, que aspira a hacer carrera y ofrecer a su esposa Najmeh y a sus hijas Rezvan y Sana una vida mejor. Al principio de la película, vemos a esta familia normal y corriente, que vive en un piso de Teherán, celebrando el ascenso de su padre a juez de instrucción y soñando con una casa más bonita. Najmeh, al igual que su marido, nació después de la Revolución de 1979. Está perfectamente encasillada en su papel de esposa diligente de un empleado del régimen y hermana de un militar. Sin ser fanática como guardiana de la revolución, instruye a sus hijas para que respeten las normas y las apariencias. Especialmente ahora, tras el ascenso de su padre, las niñas deben ser impecables en público y no despertar ningún chisme negativo.
En su nueva función, Iman se encuentra inmediatamente con un dilema: el fiscal le exige que confirme la condena a muerte de un joven por ofensa a Dios, sin haber leído siquiera el largo expediente que pesa sobre él. Su predecesor se negó y fue destituido. Es la encrucijada que determinará todas las decisiones posteriores de Iman: alinearse con el régimen y la voluntad de los dirigentes, cueste lo que cueste, se convertirá en su imperativo. También le dan una pistola para que pueda defenderse, ya que su papel le acarreará enemigos.
Mientras tanto, estallan disturbios en Teherán tras la detención y muerte de Mahsa Amini. Los teléfonos móviles de Rezvan, Sana y su amiga Sadaf devuelven imágenes y vídeos escalofriantes de los ataques de la policía a los manifestantes. En la universidad, Rezvan escapa por poco de las balas de la policía, pero su amiga Sadaf resulta herida. Su hija la lleva a casa y Najmeh también experimenta su propio dilema: si ayuda a la chica, pone en peligro la carrera de su marido. Si no lo hace, se vuelve contra sus hijas. Najmeh opta por el disimulo, calla ante su marido, pero cuando detienen a Sadaf intenta ayudar a su manera.
Pero el equilibrio de la familia está destinado a saltar por los aires ante un acontecimiento catastrófico: la pistola del juez Iman desaparece, justo entre las paredes de su propia casa. El hombre se arriesga a tres años de cárcel y al derrumbe de todos sus sueños profesionales. La búsqueda de la pistola se convierte poco a poco en la búsqueda del culpable. En el banquillo de los sospechosos, Iman pone a su mujer y a sus hijas. Involucra a un amigo policía y psicólogo que dirige los interrogatorios y somete a las tres mujeres a una muestra de lo que ocurre en las cárceles, evitando únicamente la tortura física. Al no obtener ninguna confesión, Iman pierde cada vez más el control, se vuelve paranoico y arrastra a las tres mujeres a la casa aislada de su pueblo deshabitado, donde se convierte en un auténtico torturador. Se quita la máscara de padre y marido cariñoso y empieza a comportarse como probablemente lo hace en el trabajo. Su mujer y sus hijas se enfrentan a un extraño violento y furioso, entregado a la lógica de su infernal trabajo. Mientras tanto, el director revela quién robó la pistola, un detalle muy importante que conducirá al trágico desenlace de la historia.
Tras más de tres horas de película, que fluyen sin aburrir en ningún momento al espectador, Rasoulof deja al público con muchas preguntas. ¿Cómo puede un tranquilo padre de familia convertirse en un monstruo? ¿Es posible mediar entre las razones de la propia conciencia y las órdenes de un Estado totalitario, que además dice actuar en nombre de Dios? ¿Es el ansia de poder sobre otros seres humanos lo que empuja al autor a una espiral de odio y violencia, de la que ya no puede escapar? «Tras la revolución de 1979», dijo el director, »hay extraños testimonios de fanatismo e insistencia en la ideología que distorsionan el alcance del infanticidio, el fratricidio y la búsqueda del martirio, convirtiéndolos en valores casi religiosos. En los últimos cuarenta años, la sumisión incondicional a las instituciones religiosas y políticas en el poder ha creado profundas divisiones en el seno de las familias».
Con esta historia de ficción, Rasolouf nos cuenta cómo se destruyen la confianza y el amor en el seno de una familia, poniendo de relieve el choque generacional que tiene lugar en Irán. Parece increíble, pero «La semilla de la higuera sagrada» -nominada al Oscar por Alemania- se rodó en Teherán, sorteando la censura, con gran valentía por parte de los actores y el equipo. Tras la confirmación de su condena a ocho años de prisión, flagelación, multa y confiscación de sus bienes por el Tribunal de Apelación, Mohammad Rasoulof -cuyo pasaporte fue confiscado por la República Islámica de Irán en 2017- logró escapar a Europa el año pasado. Ha realizado ocho películas, todas ellas censuradas y nunca proyectadas en Irán.
20/07/2022 10:33
30/03/2024 11:54