La parábola de Sueño georgiano

de Vladimir Rozanskij

El partido gobernante en Tiflis celebra el aniversario de su fundación. Desde 2021 su promotor, el oligarca prorruso Bidzina Ivanišvili, se ha retirado completamente de la vida pública y de cualquier cargo, aunque en la práctica sigue controlando esa fuerza política. Las críticas de los opositores: un país que no puede liberarse de los clanes en el poder y de la debilidad de las alternativas, todas ellas vinculadas a Saakashvili.

Tiflis (AsiaNews) - El partido gobernante en Tiflis, "Sueño georgiano", celebra los once años de su fundación, cuando el oligarca prorruso Bidzina Ivanishvili presentó su flamante equipo y triunfó en las elecciones de 2012. Los dirigentes de aquel momento y los actuales repiten su promesa de actuar de manera que "el poder defienda consecuentemente a la patria, la iglesia y los valores nacionales", aunque la oposición considera que hace mucho que han renunciado a esos principios, por intereses personales y por sumisión a la voluntad del Kremlin.

El nombre completo del partido es "El Sueño Georgiano de una Georgia Democrática", que nació precisamente por iniciativa del multimillonario, que hoy tiene 67 años. Ivanishvili empezó a construir su fortuna vendiendo ordenadores en la Rusia post soviética a principios de los '90 y conservó esa ciudadanía. Regresó a su tierra natal durante la "revolución de las Rosas" en 2004 y decidió dedicarse a la política cuando el presidente Mikhail Saakashvili, actualmente en prisión y en graves condiciones de salud, intentó enmendar la Constitución para permanecer en el poder. En represalia, este último privó al empresario de la ciudadanía georgiana (también tenía ciudadanía francesa), y el nuevo partido fue formalmente encabezado por su esposa, Ekaterina Khvedelidze.

Después de ganar las elecciones, en las que obtuvo el 55% de los votos con una coalición de varias agrupaciones, Ivanishvili ocupó el cargo de primer ministro sólo durante un año y medio, hasta finales de 2013, y después se dedicó al "sector social" de la política -entre otras cosas para evitar conflictos de intereses, como afirma la oposición-. Desde 2021 se ha retirado por completo de la vida pública y de cualquier cargo, aunque en la práctica sigue controlando el partido y en buena medida el mismo gobierno. Hoy todos los líderes de Sueño Georgiano le expresan con entusiasmo su agradecimiento en todas las oportunidades que se presentan, oficiales o informales, y a través de todos los canales sociales, por haber liberado al país del "régimen sangriento" del Movimiento Nacional de Saakashvili, acusado de pretender continuar los enfrentamientos armados con Rusia para recuperar Abjasia y Osetia del Sur.

Los elogios más destacados fueron del Primer Ministro Iraklij Garibashvili, según el cual "la coalición que triunfó en 2012 fue el comienzo de los procesos más importantes en la vida política y social de nuestro país, porque pudimos poner en marcha una verdadera política nacional, fortalecer nuestra soberanía, garantizar la paz y la libertad de los ciudadanos y salvar a Georgia de la destrucción total". El actual presidente del partido, Iraklij Kobakhidze, obviamente se manifestó de acuerdo, recordando que el gobierno de Sueño georgiano "es el único que ha gobernado el país sin librar guerras desde su independencia, preservando la paz en las durísimas condiciones geopolíticas de toda la región", en evidente referencia a la guerra en Ucrania, en la que el actual gobierno de Tiflis está tratando de mantenerse en equilibrio entre las partes.

Sin embargo el politólogo georgiano Gija Khukhashvili, uno de los inspiradores de la formación del nuevo partido hace 11 años, hoy es muy crítico con la cúpula gobernante, y considera que a lo largo de los años ha traicionado las expectativas de renovación: "Los protagonistas de la gran victoria de 2012 han sido progresivamente eliminados del partido, hoy ya no queda ninguno, y desde 2016 otros fueron tomando las riendas, esterilizando incluso la influencia del mismo Ivanishvili”. De hecho, en vez de reformar las instituciones, los dirigentes del Sueño Georgiano “solo se preocuparon por su propia permanencia en el poder, y todos los políticos razonables han tomado distancia… Hoy tenemos una oclocracia, dirigida por titiriteros entre bambalinas”.

Georgij Vashadze, presidente del partido "Estrategia Agmashenebeli" -en referencia al glorioso monarca georgiano del siglo XII, el santo constructor de la capital Tiflis- compara el gobierno de los últimos 11 años con un "continuo naufragio y resurgimiento del país, como un Titanic que reaparece una y otra vez entre los hielos incapaz de retomar su rumbo". Georgia no consigue restablecer la justicia y liberarse de los clanes en el poder, todos ellos dependientes de la influencia rusa. Como Khukhashvili, Vashadze lamenta sobre todo la debilidad de las oposiciones, todas relacionadas con la controvertida personalidad de Saakashvili, que no consiguen encontrar la manera de detener las celebraciones de "Sueño georgiano".

Foto: Flikr/Marco Fieber