La ofensiva en Myanmar vuelve a inflamar Manipur

La campaña rebelde contra el ejército birmano también está provocando nuevas tensiones en la zona de frontera de la India entre las milicias meitei y chin, que pertenecen al mismo grupo étnico que los kuki. Un birmano que estaba siendo atendido en un hospital de Imphal murió en un ataque contra el "invasor". Mientras tanto, la Comisión de investigación sobre la violencia, instituida por Delhi en junio, todavía no ha celebrado ninguna audiencia.

Milán (AsiaNews/Agencias) – Con la nueva escalada del conflicto en Myanmar, se agrava una vez más la situación en el vecino estado de Manipur, en el noreste de India, que desde hace más de seis meses es escenario de enfrentamientos étnicos entre el grupo tribal local kuki, en su mayoría cristianos que viven en las zonas montañosas, y los meitei, en su mayoría hindúes, que dominan la llanura de Imphal, donde tiene su sede el gobierno local encabezado por el BJP, el partido nacionalista hindú del primer ministro Narendra Modi.

Las cifras oficiales hablan de 180 muertos desde que comenzaron los enfrentamientos el 3 de mayo. Pero muchas fuentes afirman que el número real es mucho mayor. La raíz del conflicto son las reivindicaciones de los meitei sobre las tierras donde tradicionalmente viven los kuki. Pero también ha contribuido a caldear los ánimos en los últimos años el estrecho vínculo entre los kuki y el pueblo chin, que viven justo al otro lado de la frontera, en Myanmar, y pertenecen a la misma matriz étnica. Aunque el gobierno local ha sido mucho más estricto que el de la vecina Mizoram con el éxodo de refugiados de Myanmar, sacudido por la guerra civil desde hace más de dos años, los meitei han denunciado repetidamente una "invasión" en esta guerra entre pobres, en una de las regiones más marginadas de la India. Y la tensión ha vuelto a aumentar en los últimos días debido a la nueva fase de la guerra en Myanmar, donde las milicias chin han lanzado una ofensiva contra el ejército birmano y tomaron el control de algunas zonas fronterizas con la India.

Las repercusiones en Manipur no se hicieron esperar. Imphal Free Press informó recientemente sobre enfrentamientos entre grupos meitei y las Fuerzas de Defensa del Pueblo (PDF), la milicia chin que forma parte del frente que se opone a los generales birmanos. De hecho, los meitei acusan a estos grupos paramilitares de apoyar a los kuki en los actuales enfrentamientos armados en Manipur.

El periódico local informa de que un miliciano murió y otros cinco resultaron heridos en un atentado con dinamita perpetrado el 22 de noviembre por las People’s Defence Force, mientras que el mismo día otro grupo armado meitei se habría enfrentado con la milicia chin en Thanan, al otro lado de la frontera en Myanmar, alrededor del mediodía. Además, en otro incidente separado, un hombre birmano fue asesinado el 23 de noviembre en el Instituto de Ciencias Médicas Jawaharlal Nehru (JNIMS) en Imphal. Cuando se supo que el hombre había sido ingresado en el hospital para recibir atención médica, una turba perteneciente a la comunidad meitei irrumpió en el complejo hospitalario del gobierno y atacó al hombre.

Este tipo de incidentes confirman que la situación en Manipur sigue siendo explosiva. Más de seis meses después del comienzo de los enfrentamientos, la única intervención real del gobierno central sigue siendo el bloqueo de la red de datos. Precisamente ayer el observatorio indio Internet Shutdowns señaló que, habiendo superado ya los 200 días de interrupción, el de Manipur se ha convertido en el segundo bloqueo de Internet más duradero en la historia reciente de la India, sólo por detrás del que se prolongó durante nada menos que 552 días en Cachemira tras la revocación del Artículo 370 de la Constitución.

Por otra parte en todos estos meses el primer ministro nunca ha visitado Manipur y durante mucho tiempo ni siquiera quiso comentar los enfrentamientos. Resultan paradójicos los resultados obtenidos por la Comisión de Investigación a la que Nueva Delhi había encomendado en junio la tarea de reunir pruebas sobre los episodios de violencia que se produjeron en mayo. En todos estos meses los tres comisarios designados no han celebrado todavía ninguna audiencia, ni en Delhi ni en el lugar. Y recién esta semana invitaron a los interesados a presentar "declaraciones, acusaciones o reclamos" en forma de declaración jurada dentro de los próximos 45 días.

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