11/12/2024, 15.02
PAPÚA NUEVA GUINEA
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La mina de Bougainville busca financiación, pero siguen sin resolver los daños ambientales

La isla, que pide su independencia de Papúa Nueva Guinea desde finales de los años '80, busca fondos para dar comienzo a las actividades mineras en Panguna, con la aprobación de Port Moresby. Pero un informe publicado en los últimos días señala que las fuentes de agua y el suelo todavía contienen metales y sustancias tóxicas, a pesar de que la planta estuvo cerrada 30 años debido al conflicto civil.

 

Port Moresby (AsiaNews/Agencias)- Ishmael Toroama, jefe de gobierno de la región autónoma de la isla de Bougainville, anunció que está buscando inversores extranjeros para reabrir la mina de Panguna, la tercera mina a cielo abierto de oro y cobre del mundo, que hasta 2016 estuvo en manos de la empresa angloaustraliana Rio Tinto. Anteriormente también se habían dado a conocer las declaraciones de James Marape, primer ministro de Papúa Nueva Guinea, según las cuales la isla debe poder encontrar por sí sola una financiación que cubra al menos la mitad del presupuesto. "Comenzamos con la independencia económica como base fundamental, porque recién cuando tenga el capital podrá sostenerse por sí mismo", dijo Marape en una conferencia en Sydney. Los ingresos de Bougainville, equivalentes al 7%,  no son suficientes para “levantarse y ponerse en marcha”. Debemos llevarlos lo antes posible cerca del 50% de los financiamientos”, especificó Marape.

La isla de Bougainville forma parte geográficamente del archipiélago de las Islas Salomón, pero pertenece a Papúa Nueva Guinea, de la que intentó independizarse en el pasado. Los daños medioambientales provocados por la explotación de la mina exacerbaron las aspiraciones de autonomía, y en 1989 una insurrección armada desembocó en un conflicto civil y al menos 15.000 personas murieron en los enfrentamientos, que duraron hasta 1998. El proceso de paz, que comenzó en 2001 con el acuerdo de Arawa y fue mediado por Nueva Zelanda, llevó a un referéndum en 2019 - que todavía no ha sido ratificado por el Parlamento de Papúa Nueva Guinea - en el que más del 98% de los ciudadanos se manifestaron a favor de la independencia. .

En enero de este año el gobierno de la región autónoma otorgó una licencia para la exploración de cobre a Bougainville Copper Limited (BCL), según la cual en 20 años la mina Panguna debería generar 36 mil millones de dólares en ingresos. Antes de que fuera cerrada en 1989, la mina representaba la mitad de las exportaciones de Papúa Nueva Guinea.

"Debemos firmar nuevos memorandos de entendimiento con Rio Tinto y Bougainville Copper Limited para comenzar las obras en las infraestructuras obsoletas que suponen riesgos graves e inminentes para las comunidades involucradas y para continuar las negociaciones", comentó Toroama. "Bougainville sigue siendo una lección, una advertencia, un recordatorio de lo que no se debe hacer en el desarrollo del sector de los recursos", añadió.

Pero hasta el momento no se ha llevado a cabo ninguna obra de restauración ambiental. Un informe publicado en las últimas semanas señaló que, incluso después de 30 años de inactividad, la mina Panguna sigue siendo una fuente de graves daños ambientales, cuyo precio debe pagar la población indígena. Los terraplenes de la mina, las carreteras y varios edificios antiguos corren un riesgo extremo o muy elevado de derrumbarse, dice la "Evaluación de impacto del legado de la mina de Panguna", elaborada tras un recurso que presentó un grupo de ciudadanos contra Rio Tinto en 2020. La empresa no aceptó pagar una indemnización a la población, pero financió la investigación que llevó a cabo la organización Tetra Tech Coffey.

El documento continúa diciendo que las inundaciones provocadas por la mina han tenido impacto en el cultivo de tierras agrícolas y en el acceso al agua y a los servicios esenciales. Además, se relevó la presencia de sustancias químicas tóxicas en viejos tanques de almacenamiento, en contenedores de envío, en una planta de tratamiento de las aguas residuales y en algunas muestras de suelo. Y aunque la calidad del agua del río Kawerong-Jaba, a lo largo del cual viven entre 12.000 y 14.000 personas, ha mejorado con los años - leemos -, algunos manantiales siguen siendo tóxicos debido a la contaminación por metales.

“Ha llegado el momento de que Rio Tinto dé la cara y exprese su compromiso a la población, a fin de recuperar la confianza como empresa y como institución”, comentó Theonilla Roka Matbob, que forma parte del gobierno local de Bougainville. "¿Por qué es tan difícil para Rio Tinto utilizar la misma energía que empleó hace 34 años cuando construyó la mina, para gestionar y controlar los daños que ha provocado?", añadió.

En agosto de este año ya se firmó un primer memorando de entendimiento entre Río Tinto, Bougainville Copper Limited y el gobierno local para el saneamiento ambiental de la ciudad de Panguna. Pero la limpieza prevista por el acuerdo no cubre una serie de áreas de riesgo identificadas por la evaluación de impacto ambiental. Tras la publicación del informe, el director general Kellie Parker se limitó a declarar: "Seguimos comprometidos a trabajar estrechamente con las partes interesadas para garantizar que el legado de la mina Panguna se aborde de manera justa y equitativa en beneficio de las comunidades afectadas".

 

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