La mayoría de los rusos no quiere ayunar en Cuaresma
Sólo el 2% está dispuesto a comprometerse en las prácticas ascéticas de los 40 días. El 30% tratará de limitar el consumo de bebidas alcohólicas; el 15% está dispuesto a interrumpir las relaciones sexuales: el 19% a renunciar a las diversiones y a la información de entretenimientos. La Cuaresma ortodoxa exige una férrea dieta vegetariana: completa abstinencia es más un valor socio-cultural que religioso.
Moscú (AsiaNews)- Tres cuartos de los rusos (el 73%) tiene intenciones de continuar con el habitual régimen alimentario durante la Cuaresma, sin ayunos ni abstinencias. Según el calendario de la Iglesia ortodoxa, la Cuaresma se inició el pasado lunes 27 de febrero. Este año, los ortodoxos festejan la Pascua en la misma fecha que los católicos (16 de abril), como sucede cada cuatro ó cinco años. Los dos calendarios, juliano y gregoriano, difieren entre sí por una distancia de 13 días (el 25 de diciembre, día de Navidad, cae así el 7 de enero para los rusos), pero la Pascua es calculda de manera distinta, debido a divisiones aún más antiguas.
Según un sondeo de uno de los principales institutos rusos de estadística, el Centro “Levada”, el 18% de los entrevistados está dispuesto a hacer un pequeño sacrificio (renunciar a la carne y al vino); sólo el 4% tiene intenciones de seguir las estrictas prescripciones de la Cuaresma rusa, que extiende a todos los fieles las reglas monásticas de la completa abstinencia de toda comida de origen animal, lo cual implica llevar una férrea dieta vegetariana, y esto sólo en la Semana Santa; apenas el 2% está dispuesto a comprometerse por los cuarenta días previstos.
Ha de ser dicho que al ayuno cuaresmal se liga de modo particularmente significativo a la misma identidad rusa, que atribuye a estas prácticas ascéticas (con muchos períodos de ayuno durante el año, no sólo en Cuaresma) un valor decididamente superior a cuanto considera la tradición occidental. El sacrificio cuaresmal no se refiere solamente a los alimentos sino al estilo de vida por entero. En el sondeo, solamente el 30% de los rusos tratará de limitar el consumo de bebidas alcohólicas; el 15% está dispuesto a interrumpir las relaciones sexuales; el 19% a renunciar a las diversiones y a la información de entretenimientos (nueva frontera del ayuno eclesiástico).
Semejantes estadísticas revelan que después del “renacimiento religioso” de los años noventa, que siguió al derrumbe del régimen ateo, en cambio de aumentar, la práctica religiosa está disminuyendo de modo decisivo. Sondeos similares en Occidente se centran en la frecuencia con que se asiste a las funciones religiosas dominicales y festivas, pero en la tradición ortodoxa rusa, que también considera importante dicha frecuencia, los indicadores más importantes se refieren justamente a las prácticas ascéticas como la Cuaresma y los ayunos, propuestos a los fieles como el verdadero signo de pertenencia a la Iglesia misma.
En realidad, la Iglesia ortodoxa rusa no tuvo nunca una presencia tan imponente en la vida del país. De las 6.800 iglesias abiertas desde 1986, al finalizar el período comunista, actualmente se pasó más de 30.000, en 250 diócesis y sumando más de 800 monasterios, asistidas por casi 30.000 sacerdotes. Se dice que el clero ya ha alcanzado las dimensiones del italiano, que hace cincuenta años atrás superaba los 50.000 miembros. En total, la Iglesia rusa no sólo recuperó las dimensiones estructurales que tenía antes de la revolución, sino que hoy se presenta incluso con una fuerza mucho mayor, más difundida y capilar de lo ha sido en toda su historia; y esto frente a una participación práctica y meramente nominal de la población, tal como confirman, de hecho, las últimas estadísticas.
El “renacimiento religioso” parece hoy más bien ambiguo, representando más un fenómeno de identidad socio-cultural que una conversión masiva: los rusos se consideran a menudo “ortodoxos no creyentes” o al menos “no practicantes”, al igual que ocurre con muchísimos cristianos occidentales. Rusia en realidad es uno de los países que menor participación en las prácticas religiosas, entre aquellos de Europa y de América. Por otro lado, la Cuaresma se inició con el “Domingo del Perdón”, en el cual cada uno pide a a su prójimo que le perdone sus pecados: la conversión, entonces, siempre es posible.
18/05/2017 16:44