La iglesia católica, desde hace 50 años en diálogo con otras religiones
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - "La Iglesia católica es consciente de la importancia que tiene la promoción de la amistad y del respeto entre hombres y mujeres de diversas tradiciones religiosas". La frase que el Papa Francisco dirigió al inicio de su pontificado a los representantes de las Iglesia y comunidades eclesiales y de otras religiones, confirma la importancia que sobre todo después del Vaticano II, la Iglesia católica da al diálogo con los creyentes de otras creencias, por otro lado evidenciado por el hecho mismo que el mismo Francisco ha querido firmar personalmente en los inicios de agosto, el mensaje anual de augurios a la comunidad musulmana para la fiesta de la finalización del Ramadán.
Es un "diálogo de la amistad", llevado adelante en el curso de los últimos seis pontificados, de Juan XXIII a Benedicto XVI. Hay algunos documentos de los Dicasterios (ministerios) de la Curia Romana, que se refieren al diálogo interreligioso. En total, se trata de 909 documentos, de los cuales 7 textos conciliares, 2 de juan XXIII, 97 de Pablo VI, 2 de Juan Pablo I, 591 de Juan Pablo II, 188 de Benedicto XVI, 15 de la Curia Romana, 3 textos legislativos y 4 de la Comisión Teológica Internacional.
Llegado a su tercera edición, el volumen, como evidenció el cardenal Jean-Louis Tauran, presidente del Pontificio Concejo para el diálogo interreligioso contiene también 188 intervenciones dedicados por Benedicto XVI en siete años de pontificado al diálogo interreligioso. Además "como sus predecesores, Benedicto XVI confirmó que la libertad religiosa es un derecho sagrado e inalienable y no perdió ocasión para sostenerla. Convencido que negar o limitar en manera arbitraria la libertad religiosa significa cultivar una visión reductiva de la persona humana y hace imposible la afirmación de una persona auténtica y duradera de toda la familia humana (Mensaje para la jornada de la paz, 1 de enero 2011, n.1.4), Benedicto XVI individuó en el proceso de globalización mundial, aún en curso, una ocasión para promover relaciones de universal fraternidad entre los hombres".
Una síntesis "telegráfica" de los contenidos de los volúmenes fue dada luego por el p. Miguel Angel Ayuso Guixot, M.C.C.J., secretario del Pontificio concejo. "Se puede comenzar por Juan XXIII, que en el discurso de apertura del Concilio Vaticano II (11 de octubre 1962) invitó a promocionar la unidad basada sobre la estima y el respeto que aquellos que siguen las diversas formas de religión no aún cristianas nutren hacia la Iglesia católica, y no solo la unidad de laa familia cristiana y humana, la unidad de los católicos, unidad con los cristianos no aún en plena comunión (Gaudet Mater Ecclesia, *8.2). También la encíclica "Pacem in Terris (11 de abril 1963), Juan XXIII ponía en guardia: "No se deberá confundir al error con el errante, también cuando se trata de un error o de un conocimiento inadecuado de la verdad en campo moral o religioso. El errante es siempre un ser humano y conserva, por lo tanto, su dignidad de persona, va siempre considerado y tratado como sea conveniente a tanta dignidad" (n.83)".
"Pablo VI, en la "Ecclesiam Suam" (6 agosto 1964), expresó la profunda convicción que "la Iglesia debe dialogar con el mundo en el cual se encuentra viviendo; la Iglesia se hace palabra; la Iglesia se hace mensaje; la Iglesia se hace coloquio (n.67)".
"Juan Pablo I, si bien en su breve pontificado de 33 días, se encaminó en el camino de su Predecesor, "llamando a todos a la colaboración para poner un dique, al interior de las naciones, a la violencia ciega y en la vida internacional, promover la elevación de los pueblos menos favorecidos".
"Juan Pablo II desarrolló la "cultura del diálogo". Sería imposible hacer el elenco aquí todos los encuentros que han constelado su pontificado. Me agrada recordar cuando, en 1986 en Asís encontró a los seguidores de todas las religiones del mundo para una Jornada de Oración. O cuando, en 2002, luego de los dramáticos acontecimientos de nueva York y Washington del 11 de septiembre 2011 y las trágicas en medio oriente, propuso un Decálogo para la paz a los Jefes de Estado y a los Representantes de los Gobiernos de todo el mundo".
"En los 50 años de la apertura del Concilio Vaticano II, Benedicto rebatió que, para encontrar el verdadero espíritu del Vaticano II, se debe volver a la "letra", o sea a sus textos. Para ilustrar la apertura de la Iglesia están las dos Declaraciones: "Nostra Aetate" (28 octubre 1965) y "Dignitatis Humanae" (6 diciembre 1965). En la primera, considerada como la "Magna Charta del diálogo", encontramos en reconocimiento del bien presente en todas las tradiciones religiosas, La segunda insiste sobre la libertad, propia de cada hombre, de seguir su propia conciencia en ámbito religioso. En 50 años se han hecho pasos significativos hacia las etapas indicadas por el Concilio Vaticano II y por los últimos cinco papas, pasos documentados en este volumen".
17/12/2016 13:14
01/09/2021 15:28