La guerra truncó sus estudios: cinco jóvenes de Taungngu ingresan al Seminario del PIME
Pertenecen a las etnias karen y kayan. Terminaron el Seminario Menor de Leiktho hace dos años, pero no pudieron estudiar teología en Rangún a causa del conflicto provocado por el golpe militar. Ahora podrán continuar en Monza su preparación para el sacerdocio junto a los futuros misioneros del instituto. "Pasamos los días trabajando en el campo, rezando y jugando. Ahora tendremos una oportunidad única de crecer".
Milán (AsiaNews) - El martes 5 de abril, cinco jóvenes de Myanmar llegaron a Italia y fueron recibidos en la comunidad del seminario misionero del PIME en Monza. Están aquí para comenzar un largo camino filosófico y teológico para realizar su proyecto de servir a la Iglesia como sacerdotes. Sus nombres de pila son Justin y Sebastian (22 años), Leonardo y Graziano (21 años) y Pío (20 años). Proceden de la diócesis de Taungngu, fundada por los misioneros del PIME, presentes en Myanmar (entonces Birmania) desde 1867.
Myanmar se ha sumido en la violencia debido al sangriento golpe de Estado del primero de febrero de 2021. Por esta razón y por las restricciones a la vida social impuestas por la pandemia, los cinco jóvenes tuvieron que interrumpir sus estudios.
Sebastián cuenta: "Han pasado casi dos años desde que logramos llegar al seminario nacional de Rangún para comenzar nuestros estudios filosóficos y teológicos. Nos quedamos en el seminario menor de Leiktho, una pequeña ciudad a media hora de Taungngu. Pasábamos los días trabajando en el campo, rezando y jugando, pero no podíamos tener clases ni estudiar". "La situación no podía seguir así”, continúa Leonardo. “Nuestro obispo nos preguntó si estábamos dispuestos a hacer el camino teológico en Italia". Justin agrega: "Estamos muy contentos de haber venido a Italia. Nuestras familias también, porque ven que podemos lograr algo que hubiera sido imposible en Myanmar".
Los jóvenes son muy conscientes de que han entrado en un seminario específicamente misionero. Pío, el más joven, parece tener las ideas claras: "Esta es una oportunidad única para crecer y madurar. Y un día, si me convierto en sacerdote, quiero compartir el espíritu misionero con todo el mundo". Graziano está "contento de que el obispo nos haya propuesto venir a Italia: en Roma está el fundamento de nuestra fe católica". En la diócesis de Taungngu hay otros dos estudiantes de teología (que no vinieron a Italia) a los que sólo les quedan dos años para completar sus estudios. En el seminario menor hay alrededor de diez alumnos.
Los jóvenes, tres de etnia karen y dos de etnia kayan (dos de los pueblos de Myanmar) proceden de familias católicas que viven de la agricultura. En sus pequeños pueblos, católicos, budistas y bautistas conviven sin probemas. El conflicto es provocado por el ejército, que con el golpe de Estado del año pasado destruyó el difícil camino hacia la democracia y la libertad. El ejército, bajo las órdenes de la junta militar criminal, ataca pueblos, comunidades y objetivos de la comunidad católica: los soldados matan, hieren y detienen a numerosos creyentes. Destruyeron casas e iglesias, y muchas familias y comunidades religiosas se vieron obligadas a huir de sus hogares y pueblos para refugiarse en los bosques o en lugares lejanos. La violencia también azota las zonas de origen de nuestros jóvenes. Gracias a Dios, sus familias no han sufrido las peores consecuencias.
El obispo Isaac Danu, ante la imposibilidad de brindar formación espiritual y académica a los cinco jóvenes prometedores en un plazo determinado, pidió al superior del PIME que acogiera al menos a dos de ellos. Como es de esperar, dejó que los jóvenes hicieran su elección vocacional con total libertad. El seminario de Monza se enteró de que en realidad había cinco jóvenes interesados, y enseguida aceptó recibirlos a todos. De este modo, el seminario, que ha organizado varios encuentros de oración por el pueblo de Myanmar, acompaña concretamente a la querida Iglesia birmana en un momento tan trágico.
Para el seminario del PIME es un compromiso bastante oneroso. Los jóvenes tienen que pasar ocho años en Monza para estudiar la lengua: cursan dos años de filosofía, un año de espiritualidad y cuatro años de teología. Al seminario concurren 60 alumnos, de modo que la disponibilidad logística está agotada, toda una maravilla en los tiempos que corren.
Hemos estado esperando a Justin, Sebastián, Leonardo, Graziano y Pío y ahora estamos entusiasmados de tenerlos entre nosotros. Serán libres de decidir su propio camino. Los acompañaremos ofreciéndoles lo mejor que tenemos: una comunidad internacional (una decena de naciones están representadas aquí) que es numerosa, vivaz y amistosa; un buen programa de formación; una escuela teológica atenta a los temas internacionales, interculturales, de diálogo y misioneros; amigos dispuestos a hacer que se sientan como en casa. Comienza un nuevo y prometedor capítulo en la historia de la amistad entre Myanmar y el PIME.
Gracias a todos los que son solidarios con nuestra labor. Gracias a quienes ayudaron a estos jóvenes a conseguir sus visados en Myanmar para este nuevo inicio en el camino de la vida. En particular, queremos agradecer a la embajadora italiana Alessandra Schiavo, -amiga del pueblo birmano y de los misioneros del PIME- por su activo apoyo.
* Misionero del PIME, decano del Seminario Teológico Internacional del PIME
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