La guerra etnocultural de Moscú

de Vladimir Rozanskij

Un nuevo proyecto de ley apunta a salvaguardar los valores "rusos" frente a los occidentales. "Desnazificar" Ucrania y "desoccidentalizar" a todo el mundo ruso. Se exalta la originalidad y la "superioridad" de Rusia.

Moscú (AsiaNews) - Vjačeslav Volodin y Valentina Matvienko, los presidentes de la Duma y del Consejo de la Federación -las dos cámaras del Parlamento ruso- presentaron un proyecto de ley sobre el "patrimonio inmaterial etnocultural de Rusia". El objetivo de la iniciativa es preservar y reforzar la espiritualidad de los rusos mediante un registro federal oficial en el que puedan resumirse todos los "valores auténticos" de los distintos pueblos esparcidos por el inmenso territorio euroasiático.

A primera vista, la ley parece ser una enésima lista burocrática de bienes artísticos y culturales a proteger, pero la intención de los legisladores es estimular un nuevo "sentido de la tierra", el "počvenničestvo" que fue uno de los grandes ideales de los pensadores eslavófilos del siglo XIX. El objetivo final es "construir un fundamento espiritual para oponerse a Occidente y sus pseudovalores", una de las razones esgrimidas para justificar la invasión de Ucrania.

Matvienko, ex gobernadora de la región de Leningrado y una de las políticas de mayor confianza del presidente Putin, es la principal defensora de la campaña, a la que se han sumado algunos de los senadores más influyentes. La mujer lanzó la idea de la nueva ley en septiembre del año pasado, durante un foro parlamentario de Yaroslavl dedicado al "patrimonio histórico-cultural de Rusia".

El prólogo del texto aclara que el "patrimonio inmaterial" de Rusia es "una parte importante del patrimonio común de toda la humanidad en tantos ámbitos de su actividad y un poderoso medio para promover la unificación de los pueblos de Rusia, los valores étnicos y la afirmación de su identidad cultural". El concepto se resume en el término eslavo "samobytnost" (esencia de sí mismo), que fue invocado por poetas como Pushkin y Venevitinov tras la guerra de Napoleón.

Dicho concepto exalta "los estilos de vida, las tradiciones y sus formas de expresión, así como las tendencias contemporáneas". La lista presenta los distintos tipos de folclore, los colectivos de bailarines y cantantes, las numerosas exposiciones de los museos, la tradición oral y mucho más. El proceso burocrático implica la intervención del Ministerio de Cultura, que concederá el derecho e impondrá la obligación de incluir las distintas dimensiones del patrimonio etnocultural en la lista federal, y dispondrá de fondos y medios financieros dedicados a esta gran obra, a la que Putin ya ha dedicado el año 2022 como "año del patrimonio cultural de los pueblos de Rusia".

El propósito general del proyecto promete extenderse más allá de los artículos de la ley, o de las iniciativas que se organicen a lo largo de este año. Tanto Matvienko como Volodin insisten en la necesidad de llevar a cabo una crítica radical y una sustitución efectiva de los "llamados valores occidentales". Estos valores occidentales fueron vertidos e impuestos en Rusia durante las últimas décadas con el dinero y el dominio de la información global: "ya tenemos muchos valores propios de gran importancia, y no necesitamos los suyos".

La guerra de "desnazificación" de Ucrania con soldados y armas va acompañada de una guerra aún más radical y "metafísica": la de la "desoccidentalización" de todo el mundo ruso, que se libra con las artes y la danza, los museos y exposiciones que exaltan la originalidad y la superioridad del alma de los rusos, y de los pueblos vinculados a ellos.