La guerra de los chamanes
Desde el comienzo de la guerra en Ucrania, en las regiones de Buriatia, Tuva, Irkutsk y Altaj, donde el chamanismo está muy extendido, se han multiplicado las invocaciones y los conjuros. Y según sus propios relatos, actualmente hay 17 chamanes que participan en las acciones bélicas, ya sea como voluntarios o como reclutas.
Moscú (AsiaNews) - Tal y como documenta un reportaje de la agencia de prensa Ljudjam Bajkala, en vísperas de las elecciones presidenciales, que el presidente Vladimir Putin ganó más tarde por goleada, los chamanes de Siberia organizaron varios rituales propiciatorios para apoyarle. El primero fue el chamán de la ciudad de Angarsk, en la región de Irkutsk, Artur Tsybikov, que ya el 20 de diciembre había encendido una hoguera en la carretera principal, arrojando en ella ofrendas a los espíritus, galletas mezcladas con leche y vodka, relatando que "tras este ritual, el dios buriato Bukhe Iojon se me apareció desde el cielo, asegurándome que aprobaba el deseo expresado de la victoria de Putin". El día elegido para el inicio de estos rituales fue el "Día del FSB", dedicado a los miembros de los servicios de seguridad, y también porque "en estos días [18 de diciembre] nació Stalin".
Tsybikov, de 50 años, es el presidente de la asociación 'Cielo siempre azul' (Večno sinee nebo), y es uno de los chamanes más mediáticos de Rusia. Su popularidad se había extendido tras el holocausto ritual de cinco camellos en Angarsk en 2019, que fueron previamente asesinados y luego desmembrados y arrojados al fuego, un ritual diseñado "para fortalecer a Rusia". Desde el inicio de la guerra en Ucrania, estas invocaciones y conjuros obviamente se han multiplicado. Según declaró él mismo a los periodistas, actualmente hay 17 chamanes participando en las acciones bélicas, como voluntarios o reclutas, aunque no reveló sus nombres, y sólo uno de ellos habría muerto en el frente, "probablemente por falta de fe".
Los familiares enterraban al difunto 'a la antigua usanza', cuenta Tsybikov, enterrándolo directamente bajo tierra, mientras él realizaba el ritual de acompañar el alma al cielo, para 'reunirse con sus antepasados' mientras quemaba sus ropas y pertenencias en el fuego. Ahora el chamán traspasado 'ayuda a sus compañeros directamente desde el cielo', y Artur con los otros chamanes también participa en los combates actuando 'desde la distancia'. "Cuando me llaman por teléfono oigo silbar las balas, gritan que están rodeados y piden ser rescatados", explica Artur, "entonces rezamos y realizamos rituales, y así creamos pasillos para que puedan salir del asedio, sus comandantes toman la decisión correcta y se marchan sin ninguna pérdida".
Las actividades de los chamanes no sólo sirven a soldados individuales, sino a todo el ejército ruso, como cuando en enero se decidió "realizar un ritual para Avdeevka, y los espíritus nos revelaron que habría fuertes lluvias, luego niebla que detendría a los drones ucranianos, y el asalto fue un éxito". Los chamanes han apoyado la "operación militar especial" desde el principio, recordando el llamado del chamán supremo de Rusia, Kara-ool Dopčun-ool (una figura reconocida por el Estado), quien ya el 10 de marzo de 2022 pidió a los soldados rusos que "fueran intrépidos", y el chamán del Altai, Artem Ignatenko, también declaró que Vladimir Putin "se preocupa por la gente", y que la operación especial "comenzó en el momento justo".
Entre los movilizados en el frente, muchos proceden de regiones donde el chamanismo está muy extendido, Buriatia, Tuva, Irkutsk, Altai. El antropólogo moscovita Dmitry Doronin explica que "la comunidad chamánica está mucho más extendida y es más compleja de lo que parece en la prensa", y los chamanes rara vez intervienen en cuestiones políticas; sobre todo curan enfermedades, ayudan a la gente a decidir cómo gastar su dinero, en qué universidad matricularse o qué coche comprarse. "A nosotros, como racionalistas europeos, nos gustaría que todo constara en acta, incluso las posiciones políticas, pero eso no es lo que debe esperarse de los chamanes, ellos sienten el espíritu de la gente y del pueblo, y actúan en su nombre".
El chamán de 36 años de Ulan-Ude, Enkhe Tsydenov, afirma que "los familiares de los soldados acuden a nosotros, nos piden que les hagamos rituales... la gente no quiere luchar y morir, la guerra es algo terrible, pero hay que hacerla, porque no se puede ir contra los que están en el poder". Así que "nuestros compatriotas no tienen la culpa, y sólo podemos rezar por ellos"; incluso en los rituales chamánicos, como en los de la Iglesia ortodoxa rusa, se han introducido oraciones "por la Victoria".
20/11/2017 11:47
03/11/2023 13:17