La feliz infancia obligatoria de Asjabad

de Vladimir Rozanskij

El presidente Berdymukhamedov pide programas de "descanso adecuado" durante las vacaciones de verano, y los medios de comunicación estatales ensalzan el cumplimiento de los convenios internacionales. Pero la realidad habla de cientos de miles de niños que no pueden alimentarse adecuadamente, mientras que en las ciudades los mayores de cinco años ya pueden dedicarse a lavar coches y ayudar en los puestos del mercado o en las obras de construcción.

Asjabad (AsiaNews) - El 1 de junio, Turkmenistán celebró también el Día Internacional de la Defensa de la Infancia, en los días de la "campanada final" de las escuelas, y el gobierno de Asjabad anunció una serie de "programas especiales" para garantizar a los niños una "infancia feliz", con condiciones dignas para la educación y el recreo en vacaciones. Sin embargo, según las investigaciones de Radio Azatlyk, no muchos turcomanos comparten esta visión ideal de la infancia.

Algunos habitantes de la velayat balcánica afirman que "los éxitos de estos programas se quedan sólo en el papel de los informes de los medios de comunicación estatales", mientras que ser niño en Turkmenistán "no es nada fácil ni divertido". Cientos de miles de niños no pueden alimentarse adecuadamente, y en muchas familias ni siquiera se come carne una vez al mes. Muchos niños pasan el día en la calle, intentando arrancar alguna fruta de las plantas que encuentran tiradas por ahí.

En la ciudad de Turkmenbashí hay tantos niños mendigando por las calles, rebuscando en la basura y empujando carritos en el mercado que uno se pregunta si al menos hay algunos que no se ven obligados a estas actividades desesperadas. Un paquete de comida para bebés, que debería bastar para alimentar a los más pequeños durante quince días, cuesta 550 manat, cuando la subvención estatal para el cuidado de un niño asciende a un máximo de 300 manat.

Estas dificultades, dicen los habitantes de los Balcanes, conducen a menudo a la ruptura de las familias, a frecuentes divorcios en busca de parejas al menos un poco mejor dotadas materialmente, y los padres suelen abandonar a sus hijos en manos de abuelos y parientes para buscar trabajo en el extranjero, por lo que "los niños se quedan huérfanos con sus padres aún vivos". El continuo deterioro de las condiciones económicas obliga a menudo a los niños a pasar sus vacaciones realizando trabajos ocasionales, como trabajar en campos de algodón o pastorear rebaños en zonas agrícolas.

En las ciudades, los mayores de cinco años ya pueden dedicarse a lavar coches y ayudar en los puestos del mercado, en las obras o transportando mercancías a las tiendas. Si pueden encontrar alguna actividad con un mínimo de remuneración, "entonces sí, los niños se sienten felices", dice otro entrevistado, porque se sienten superiores a los que vagan por las calles sin conseguir nada, o sólo recogen bolsas de plástico por unos céntimos de recompensa.

En la última sesión del Consejo de Ministros, el presidente de Turkmenistán, Serdar Berdymukhamedov, dio instrucciones al viceprimer ministro para que organizara programas de "descanso adecuado" durante las vacaciones de verano para los niños, de modo que pudieran disfrutar de actividades dedicadas en los centros de vacaciones dedicados a ellos en Geokder, en la zona turística de Avaz y en todos los velayats del país. Enviar a un niño durante 20 días a uno de estos centros cuesta entre 4.500 y 5.000 manat; sólo la inscripción cuesta 2.000 manat, el resto se destina a ropa y material necesario, mientras que un profesor recibe un máximo de 2.000 manat al mes, por lo que sólo unos pocos niños de familias de alto rango pueden ir a los centros de vacaciones de verano.

Los medios de comunicación estatales, por su parte, repiten que en el país "existen todas las condiciones adecuadas para una vida feliz en la infancia y, sobre todo, para un buen descanso en vacaciones", adhiriéndose con entusiasmo a las declaraciones y textos oficiales de las convenciones internacionales, de la ONU y de La Haya sobre los derechos de los niños y su protección contra toda violencia y opresión.

Foto: Analytical Center para Asia Central