La esperanza de los católicos en Asia Central
Mons. Mumbiela Sierra, obispo de Almaty (Kazajistán), fue elegido hace pocas semanas primer presidente de la nueva Conferencia de Obispos Católicos de Asia Central. Explicó a AsiaNews: “Es una experiencia de fraternidad muy importante para el crecimiento de nuestras comunidades. Somos una periferia que da testimonio del amor de Dios por el mundo entero”.
Roma (AsiaNews) - Monseñor José Luis Mumbiela Sierra, obispo de Almaty, en Kazajistán, cumplirá 53 años el 27 de mayo y desde fines de abril es el primer presidente de la nueva Conferencia de Obispos Católicos de Asia Central (CVCAC). Él mismo cuenta a AsiaNews cuál ha sido su trayectoria: ordenado en 1995 sacerdote diocesano en Lleida (España), tres años después fue enviado como misionero fidei donum a Kazajistán, primero en la parroquia de Šymkent y luego en el seminario interdiocesano de Karaganda.
“Ahora es un seminario internacional, incluso tenemos estudiantes de Rusia y Georgia -dice el obispo-. En este momento hay unos diez seminaristas y ya empiezan a volver sacerdotes locales como educadores y maestros, después de haber completado su preparación en Roma. A fines de mayo asumirá un nuevo rector, el padre Ruslan, de nacionalidad kazaja”. Desde 2011 Monseñor Mumbiela Sierra es obispo de Almaty, la principal ciudad del país: “Hoy tiene cerca de 2 millones de habitantes y en la región viven 8 millones de los casi 18 que hay en todo Kazajistán, poco menos de la mitad de la población total, y por lo tanto aquí los católicos también son más numerosos, junto con la región de Astaná”.
Excelencia, ¿cómo nació la nueva Conferencia Episcopal?
“Es un acontecimiento muy importante, no solo desde el punto de vista organizativo sino también para el crecimiento de las comunidades católicas en todos los países de Asia Central. No somos el único caso de conferencia transnacional, están por ejemplo Bélgica y Dinamarca, y también Camboya y Laos: Iglesias que no son numerosas, muchas de ellas Iglesias nuevas que necesitan apoyarse unas a otras. Es un paso muy importante para las comunidades más pequeñas, que hoy están muy felices de tener como punto de referencia a la Iglesia de Kazajistán. En este momento ella cuenta con 4 diócesis, más de 40 parroquias y 90 sacerdotes. La Conferencia no solo permite solucionar cuestiones eclesiásticas, es una gran experiencia de fraternidad entre obispos y sacerdotes-administradores, la posibilidad de poner en común nuestras experiencias y contribuir a la unidad entre los fieles y entre todos los pueblos de las distintas naciones que componen esta nueva estructura".
¿Cuántos miembros tiene y cuáles son las diferencias entre los países que la componen?
“La CVCAC incluye a los obispos y administradores apostólicos de Kazajistán, Kirguistán, Uzbekistán, Tayikistán, Turkmenistán, Mongolia y Afganistán, y también participan como invitados los hermanos de Azerbaiyán. Son países que tienen una larga historia en común, caracterizada por una cultura asiática de origen nómada que constituye un puente entre diferentes civilizaciones. Entre nosotros nos comunicamos principalmente en ruso, aunque utilizamos también nuestras lenguas de origen porque no todos han aprendido suficientemente ese idioma. En estas zonas los católicos se dividían tradicionalmente en el grupo de origen polaco y el de origen alemán, pero esa composición ya resulta obsoleta porque muchos han emigrado y las familias se han mezclado étnicamente. Estamos viviendo una nueva página en la historia de la Iglesia católica en Asia Central”.
¿Hay relación con otras confesiones religiosas?
“Ese aspecto es realmente muy importante, sobre todo en Kazajistán pero no solo aquí. En Bakú (Azerbaiyán) también es muy intenso el diálogo ecuménico e interreligioso. Entre nosotros hay precisamente una tendencia hacia la unidad entre religiones y culturas. En Kazajstán se realiza desde hace treinta años un encuentro de representantes de las religiones, y este año en septiembre recibiremos la visita del Papa Francisco. Participan las múltiples variantes del islam, los hermanos ortodoxos y de otras confesiones cristianas, los judíos, budistas, krishnitas y muchos más".
¿Y tienen relaciones con el resto del continente asiático?
“Los obispos de Kazajistán participamos desde hace años como invitados en la Conferencia Episcopal Continental. Después de todo, nuestro país no está solo en Asia Central y tiene territorios orientales en común con la cultura china e india, es muy extenso aunque no muy densamente poblado. Veremos si también nosotros podemos recibir como invitados a representantes de otras Iglesias de Asia".
¿Cómo están viviendo este año tan difícil, con los enfrentamientos de enero en Kazajistán y la guerra entre Rusia y Ucrania?
“Las tensiones de enero ya se han superado, ha comenzado un nuevo camino para toda la comunidad kazaja. Se están llevando a cabo grandes cambios en la vida social y una reestructuración de la representación política y del gobierno. Pronto tendremos un importante referéndum constitucional y vemos que las oposiciones políticas también están participando constructivamente en las reformas. Todas estas novedades no involucran de modo inmediato la vida de las comunidades religiosas, son cuestiones políticas que no nos afectan directamente.
Los acontecimientos de la guerra en Europa sí nos afectan profundamente, repercuten directamente por la presencia de muchos ucranianos y rusos entre nosotros, ciudadanos kazajos y refugiados o emigrantes recientes. Las dificultades se sienten sobre todo en las familias, donde hay grandes divisiones, y también en nuestras mismas comunidades, en los pueblos pequeños, en las muchas expresiones de la vida social que ponen a las personas unas junto a otras. Hay tantas tensiones que es difícil conservar la unidad y también hay consecuencias para la economía. En realidad Kazajistán no sigue la política de Rusia y se mantiene neutral, y por eso las consecuencias más graves de las sanciones solo nos afectan en forma marginal. Por ahora vivimos en la normalidad”.
¿Quiere añadir algo más para describir el camino de la Iglesia en Asia Central?
“Estamos esperando al Papa Francisco en septiembre. Será un momento importante no solo para Kazajistán sino para toda la región, para nuestras comunidades y para todo el pueblo. La expectativa por el Papa es generalizada, no solo entre los católicos, porque muchos consideran que es fundamental el rol del Papa Francisco en el mundo, sus palabras en defensa de la paz y de apoyo a los pobres y marginados. Somos una periferia que da testimonio del amor de Dios por el mundo entero”.
16/05/2024 13:10
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