La economía se derrumba en Corea. La Iglesia, cerca de los que sufren

La crisis desencadenada por la pandemia ha devastado el mercado laboral, que en el mes de junio perdió 352.000 salarios. Se trata del cuarto mes consecutivo de caída en el sector, que atraviesa la peor racha desde octubre del 2009. El gobierno promete inyecciones de liquidez, pero los trabajadores de mediana edad arriesgan quedar desempleados. El compromiso de la Iglesia: “Vamos a capacitarlos en nuevas habilidades”.

Seúl (AsiaNews) - Por cuarto mes consecutivo, crece la tasa de desempleo en Corea del Sur. En el mes de junio, tal como informa Yonhap, el mercado laboral perdió 352.000 trabajadores: es la primera vez, desde octubre del 2009, que se registra una racha negativa de esta duración.

El colapso, según la Oficina Nacional de Estadísticas, es consecuencia de la crisis global provocada por la pandemia. La explosión del Covid-19 ha impedido el desarrollo de la actividad industrial y el consumo: la cuarentena impuesta por las autoridades ha vaciado las calles, con un fuerte impacto en la venta minorista.

La reacción del gobierno fue garantizar a la población masivas inyecciones de liquidez para las empresas y bancos, pero para el sector manufacturero y la industria pesada el verano promete una mayor caída en sus operaciones. Los rubros de venta minorista de productos alimenticios y el turismo también se encuentran en dificultades; cabe recordar que Corea del Sur fue el segundo país - después de China - en registrar los primeros casos de coronavirus.

Algunos analistas consideran que lo peor aún no ha llegado y que los datos reales de la economía podrá verse en la segunda mitad del 2020. En lo que respecta al mercado laboral, la franja etaria en mayor riesgo es la que va de los 40 a los 55 años: demasiado jóvenes para jubilarse, y demasiado mayores para ser nuevamente contratados después de los despidos de estos meses.

La Iglesia Católica, según dice una fuente a AsiaNews, “es consciente de este problema y está procurando soluciones prácticas. Nadie debe ser dejado atrás en esta crisis, pero es evidente que también hay problemas reales para los empleadores. Sin embargo, olvidar a estos trabajadores significaría privar de un ingreso y de dignidad a decenas de miles de familias”.

Ante esta situación, agrega la fuente, “estamos evaluando cómo se puede intervenir. Una de las soluciones propuestas, que es una de las más convincentes, es crear cursos de capacitación laboral, para que los trabajadores en riesgo puedan adquirir nuevas habilidades. Pensamos que es posible brindar nuevas herramientas a estos jefes de familia, para que puedan reciclarse y volver a ingresar al mercado laboral, quizás, con nuevas perspectivas”.