La economía de los rusos en el quinto mandato de Putin
Moscú introducirá pronto nuevas cargas fiscales para apoyar el esfuerzo bélico, con el riesgo también de drásticas intervenciones sobre el ahorro bancario. Y mientras el rublo sigue devaluándose, crece el uso del oro como activo refugio.
Moscú (AsiaNews) - El escenario que se abre tras la reelección de Putin y las perspectivas de una nueva escalada de la guerra en Ucrania (y quizá en otros frentes) se complica por las difíciles perspectivas de la economía rusa ante los efectos más incisivos de las sanciones occidentales, que pronto decidirán qué hacer con los activos del Banco Central de Rusia en el extranjero. Esta es una de las batallas decisivas de la guerra en curso, que no se librará con bombas, sino con estrategias financieras. El economista ruso Andrej Jakovlev comentó estas emergencias de los rusos en Grani.Vremeni, advirtiendo de que "ahora es el momento de guardar los ahorros".
El primer comentario se refiere a la muerte de Aleksej Naval'nyj y la posterior consagración de Vladimir Putin como presidente de Rusia, afirmando que "no hay nada inesperado en estos acontecimientos, no había muchas esperanzas y ahora hay aún menos ilusiones de que todo pueda volver a una votación normal". Esto se remonta a la sentencia de Stalin de que "hay que liquidar a los enemigos dondequiera que estén", pocos días antes del asesinato de Lev Trotsky en México.
Más allá de las condiciones de terror y represión, según Jakovlev, "cuanto más dura la guerra, menos dinero queda en el bolsillo". El gobierno introducirá pronto nuevas cargas fiscales, que rozarán el 20% para una parte considerable de la población, como nunca antes se había visto. El economista explica que "el poder está rompiendo su acuerdo con la clase media de las grandes ciudades y las capas más altas de la sociedad rusa para intentar canalizar toda la capacidad económica hacia la guerra". La reelección de Putin, más allá de tantas declaraciones cosméticas, sirve para reavivar los esfuerzos del país en el conflicto con Ucrania y Occidente.
Los que ganan más de 100.000 rublos al mes (mil euros) serán cada vez más acosados para sostener la guerra, y se trata de toda la "clase media" rusa, empezando por los médicos y los profesores, y desde luego no de los grandes oligarcas, para quienes muy poco cambiará. Jakovlev afirma que "la guerra es mucho más importante para Putin que la vida de los rusos", y volveremos a las convulsiones de los primeros años poscomunistas, cuando muchos trabajadores recibían sus salarios de forma irregular y especialmente limitada..
El riesgo es que todos los ahorros bancarios de los rusos queden congelados para emergencias bélicas. Los sistemas financieros funcionan hoy de forma diferente que en el pasado, y al Estado le resulta más fácil controlar las cuentas y los bonos. Hay billones de rublos en depósitos, sobre todo de empresas y no de ciudadanos individuales, que "siguen en juego en las calesitas financieras", y el Kremlin les tiende la mano.
Muchos intentan salvar su dinero atesorando efectivo, pero la continua devaluación del rublo está causando pérdidas cada vez más importantes, e incluso la compra de bienes inmuebles en estos momentos es decididamente poco rentable, tanto en Rusia propiamente dicha como en los territorios ocupados de Ucrania, donde se pueden comprar con poco dinero grandes parcelas de tierra y bienes inmuebles cuyo destino se confía a los imprevisibles vientos del gran conflicto local y mundial.
El curso del rublo varía de mes en mes en una curva descendente que parece imparable, y muchos desde el comienzo de la guerra han empezado a comprar oro, que hoy representa el activo refugio para los rusos que intentan salvar su capital acumulado, dada la dificultad de cambiar rublos a divisas fuertes, y no sólo a yuanes chinos. Si un ruso quiere hoy salir del país y vender propiedades, para luego comprar algo en Occidente en dólares o euros, debe intentar transferir sus activos a otros países "amigos", desde los que luego llega a su destino por rutas complejas, respaldado por garantías en oro u otros activos protegidos. Algunos intentan establecerse en el extranjero y luego regresan a Rusia si los planes no se cumplen, como les ocurrió a los banqueros Friedman y Aven. La conclusión de Jakovlev es que "la economía rusa avanza hacia la perspectiva de un retorno al control estatal al estilo soviético, no de forma inmediata, sino dentro de dos o tres años", y éste será el sello distintivo del nuevo mandato de Putin sobre la vida de los ciudadanos rusos, incluso más que las "operaciones militares especiales" y la movilización en el frente. Quienes han acumulado capital en los últimos años tendrán que inventar cada vez más rutas alternativas para escapar de la voracidad del Estado guerrero del zar Putin V.
Foto: Flickr /Alexandr Samoyluk
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