La carrera de obstáculos de las campañas contra la polio en Afganistán y Pakistán
Son los dos únicos países del mundo donde el virus sigue circulando y provoca parálisis en niños y recién nacidos. Los talibanes no quieren realizar campañas puerta a puerta por miedo a su propia seguridad. Mientras que en Pakistán los trabajadores siguen siendo víctimas de ataques terroristas y las familias son extremadamente cautelosas con las vacunas.
Kabul (AsiaNews/Agencias) - Tras conocerse la noticia de que los talibanes habían suspendido la campaña de vacunación contra la polio, fuentes internas comunicaron que no se ha emitido ningún decreto oficial al respecto, y el Ministerio talibán de Salud Pública ha expresado su voluntad de llevar a cabo la campaña de vacunación en las mezquitas en vez del enfoque puerta a puerta que se ha empleado hasta ahora.
Sin embargo, los especialistas en salud señalan que este método también podría poner en peligro décadas de esfuerzos para erradicar el virus, y provocar una nueva epidemia, porque la mayoría de las familias que viven en zonas remotas no pueden llevar a sus hijos a la mezquita para recibir las dos dosis de la vacuna. Y los casos notificados hasta ahora lo demuestran: de los 18 que se registraron este año (frente a 6 en 2023), 11 se detectaron en Kandahar, el centro de poder de la conducción talibán, donde desde hace años, debido a las restricciones a las operadoras mujeres, la vacunación se realiza en la mezquita.
"En el resto de Afganistán no hay problemas con las operadoras que vacunan contra la polio, y en las zonas donde tenemos trabajadoras, no tenemos casos", dijeron algunos operadores locales a The Guardian. Antes de la reconquista talibán en agosto de 2021 las mujeres jugaban un papel fundamental en la campaña de vacunación, haciéndose cargo de concienciar a las madres y entrando en espacios prohibidos a los hombres. Por eso se les permitió a las mujeres seguir trabajando en el sector de la salud, a pesar de una serie de otras prohibiciones impuestas por los talibanes a las actividades femeninas. Pero en las aldeas rurales de las provincias del sur que limitan con Pakistán varias mujeres dijeron que se habían visto obligadas a renunciar debido a las restricciones a su libertad.
Pero éste no es el único motivo que obligó a los talibanes a revisar la campaña de vacunación. "La razón del aplazamiento de la campaña contra la polio son los problemas que acarrea la forma en que se implementa", explicó un funcionario de salud de forma anónima. "El gobierno actual nos ha ordenado que no realicemos campañas puerta a puerta" por razones de "seguridad", siguió diciendo la fuente. “En el sur, particularmente Kandahar, es donde viven los líderes talibanes, a quienes les preocupa que las campañas puedan revelar su ubicación a amenazas extranjeras”. O a los miembros del Estado Islámico, que en los últimos años han atacado reiteradamente los centros de poder talibán.
En el pasado, los servicios de inteligencia estadounidenses también habrían utilizado falsas campañas de vacunación para localizar terroristas, alimentando la desconfianza pública y la difusión de noticias falsas por parte de líderes religiosos.
Pakistán es también el único país del mundo, junto con Afganistán, donde la polio todavía circula entre niños y bebés. Se propaga principalmente a través de agua contaminada y provoca parálisis irreversible. Este año se registraron 18 casos, aunque probablemente sean muchos más. La mayoría de ellos se han reportado en Baluchistán, en la frontera con Irán y Afganistán, y no es casualidad. A pesar de los esfuerzos del gobierno paquistaní, que la semana pasada reclutó a 286.000 operadores sanitarios para vacunar a 33 millones de niños menores de cinco años, ya se han producido dos ataques contra trabajadores de la salud y el personal policial encargado de protegerlos.
Los combatientes de Tehreek-e-Taliban Pakistán (los talibanes paquistaníes o TTP) y los combatientes del Estado Islámico de Khorasan (IS-K) que se encuentran en las regiones a lo largo de la frontera afgana atacan a los equipos contra la polio porque sospechan que son espías del gobierno. La semana pasada hombres armados no identificados mataron a un operador contra la polio y un policía, y en respuesta el personal policial convocó a una huelga, exigiendo la intervención del gobierno. Más de 200 personas, en su mayoría mujeres, han perdido la vida en los últimos años en ataques contra los operadores de la campaña contra la polio.
Pero a menudo son las propias familias las que piden al personal médico que registre como realizada una vacunación que nunca se llevó a cabo debido a la desconfianza hacia las vacunas. Según un estudio sobre la población de Peshawar, por ejemplo, el 79% de los padres no querían vacunar a sus hijos porque temían que hubiera ingredientes prohibidos por la religión.
26/03/2024 15:13