La batalla de su madre por Nimisha, una enfermera cristiana condenada a muerte en Yemen
En los últimos días la Corte Suprema de Delhi permitió a Prema Kumari viajar a Yemen para intentar que a su hija le concedan el indulto. La mujer administró una alta dosis de sedantes que provocó la muerte de Talal Abdo Mahdi, quien le había ayudado a fundar una clínica pero después le quitó el pasaporte para impedir que huyera. La comunidad de origen de Nimisha en Kerala también se unió a la causa.
Nueva Delhi (AsiaNews) - Hace dos días la Corte Suprema de Delhi concedió permiso a Prema Kumari para viajar a Yemen, derogando una ordenanza de 2017 que prohíbe a los ciudadanos con pasaporte indio viajar al país de Oriente Medio debido a las malas condiciones de seguridad y a que la India no tiene allí una presencia diplomática. Prema intentará volver a casa con su hija, Nimisha Priya, negociando el precio de sangre con la familia del hombre al que Nimisha ha sido acusada de matar, crimen por el cual el Consejo Supremo de Justicia de Yemen la condenó a muerte.
La joven se trasladó a Yemen en 2008 con sólo 19 años, cuando acababa de terminar sus estudios de enfermería con el apoyo de la iglesia local. Nimisha encontró trabajo en un hospital público de la capital, Sanaa, y escribió a su madre, que trabajaba como empleada doméstica, diciéndole que sus días de pobreza y penurias pronto terminarían.
Pero las cosas no fueron como ella había pensado. En 2011 Nimisha regresó a casa para casarse con Tomy Thomas, un matrimonio organizado por su familia. Los recién casados regresaron a Yemen, donde Thomas encontró trabajo como ayudante de electricista. En diciembre de 2012 nació su hija, Mishal, pero el dinero no alcanzaba y el padre volvió con la niña a Cochín, donde ahora conduce un tuk-tuk. Mientras tanto, Nimisha había decidido abrir su propia clínica, pero había un problema: la ley yemení le exigía tener un socio local. Ella se puso de acuerdo con Talal Abdo Mahdi, quien tenía una tienda de telas. Su esposa había dado a luz en la clínica donde trabajaba Nimisha y en enero de 2015, cuando Nimisha tuvo que regresar a la India para el bautizo de su hija, Mahdi fue con ella.
Nimisha y su marido habían pedido dinero prestado a amigos y familiares y juntos reunieron 5 millones de rupias (60.000 dólares) para la clínica. Nimsha, confiada, inició también los trámites burocráticos para que su familia se reuniera con ella en Yemen, donde entretanto había estallado la guerra civil. Aunque el gobierno indio evacuó a 4.600 ciudadanos, Nimshal decidió quedarse. "Habíamos invertido tanto dinero en la clínica que ella no podía sencillamente levantarse e irse", dijo Thomas a la BBC.
Sumado al problema del conflicto, las cosas también empezaron a complicarse con Mahdi. Los abogados de la enfermera afirman que, cuando él viajó con Nimshal a Cochín, "robó una fotografía de la boda de Nimisha" y después "la manipuló para demostrar que estaba casado con ella". También "la torturó físicamente y le robó todos los ingresos de la clínica". En varias ocasiones "la amenazó con una pistola" y, finalmente, "le quitó el pasaporte para impedir que se marchara". Cuando Nimisha acudió a la policía, "en vez de tomar medidas contra Mahdi, la encerraron durante seis días". Este tipo de abusos son frecuentes con los trabajadores extranjeros en el Golfo, que a menudo no pueden escapar precisamente debido a que los empleadores árabes les retiran sus pasaportes.
En 2017 los titulares decían: “Nimisha Priya, enfermera malayali arrestada en Yemen por matar a su marido y descuartizar su cuerpo”. Fue un shock para Tomy Thomas. En realidad Nimisha, cansada de los abusos, había intentado deshacerse de Mahdi, pero no era su intención matarlo, explicó K.R. Subhash Chandran, activista por los derechos de los migrantes y abogado que representa a la madre de Nimisha ante la Corte Suprema de Delhi. “Nimisha también es una víctima”, comentó. "Mahdi le había confiscado el pasaporte y ella estaba tratando de recuperarlo. Entonces intentó sedarlo, pero murió porque la dosis de sedantes era excesiva".
El 13 de noviembre el Consejo Supremo de Justicia de Yemen rechazó el recurso presentado por Nimisha y confirmó la condena a muerte de la enfermera, concediendo sin embargo, de conformidad con la ley islámica, que la familia de la mujer pague a la familia de Mahdi el precio de sangre, es decir, una cantidad de dinero como compensación.
La comunidad de origen de Nimisha, que estaba al corriente de los abusos y la violencia perpetrados contra las trabajadoras en el Golfo, se movilizó para salvarla. Un conocido magnate de Kerala, por ejemplo, ya ha destinado 10 millones de rupias (112.000 dólares) a la causa, apoyada también por un colectivo, el “Save Nimisha Priya International Action Council”.
“Iré a Yemen y haré todo lo posible para que le concedan el indulto”, dijo su madre, Prema Kumari, que también vive en Cochín. “Me disculparé y les diré: 'Quitenme la vida pero, por favor, perdonen a mi hija'. Nimisha tiene una hija pequeña que necesita a su madre".
Pero a pesar del permiso que le ha concedido la Corte de la capital, no será un viaje fácil para Prema, que irá acompañada por Samuel Jerome, un indio que trabaja como director general de una empresa aérea en Sanaa. La Corte Suprema ha pedido a la madre de Nimisha que presente una declaración jurada en la que afirma que viaja bajo su propia responsabilidad. En efecto, Saná está controlada por los rebeldes hutíes, que, apoyados por Irán, luchan contra el gobierno de Yemen, cuya sede se encuentra en la ciudad de Adén, en el sur del país. La India no reconoce a los hutíes. Prema y Samuel tendrán que volar a Adén y luego afrontar un viaje de al menos 12 horas en coche para llegar a Saná y negociar con la familia de Mahdi para que a Nimisha se le conceda el indulto.
25/07/2022 11:52