La ausencia del mariscal Haftar podría llevar al fracaso de la Conferencia de Palermo
En la Conferencia de Palermo se aguarda -quizás, en vano- su llegada. Sin él, resulta imposible encontrar una solución política duradera. Los intereses de Francia y de Rusia. Apuntar a la recuperación económica. Libia sigue dividida entre Este y Oeste, a merced de 1.500 milicias diferentes y de 200.000 “combatientes”.
Bengasi (AsiaNews)- Hoy se inicia en Palermo la Conferencia Internacional por Libia, que cuenta con la participación de varios exponentes políticos libios e internacionales que durante dos días deliberarán sobre las perspectivas de pacificación y reunificación política del país, para respaldar los esfuerzos llevados a cabo por la ONU. En el plano político interno, Libia sigue estando dividida entre Este y Oeste, a merced de 1.500 milicias distintas y de 200.000 “combatientes”, que si bien cobran un sueldo del gobierno oficial, reciben órdenes de las milicias.
El gobierno de Acuerdo Nacional con sede en Trípoli, presidido por Fayez Al Serraj, fue instituido en febrero de 2016 en base a los tratados de Sukhayrat alcanzados en Marruecos y firmados bajo la égida de la ONU el 17 de diciembre de 2015. Éste fue el primero en firmarse. Según fuentes líbicas a las que pudo acceder AsiaNeews, el mariscal Khalifa Haftar, que en principio quería estar presente, decidió finalmente boicotear el encuentro, tras recibir garantías de parte de los rusos y de los ingleses. El gobierno italiano continúa siendo optimista y aguarda su llegada. Un escritor libio actualmente viviendo en El Cairo y cercano a Haftar, al ser contactado por AsiaNews, afirmó que el mariscal incluso podría llegar con demoras a Palermo, aunque se negaría a entablar un diálogo con Al Serraj, considerando esta posibilidad prácticamente remota.
La Conferencia de Palermo, organizada por iniciativa del gobierno italiano con un fuerte apoyo de los EEUU, es la instancia que sigue tras el patente fracaso de la Conferencia Internacional de París y el malogrado intento de encarar posibles elecciones en diciembre. Según muchos analistas líbicos, Italia entendió los errores de la Conferencia de París y extendió la invitación a todos los países interesados, entre ellos, a Argelia- que alienta la unidad del territorio líbico- a Túnez y a Egipto, además de a Turquía, Qatar y los Emiratos reuniendo al diablo con el agua bendita.
Francia, uno de los países que más han contribuido a la “Primavera líbica” pretende recoger o cosechar frutos en términos político-económicos. Francia, que reconoce el gobierno de Trípoli, guiado por Fayez Al Serraj, sostiene simultáneamente -y esta es su carta ganadora- al mariscal Haftar, actualmente de 75 años, Jefe del Ejército nacional líbico (LNA) y verdadero patrón de Cirenaica, ahora apoyado, también, por Moscú. Ningún acuerdo sobre Libia puede tener un efecto concreto si no es con la presencia clave de todas las figuras influyentes en el terreno. Y el mariscal Khalifa Haftar es uno de los que tiene numerosos contactos y lazos locales e internacionales. Italia, a diferencia de Francia, prefiere tener un rol de mediador: la Conferencia, de hecho, tiene por título: “Por y Con Libia” y Palermo podría ser una ocasión irrepetible de diálogo directo entre las partes.
Francia se hizo representar por el ministro de Relaciones Exteriores Jean-Yves Le Drian, dando una clara señal de “la voluntad francesa de colaborar con la iniciativa” italiana. Sin embargo, todavía es temprano para decir si este gesto podría significar el fin de la rivalidad ítalo-francesa, conformándose al deseo de Washington. Cabe destacar que esta vez también está presente Rusia, nuevo actor, que piensa construir dos bases militares en la parte oriental de Libia.
En la Conferencia de Palermo también participa el libanés Ghassan Saalmé, enviado especial de la ONU para Libia. Él, al igual que el General Haftar se encuentra muy cerca de la posición de París. Pero en esta ocasión, viene acompañado por su vice, la americana Stephanie Williams. Personas cercanas al enviado de la ONU informan a AsiaNews que Salamé, presionado por Washington, tiene intenciones de invitar a todas las partes líbicas a una Conferencia nacional a principios del año próximo, pero haciendo un mayor hincapié en las reformas económicas, en lugar de insistir sobre las elecciones, como se intentó en París y en Marruecos. La recuperación económica, según nuestra fuente, quitaría a las milicias un terreno firme para justificar la lucha. En cambio, las elecciones presidenciales, en un país dividido e inestable como es Libia, sólo empeorarían la crisis. Con la ausencia del mariscal Haftar, por tanto, la Conferencia de Palermo parece destinada a no brindar una solución a la crisis líbica, si bien habrá de dejar una huella importante. París y Roma ahora se ven obligadas a llegar a un entendimiento, al vislumbrar en su horizonte la llegada de Rusia y la reconstrucción de Daesh en el litoral centro-norte de Libia.