La Turquía republicana y el fenómeno Erdogan (Primera parte)
Las enmiendas a la Constitución implementadas a través de un referéndum, fueron concebidas como terreno para la reivindicación y el ejercicio del poder, en clave principalmente autoritaria e incluso personalista, cual nuevo Kemal Ataturk.
Estambul (AsiaNews) – Con el referéndum del 16 de abril de 2017, la Constitución de la República Turca, fundada por el general Kemal Ataurk en 1923, ha sufrido su quinta modificación. Las primeras dos, en 1961 y en 1982, se efectuaron a continuación de los golpes de Estado del ejército kemalista, mientras que las últimas tres, realizadas en 2007, 2010 y 2017, se hicieron en virtud de un referéndum, y fueron proclamadas por voluntad de Tayyip Erdogan.
Las modificaciones más importantes efectuadas a la Constitución de la República turca a raíz del referéndum del 16 de abril, fuertemente querido por el presidente turco y desarrollado estando vigente el estado de emergencia que comenzó a regir tras del intento de golpe de estado del 16 de julio de 2016 llevado adelante por algunos sectores de las fuerzas armadas, prevén:
- La abolición de la figura del primer ministro. El presidente de la República nombrará al Consejo de ministros y a una serie de vicepresidentes. El parlamento no tendrá control sobre los ministros, y tampoco el derecho a removerlos de su cargo.
- Ya no se le exige al presidente que esté por encima de los partidos, por lo cual podrá continuar sosteniendo al partido propio.
- Se aumenta el número de diputados, pasando de 550 a 600, y se modifica la edad mínima para acceder al cargo parlamentario, que pasa ser de 18 años, en lugar de 25.
- El parlamento podrá denunciar al presidente de la República ante la Corte de justicia. Hasta ahora, se podía llevar al presidente ante la Corte en caso de traición a la patria.
- Quedan abolidos los tribunales militares.
- El presidente nombrará a 4 de los trece jueces de la Corte suprema.
Ha de notarse que los tres referéndums efectuados anteriormente, buscados por Erdogan, tuvieron el apoyo de gran parte del electorado turco con sus distintos componentes, incluyendo el electorado kurdo y las minorías no musulmanas. Estas últimas, con el ascenso al poder de Erdogan en el año 2002, pudieron volver a respirar con el reconocimiento de su derecho a la propiedad, que había sido pisoteado por el régimen anterior, y la restitución de parte de sus bienes. Aunque en lo concreto, con respecto a aquellas propiedades de las cuales todavía quedaban pistas, y que sobrevivieron al saqueo de los regímenes kemalistas… aún queda mucho por hacer, ciertamente.
Todos los referéndums fueron considerados por Erdogan como un voto de confianza hacia su persona, puesto que se considera a sí mismo como una persona anti-sistema en lo que al Kemalismo se refiere.
Con el resultado del último referéndum, que se detuvo en un 51,4%, se confirma que en Turquía, la escena política se concentra en el voto a favor o en contra de Erdogan. En cuanto a la geografía de la votación, ha de ser notado que Erdogan perdió en las grandes ciudades y que ganó en la Anatolia turca, tierra de los denominados tigres anatolios, es decir, de la nueva economía turca, fundada sobre una economía neo-liberal en una sociedad conservadora, y ha tenido el apoyo de los emigrados turcos que residen en Europa.
Los votos a favor del sí han carecido del apoyo de los sostenedores de quien encabeza el partido nacionalista MHP, Devlet Baxceli. Alineado con Erdogan en las últimas elecciones políticas de diciembre de 2015, que estuvieron dominadas por el partido AKP de Erdogan que obtuvo el 49,50 % , en dicha ocasión el obtuvo un 11,90%.
Con claridad, el elemento kurdo ha dejado afuera algunas zonas de la Anatolia feudal al votar por el no, tal como lo hizo el elemento alevita.
La oposición del partido CHP, heredero del partido de Kemal Atartuk, ha sido verdaderamente inconsistente.
Debe subrayarse que Estambul y Esmirna, otrora habitadas por los denominados turcos blancos, se están transformando en ciudades kurdas a causa de la migración interna kurda, motivada por el conflicto entre las fuerzas turcas y el PKK. Del mismo modo, ha de resaltarse que los mismos kurdos que en las votaciones anteriores se volcaron a favor de Erdogan, esta vez han votado en contra. El motivo de ello es que Erdogan en años anteriores había tratado de resolver la cuestión kurda valiéndose de contactos reservados del jefe de los servicios secretos turcos, Hakan Fidan y Ocalan, entre el 2009 y el 2011, acuerdos que fueron hechos saltar por los aliados de movimientos simpatizantes del imán Fethullah Gulen, que se desempeñaban en la administración pública turca en el 2011. Luego de ello, para resolver la cuestión kurda se reanudó una solución de tipo militar, de sello kemalista, y se procedió a la libración y a la absolución de los antiguos jefes militares implicados en los asuntos Ergenekon y Balyoz, a raíz de varias acusaciones de complot.
Es sabido que el imán Gulen jamás simpatizó con los kurdos de Turquía. Gulen fue compañero de ruta del presidente Erdogan en su escalada al poder en 2002 para desgoznar el poder de los militares y del viejo establishment y se convirtió en acérrimo enemigo suyo desde el 2011 en adelante.
En síntesis, se trata de un enfrentamiento por el poder que tiene sus raíces en la concepción que se tiene de la democracia en el planeta turco. No es casual que las modificaciones a la Constitución de la República turca efectuadas desde el año 2007 valiéndose del referéndum, han sido concebidas como terreno para la reivindicación y el ejercicio del poder, en clave fundamentalmente autoritaria, y en este caso, incluso personalista, cual nuevo Kemal Ataturk .
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