La Meca: un millón de peregrinos en el primer Hajj tras la fase aguda del Covid
En los últimos dos años, la pandemia mundial había limitado el número de peregrinos, impidiendo los ingresos. Por primera vez, las mujeres podrán participar sin la presencia de un "guardián" masculino. En el pasado, la gran peregrinación fue escenario de incidentes, atentados y también fue utilizada por Riad como arma política.
Riad (AsiaNews) - El pasado fin de semana Arabia Saudita recibió a casi un millón de fieles musulmanes procedentes de distintas partes del mundo, que del 6 al 12 de julio participarán en el Hajj, la peregrinación mayor a La Meca, el primer gran encuentro desde el inicio de la pandemia. En los últimos dos años, el Covid-19 redujo enormemente la participación de los musulmanes, a tal punto que en 2020 el evento fue más bien simbólico, con apenas decenas de miles de personas, ciudadanos o residentes del reino wahabí. Este año, sin embargo, el evento vuelve -al menos en parte- a su antigua gloria y, por primera vez, las mujeres no necesitarán un "guardián" masculino.
Pancartas y carteles dieron la bienvenida a los fieles a La Meca -entre ellos, a los primeros visitantes internacionales desde 2019- que abarrotaron las plazas y callejones, mientras las fuerzas de seguridad patrullaban la ciudad natal del profeta Mahoma. "Esto es pura alegría", dijo a AFP Abdel Qader Kheder, un peregrino de Sudán. "Casi no puedo creer que estoy aquí. Estoy disfrutando cada momento", añadió el hombre.
En el evento participará un millón de peregrinos, de los cuales 850.000 proceden del extranjero. Esta cifra es inferior a los registros anteriores a la pandemia (2,5 millones en 2019), pero sin duda es un buen número si se compara con eventos más recientes. Para este año también regirán estrictas medidas de seguridad sanitaria: solo se permite la participación de menores de 65 años, hay protocolos específicos y la gran mezquita se limpia e higieniza al menos 10 veces al día.
El Hajj, que cuesta algo menos de 5.000 euros por persona, es uno de los principales motores de la economía vinculada al turismo, que aporta a las arcas del Estado más de 11.000 millones de euros al año, además de garantizar un estatus privilegiado entre las naciones islámicas. Por otro lado, es una oportunidad para mostrar una nación en rápida transformación, pese a que sigue atrayendo críticas por las violaciones de los derechos humanos y las libertades personales, incluida la libertad religiosa de los no musulmanes. Arabia Saudita -que en virtud de las últimas reformas ha permitido las raves en Riad y las playas mixtas en Yedá- permite ahora que las mujeres participen en la peregrinación sin un guardián o tutor masculino.
La peregrinación mayor (Hajj) es uno de los cinco pilares de la fe islámica, y todo musulmán debe realizarla al menos una vez en su vida. En el pasado, Riad utilizó el Hajj como arma política, negando los visados de entrada y la participación a los fieles iraníes (chiíes) o sirios a causa de la guerra. También ha sido escenario de incidentes o atentados, con miles de muertos: en 2015, una estampida entre la multitud se cobró al menos 2.300 vidas; en 2006, más de 360 peregrinos murieron durante el ritual de lapidación, en el que los peregrinos lanzan piedras y guijarros a tres lápidas que simbolizan el rechazo a Satán; en 1989, un doble atentado frente a la gran mezquita dejó una víctima fatal y 16 heridos, y 16 ciudadanos de Kuwait fueron ajusticiados por el ataque.
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