La Knesset aprueba la reforma judicial de Netanyahu. Las oposiciones salen a la calle
Ya se han presentado tres peticiones ante la Corte Suprema contra la controvertida ley que apoya la derecha radical y un primer ministro bajo investigación. El frente antigubernamental promete derogarla como uno de los primeros actos tras las próximas elecciones. Editorialistas hacen un llamado al presidente Herzog para que, yendo más allá de sus poderes, no la firme. Los palestinos siguen en las calles de Gaza para protestar contra Hamás.
Jerusalén (AsiaNews) - Al menos tres peticiones ya fueron presentadas en pocas horas ante la Corte Suprema de Justicia, y los líderes de la oposición, desde las calles, anuncian en una nota conjunta que uno de los primeros movimientos del "próximo" gobierno será la derogación de una ley que altera el equilibrio entre los poderes. En un país en guerra en varios frentes y que registra desde hace meses protestas de los familiares de los rehenes que siguen en manos de Hamás en Gaza, se está verificando en estas horas un nuevo y durísimo enfrentamiento político, social e institucional. El punto central de ese enfrentamiento es la controvertida reforma de la Justicia respaldada con fuerza por el Ejecutivo que lideran el primer ministro Benjamin Netanyahu y los ministros de la derecha radical, entre ellos el titular de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, y de Finanzas, Bezalel Smotrich.
La aprobación se llevó a cabo en medio de imponentes manifestaciones frente a la Knesset y los diputados de la oposición han instalado "oficinas" improvisadas a lo largo de la calle que conduce al Parlamento en solidaridad con los manifestantes. Uno de los temas más polémicos sería el aumento sustancial del control político sobre el nombramiento de los jueces. "He abierto mi oficina fuera del Parlamento con colegas y parlamentarios para estar hombro con hombro con los manifestantes y enviar un mensaje claro, porque la casa del pueblo (la Knesset) ya no representa al pueblo", escribió en las redes sociales el diputado Gilad Kariv. Tampoco sirvió de nada el llamamiento final al ministro de Justicia, Yariv Levin, para que detuviera el proceso de aprobación, al tiempo que el presidente del partido Unidad Nacional, Benny Gantz, habló de un país que parece cada vez más "al borde de una guerra civil".
La controvertida reforma de la Justicia que se aprobó en las últimas horas es objeto desde hace tiempo de ataques y críticas no solo de la oposición, sino también de prestigiosos expertos en Derecho, según los cuales constituye el "paradigma" del ataque actual a la independencia del Poder Judicial. La ley - que incrementa el control político, especialmente por parte del gobierno, sobre el Poder Judicial - afecta cinco pilares del sistema constitucional de Israel, comenzando por el método de selección de los jueces en el sistema. También hay cambios en los métodos de control de la constitucionalidad de las leyes y se asigna a la Knesset el poder de revocar, mediante votación por mayoría absoluta (61 escaños de 120 en total), una decisión de la Corte Suprema que declare inconstitucional una norma.
Este panorama, señalan los estudiosos, resulta emblemático de las dinámicas de enfrentamiento y conflicto entre poderes que se está verificando en el Estado judío, en el que el Poder Judicial, por lo menos hasta ahora, había representado un freno a la deriva autoritaria del gobierno de derecha radical liderado por Netanyahu. Un primer ministro que, por otra parte, está siendo procesado y que además, en los últimos tiempos, ha maniobrado para conseguir la destitución del jefe del Shin Bet (los servicios secretos internos) y del fiscal general; ambos, en efecto - aunque con modos y roles diferentes - habían arrojado luz sobre asuntos turbios y corrupción (el llamado "Qatargate") que involucrarían a personas cercanas al primer ministro. Siempre en el tema de la "reforma judicial", el gobierno quiere prohibir por ley toda censura judicial en forma de control de la "razonabilidad" de las normas, además de la intención de relativizar - restándole importancia - incluso la figura del Fiscal General, que hasta ahora era garante del equilibrio de poderes.
Los partidos de la oposición abandonaron el plenario en señal de protesta en las etapas finales de la votación, y posteriormente difundieron una nota conjunta en la que afirman que "el gobierno de Israel acaba de aprobar una ley que tiene un solo objetivo: garantizar que los jueces queden sujetos a la voluntad de los políticos". "Esto está sucediendo -prosigue el comunicado- mientras 59 rehenes siguen retenidos en Gaza. En vez de concentrar todos los esfuerzos en traerlos de vuelta a casa y superar las divisiones en el país, este gobierno está imponiendo una vez más la misma legislación que dividió a la opinión pública antes del 7 de octubre". A esto se suman las peticiones presentadas por Movement for Quality Government in Israel, Association for Civil Rights in Israel (ACRI) y Yesh Atid Party para que se anule la reforma. "La Corte Suprema -afirma ACRI en una nota- es la última y única barrera contra la tiranía de la mayoría. La politización de los nombramientos judiciales conducirá a una situación en la que todos los jueces, desde los niveles más bajos hasta la Corte Suprema, dependerán del favor de los políticos para ser ascendidos y temerán pronunciarse en contra de las posiciones del gobierno".
Otra de las voces que se han hecho sentir en estas horas es la del editorialista de Haaretz, Uzi Benziman, que hace un llamamiento al jefe de Estado, Isaac Herzog, para que no firme la ley. El presidente israelí, señala el analista, se está comportando "como cualquier ciudadano que se despierta cada mañana en una realidad aterradora y se siente impotente ante la creciente inconsciencia de Netanyahu y su gobierno. Como si no tuviera la fuerza -añade- para adoptar medidas prácticas que impidan que esta montaña rusa se precipite en el abismo". Aunque en la práctica sus poderes son limitados frente al Ejecutivo, Herzog "debería cambiar de registro y decir que se negará a firmar las leyes", a las que equipara a un "golpe de Estado de un régimen. Una situación extrema -advierte- requiere métodos excepcionales de autodefensa, y la negativa del presidente a firmar y aprobar [..] haría que la coalición entrara en razón". "Tal movimiento del presidente -concluye- es una desviación del lenguaje de la ley, pero en las circunstancias actuales es el último paso no violento que se puede considerar para salvar al país del desastre hacia el que nos está llevando el gobierno".
Por último, hoy, por segundo día consecutivo, se registran protestas en Gaza, donde cientos de palestinos han salido a la calle para manifestarse contra la conducción de Hamás. Un hecho inusual, aunque ya en el pasado se han producido protestas contra el control del movimiento extremista en la Franja. La manifestación del descontento es una señal más de una población ya agotada por la guerra, la violencia, los más de 50.000 muertos desde el 7 de octubre de 2023 y la gravísima crisis económica y humanitaria. Uno de los eslóganes más repetidos y difundidos a través de filmaciones y vídeos en las redes sociales, es "Fuera Hamás ". El movimiento extremista que controla Gaza ha comentado en estas horas las protestas afirmando que, en realidad, son una reacción contra Israel, pero son explotadas y manipuladas por aquellos que "están al servicio de la agenda de la ocupación".
10/03/2023 13:04