La Iglesia filipina pide justicia por los agricultores asesinados. Basta de intimidaciones
Manila (AsiaNews/Cbcp)- La Iglesia católica filipina, a través del ente que se ocupa de las iniciativas sociales, define el reciente homicidio del líder de los agricultores Menelao "Melón" Barcia, el tercero en sólo 6 meses, una "intimidación" para frenar el activismo de los campesinos que se baten por la tierra. Y lanza un pedido al gobierno de manila, para que dé una respuesta rápida a la cuestión de hace tanto tiempo irresuelta de la reforma territorial. Es "triste y exasperante", subraya mons. Broderick Pabillo, director del Secretariado nacional de Justicia y Paz de la Conferencia episcopal (Cbcp.Nassa), que otro líder de los agricultores "haya sido asesinado por segunda vez en la Hacienda Dolores". La comunidad, agregó el prelado, vive "entre amenazas y miedo", mientras está comprometida en la batalla en defensa de los propios derechos en contraposición con los propietarios terreros.
Mons. Pabillo define el asesinato de barcia, sucedido el 2 de mayo pasado, como el tercer homicidio en 6 meses ligado a la reforma agraria, un "aparente tentativo de sembrar miedo y minar los espíritus de los pobres cultivadores que combaten por sus propios derechos". Para el prelado los asesinatos representan una "vergonzosa" táctica intimidatoria contra los agricultores; la frecuencia de los homicidios, agrega, "refleja la impunidad en relación de cuántos son llamados a hacer respetar la ley y la justicia".
El director Cbcp-Nassa se dirige al Departamento para la reforma agraria (Dar), pidiendo que obren inmediatamente para resolver los conflictos terreros en la Hacienda Dolores, en particular aquellos que se refieren a las más antiguas inherentes a la reforma agraria (Carp)". El prelado confirmó el apoyo de la Iglesia filipina a la arquidiócesis de san Fernando, en Pampanga (región de Luzon Central), que pide desde hace tiempo al ejecutivo que "aplique la ley y proteger los derechos de los agricultores".
Barcia, junto a otros 300 agricultores y activistas, pedía la distribución de una parte de las 761 hectáreas que componen la Hacienda Dolores, una estancia histórica de la provincia de Pampanga, que las familias cultivan de hace más de 50 años.
En enero de este año quien cayó bajo los ataques de la mafia de las tierras- un problema que caracteriza al continente asiático, del Pakistan al Vietnam, de la'Indonesia a las Filipinas - fue Armand Padino. "Invitamos al Departamento de justicia y a la Comisión por los derechos humanos- concluye mons. Pabillo- a desarrollar una inmediata investigación, para identificar a los culpables y a los mandantes (de los homicidios) y consignarlos a la justicia".