La Iglesia filipina apoya la investigación ONU sobre las muertes en la guerra a la droga
Para el obispo auxiliar de Manila ayudará a finalizar con las muertes extrajudiciales. Y garantizará la justicia a las víctimas y a sus familias. Si el gobierno no colabora, advierte el prelado, significa “que tiene algo que esconder”. El gobierno filipino queda (por ahora) dentro del Consejo ONU por los derechos humanos, pero ataca a Islandia.
Manila (AsiaNews) - La Iglesia católica filipina aplaude la decisión de las Naciones Unidas de iniciar una investigación sobre los miles de asesinatos en el archipiélago, en particular aquellos relacionados a la lucha contra la droga promovida en primera persona por el presidente Rodrigo Duterte. Según lo que refiere el arzobispo auxiliar de Manila Mons. Broderick Pabillo, el iniciar una investigación ayudará a poner fin a los homicidios extrajudiciales y garantizará justicia a las víctimas y a sus familias.
Interpelado por la CBCPNews, el prelado subraya que el gobierno de Duterte debería favorecer, si no tiene nada que esconder, la investigación del Consejo por los derechos humanos de las Naciones Unidas. “Si el gobierno se considera por arriba de toda sospecha en su lucha a la droga, debería permitir una verificación de una autoridad externa. Si no lo hace- agrega- quiere decir que tiene algo que esconder”.
El 11 de julio pasado la UNHRC votó a favor de la primera resolución desde siempre sobre Filipinas, focalizada sobre la violenta campaña antidroga en acto: presentada por Islandia, ésta obtuvo el voto favorable de 18 países. Entre los 14 contrarios estaba el de China, mientras que 15 naciones- entre las cuales Japón- se abstuvieron.
Los últimos datos de la policía nacional filipina (PNP) han llevado a más de 6.600 el número de los muertos oficiales. En los últimos 6 meses han perdido la vida 1.600 personas. Según los resúmenes de los medios y los activistas por los derechos humanos, el número de las víctimas está comprendido entre las 27 y las 30 mil víctimas contando los homicidios cometidos por los vigilantes.
Manila criticó la elección del departamento ONU, definiéndola privada de fundamento y a sentido único, además de una violación de la soberanía nacional. “Cuando otras potencias extranjeras quieren investigar sobre los abusos a los derechos humanos- concluye Mons. Pabillo- el gobierno se apela a la soberanía, pero cuando se trata de defender nuestros territorios y nuestro pueblo de China, se calla”.
En concreto, el gobierno filipino decidió- al menos por el momento- no cortar los lazos con el Consejo ONU sobre los derechos humanos, permaneciendo dentro a despecho de la investigación en acto. A través del ministerio de Exteriores, Teodoro Locsin Jr no ahorró críticas a Islandia, nación que promovió la resolución sin romper-al menos hasta ahora- las relaciones diplomáticas como amenazaron en un primer momento.