La Iglesia de la Unificación denuncia ante la ONU: perseguidos tras el caso Abe

En el ojo de la tormenta tras el asesinato del ex primer ministro, el grupo religioso fundado por el rev. Moon presentó una queja ante el Comité de Derechos Humanos. "En Japón se ha distorsionado una tragedia nacional con un extraño relato que convierte al asesino en una víctima". Denuncias de ataques personales a sus miembros. El tema sigue siendo candente en el mundo político de Tokio.

Ginebra (AsiaNews) - La Federación de Familias por la Unidad y la Paz en el Mundo - la llamada Iglesia de la Unificación fundada por el reverendo coreano Sun Myung Moon - ha presentado una denuncia formal ante el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas por "una campaña de intolerancia, discriminación y persecución” en Japón. La agrupación religiosa se encuentra en el ojo de la tormenta desde el pasado mes de julio por el asesinato del ex primer ministro Shinzo Abe, ultimado a tiros por un hombre resentido por las cuantiosas donaciones que su madre hacía a la agrupación religiosa.

El escrito presentado por la ONG Coordination des Associations et des Particuliers pour la Liberté de Conscience (CAP-LC), con sede en París, pide que el Comité de Derechos Humanos de la ONU aborde el "sufrimiento que están padeciendo" los miembros de la Iglesia de la Unificación en Japón durante el 136º período de sesiones, que se celebrará del 10 de octubre al 4 de noviembre de 2022.

La denuncia de 22 páginas afirma que los derechos de este grupo religioso en Japón "fueron grave, sistemática y flagrantemente violados" tras el asesinato del 8 de julio, cometido por un hombre que odiaba a la Iglesia de la Unificación. Se acusa a algunos abogados y medios de la prensa japoneses de "distorsionar esta tragedia nacional en una narrativa absurda que convierte al presunto asesino en víctima de la Iglesia de la Unificación, culpándola del asesinato. Los miembros de la iglesia han sufrido cientos de ataques personales, agresiones, amenazas de muerte, actos de vandalismo y otras formas de violencia pública”.

La denuncia también condena los esfuerzos públicos para "nombrar y avergonzar" a los políticos japoneses que han participado en eventos de organizaciones vinculadas a la Iglesia de la Unificación. Apela al artículo 25 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos - del que Japón es país signatario - que protege tanto el derecho de los ciudadanos a participar en el proceso democrático como la libertad de los representantes elegidos para "consultar y cooperar con los dirigentes y miembros de las religiones de su elección”.

El tema de la Iglesia de la Unificación sigue siendo muy candente en el debate político japonés. El propio primer ministro Fumio Kishida dijo este lunes -al inaugurar la sesión del parlamento japonés- que quería escuchar la "voz dura" de la gente que critica los vínculos entre muchos miembros de su partido y el grupo religioso. Pero a los que en Japón piden incluso que sea disuelto, les respondió que la cuestión "debe evaluarse cuidadosamente en términos de libertad religiosa".

Por su parte, el pasado 22 de septiembre en una rueda de prensa que se llevó a cabo en la oficina de Tokio, Hideyuki Teshigawara, uno de los responsables de la Iglesia de la Unificación, respondió a las críticas sobre el tema de la familia del homicida de Abe, afirmando que el grupo religioso "tendrá en cuenta la situación económica de sus miembros y se asegurará de que las donaciones no sean excesivas”, garantizando al mismo tiempo el respeto del “libre albedrío” de sus fieles.