La Iglesia de Arabia, “es joven y activa, al servicio de familias divididas y lejanas”

Mons. Camillo Ballin, vicario apostólico de Arabia Septentrional, cuenta a AsiaNews acerca de una comunidad compuesta por “diversos ritos y lenguas”. El problema “de los espacios” para una realidad que está en continuo crecimiento. Por parte de los gobiernos, no hay restricciones particulares a la libertad religiosa, “con algunas diferencias”. La lucha contra la marginación y la soledad. La espera de las celebraciones de la Pascua.

Kuwait City (AsiaNews) – El desafío pastoral es “poner juntos a diversos ritos y diversas lenguas”. Sólo tomando a Kuwait, tenemos seis ritos y 13 lenguas diferentes, por eso es importantes encontrar una unidad en el respeto a las tradiciones singulares”. Otro problema que se presenta es “el de los espacios, porque a menudo las iglesias tienen más de 40 años, cuando el número de fieles era menor. Hoy hay muchos más, y se precisan edificios con una mayor capacidad, pero en algunos países no es fácil obtener los permisos para la construcción”. Es lo que cuenta a AsiaNews Mons. Camillo Ballin, vicario apostólico de Arabia Septentrional (Kuwait, Arabia Saudita, Qatar y Bahréin), una realidad diversa de Yemen , que fuera recientemente teatro de la masacre de las misioneras de la Caridad. “los fieles (aquí) pueden ir a la iglesia –agrega- y no hay obstáculo por parte de los gobiernos, con algunas diferencias”.

Mons. Camillo Ballin nació el 24 de junio de 1944 en Fontaniva, en la provincia de Padua; fue ordenado sacerdote por los misioneros camboyanos del Corazón de Jesús el 30 de marzo de 1969 en Castelleto sul Garda, en la provincia de Verona. Al año siguiente, se trasladó al Líbano y a Siria para aprender árabe, lengua que habla correctamente. El 14 de julio de 2005 el Papa Benedicto XVI lo nombró vicario apostólico de Kuwait. El 31 de mayo de 2011 Mons., Ballin se convirtió en el primer vicario apostólico de Arabia septentrional.

En Bahréin, cuenta Mons. Ballin, “el rey ha regalado un terreno para la construcción de la iglesia del vicariato”. Esto, agrega, es “una actitud de apertura, de aliento y de diálogo”. Además, el monarca” me ha concedido el pasaporte y la nacionalidad” y ello “me permite viajar sin límite alguno” por los países del Golfo. Un elemento esencial y que ha favorecido el diálogo y la comprensión, prosigue el vicario apostólico, “y el conocimiento de la lengua árabe” que ha sabido garantizar ser visto como autoridad y con respeto por parte de la plana de líderes árabes. Ésta habitualmente “se dirige en inglés” a dignatarios, diplomáticos y personalidades extranjeras que no han logrado una familiaridad con el (idioma) árabe”

De acuerdo con los datos de 2014, en el territorio viven cerca de 2,5 millones de católicos (una gran mayoría de migrantes económicos) sobre un total de 36,2 millones de habitantes. Los sacerdotes son unos 60, dos los diáconos; en las diez parroquias que componen la región operan 40 religiosos y 18 religiosas. Con la excepción de Arabia Saudita, donde no se le permite un culto que no sea el islam, en otros países existe sustancial libertad religiosa y la fe se profesa sin restricción particular.

En Kuwait hay un pequeño número de protestantes, alrededor de 200 personas, y cuatro familias católicas locales, "pero que van a desaparecer", dijo Mons. Ballin. En Bahrein "Hay algunos cristianos naturalizados, pero cristianos locales no". "Todos nuestros fieles - dice - son inmigrantes, que vienen a trabajar y, en algunos casos pasan aquí la mayor parte de la vida activa". Un crisol de razas, lenguas, nacionalidades para lo cual es necesario "favorecer encuentros, misa en el idioma nativo, tratar de introducir una mentalidad diferente a la de quienes están viviendo en el mismo lugar".

La Iglesia local, tal como la describe Mons. Ballin, es "joven y activa", aunque "sólo el 35% se arriesga a asistir a misa y ritos". Otros, subraya el obispo, "no es que no quieran venir, sino que a menudo le es imposible hacerlo por las condiciones de trabajo, ya que no tienen ni siquiera un día de descanso". Por otra parte, los católicos no pueden participar en actividades sociales para evitar ser acusados de proselitismo o entrometerse en los asuntos internos relacionados con el trabajo. "Hay más libertad de movimiento en las escuelas [privadas] – añade monseñor Ballin - aunque en algunos Estados se requiere estudiar el Corán y se prohibió la enseñanza del catecismo", incluso en instituciones directas de las congregaciones católicas.

Frente a las dificultades y restricciones parciales, la labor de la Iglesia es esencial para los inmigrantes que a menudo viven en condiciones de marginación y aislamiento, lejos de la familia, los amigos, los seres queridos. "Tenemos muchos casos de personas solas, hombres y mujeres - dice el Vicario Apostólico - que dejaron todo y a todos en la India, Filipinas, Bangladesh, Sri Lanka. Y esto crea problemas morales, humanos, el desánimo, la frustración, la depresión; algunos de ellos ni siquiera son pagados por el trabajo realizado y la crisis económica, agravada por la caída de los ingresos petroleros, ha agravado aún más la situación".

Organizaciones, movimientos (entre ellas las Parejas para Cristo y los neocatecumenales) trabajan en contacto con personas, grupos lingüísticos, dando lugar a grupos espontáneos que se reúnen para orar. "Dentro de una casa, en uno de estos países - dice el prelado - me encontré con un grupo que se reúne semanalmente para orar ... y es la única diversión que tienen, ¡el único entretenimiento! Y para otros, la soledad se convierte en óptima condición para la construcción de una relación más fuerte con el Señor".

Para estas semanas de Cuaresma, Mons. Ballin pidió a los predicadores de cada parroquia celebrar retiros y predicación. Sin embargo, en este Año de la Misericordia "Insistí en que los predicadores estén disponibles para las confesiones, dándoles la oportunidad de absolver todos los pecados". La confesión tiene un valor central en esta Pascua y en el contexto del período de Jubileo. Mientras tanto, la comunidad está preparando las celebraciones de la Semana Santa, que se experimentan "con gran intensidad". "Yo estaré en Kuwait - dijo Mons. Ballin - y esperando para mí estarán unas comunidades vivas y entusiastas. Para ellas, la presencia del obispo es una fuente de estímulo para continuar en la fe. En Bahrein y Qatar haré una gira con la cruz y cuando me ven, los cristianos se sienten vigorizados y alentados en su fe". (DS)