La Iglesia china se prepara para festejar los 60 años de las ordenaciones episcopales ‘independientes’
La primera ordenación “independiente” fue la de Mons. Bernardino Dong Guangqing, en 1958. El director de la Oficina de asuntos religiosos, Wang Zuoan, reafirma la política de la Iglesia independiente y del auto-nombramiento de obispos. La sinización y la sumisión al Partido comunista. ¿Acaso habrá un acuerdo entre China y el Vaticano en marzo?
Beijing (AsiaNews) – “Marchar de manera inflexible por el camino de los principios de la Iglesia independiente y de las elecciones y ordenaciones autónomas de obispos”: es lo que ha reafirmado Wang Zuan, director de la Administración estatal de asuntos religiosos, al visitar, el 8 de febrero pasado, las dos organizaciones católicas nacionalistas en la capital, la Asociación Patriótica (AP) y el Consejo de obispos chinos (CVC). Wang anteriormente había subrayado los principios de independencia y autonomía de la Iglesia china, durante y después del Congreso del Partido comunista, celebrado en octubre pasado.
Durante la visita de Wang, Mons. José Ma Yinglin, quien encabeza el Consejo de Obispos chinos, ha revelado que este año, la AP y el CVC celebrarán un simposio para conmemorar los 60 años de la “auto-elección y auto-ordenación” de obispos. La AP y el CVC, dos organizaciones surgidas a pedido del Estado, no son reconocidas por el Vaticano. Ma Yinglin es uno de los siete obispos ilícitos que aguardan ser reconocidos por la Santa Sede.
China comenzó a nombrar y ordenar a sus sacerdotes luego de que la Santa Sede negara su aprobación para la ordenación de Mons. Bernardino Dong Guangqing (1917-2007), amenazando con excomulgarlo antes de la ceremonia de ordenación, celebrada el 13 de abril de 1958. Sólo tras varias décadas, la Santa Sede perdonó al obispo y lo reconoció como tal.
Personalidades que se muestran optimistas en relación al desarrollo de la Iglesia en China y sus relaciones con el Estado, piensan que el simposio no necesariamente llevará a una nueva serie de ordenaciones episcopales ilícitas, aún cuando en el pasado Wang Zuan haya amenazado con hacerlas. De todos modos, un especialista en China, que ha pedido permanecer en el anonimato, aifrma que China no cancelará sus eslóganes de “independencia”, a menos que llegue a buen puerto el acuerdo entre Beijing y la Santa Sede. Él también ha recordado que la Novena Asamblea de representantes católicos del año 2016 se concluyó “insistiendo sobre el principio de que una Iglesia independientes es la fundación de una Iglesia china”.
Entre otras importantes perspectivas de este año surgidas en la visita, Mons. Ma Yinglin ha subrayado la puesta en marcha de tres sistemas de democratización de la organización de la Iglesia, ateniéndose al plan quinquenal de desarrollar una Iglesia católica “sinizada” que implica la sumisión al Partido comunista chino. El plan fue descripto por Xi en el mes de octubre, e implementado en diciembre pasado.
En las noticias reportadas en el sitio de la AP no se explica el sentido de estos “tres sistemas de democratización”. Algunos católicos chinos afirman que la organización de la Iglesia en modo “democrático” es una manera de controlar su vida a través de la participación de laicos de todo tipo, diluyendo el peso y la autoridad jerárquica: en realidad –agregan ellos- en China no hay una democracia real.
La visita de Wang Zuoan a las sedes centrales de la AP y del CVC ocurre a tan sólo una semana del Año Nuevo chino, que cae el 16 de febrero.
Ésta se produce teniendo como trasfondo noticias según las cuales la Santa Sede habría pedido a dos obispos legítimos, de Shantou y Mindong, apartarse para ceder el lugar a dos obispos ilícitos, tal como fue requerido por China.
Otras noticias, que aún no han sido confirmadas oficialmente por el Vaticano, refieren que la Santa Sede estaría dispuesta a sellar un acuerdo con el gobierno chino referido al nombramiento de obispos, en el cual el Papa tendría “la última palabra”. El acuerdo podría ver la luz en la próxima ronda de negociaciones, que debiera llevarse a cabo en Roma, después de las fiestas por el Año nuevo chino, que se concluyen el 2 de marzo.
No se sabe si las negociaciones se llevarán a cabo antes o después de las “dos sesiones” de China –las citas anuales más importantes de la política de Beijing, la Asamblea nacional del Pueblo (ANP) y la Conferencia política consultiva del pueblo chino (CPCPCh) –que se llevan a cabo a principios de marzo. Las dos sesiones de este año constituyen la primera cita importante luego del 19no Congreso nacional del Partido comunista, celebrado en octubre pasado. Éstas confirman los puestos de gobierno que irán a asumir los dirigentes comunistas del Politburó.
Hasta ahora, Wang Yang es el único miembro del Comité permanente del Politburó que ha sido nombrado miembro del CPCPCh, cuya lista fue publicada en enero. Lo más probable es que Wang Yang sea nombrado presidente del CPCPCh. El 6 de febrero pasado, al reunirse con líderes de las organizaciones religiosas nacionales, él subrayó que las religiones “deben aplicar plenamente los lineamientos fundamentales del Partido para las actividades religiosas, y adherir al camino de la sinización de las religiones”.
Algunos medios, citando fuentes vaticanas, afirman que la Santa Sede anhela llegar a un acuerdo, dado que ya no quiese que se lleven a cabo ordenaciones episcopales ilícitas, y no logra imaginar qué irá a suceder si la situación sigue empeorando aún más en los próximos 10 o 20 años.
Por su parte, el Card. Joseph Zen, obispo emérito de Hong Kong, se opuso al acuerdo, juzgando que el mismo es malo, y dijo asimismo que es muy raro que el Partido Comunista chino respete los acuerdos que firma.