La Haya, rabino pacifista: "disgustado" por el fracaso del alto el fuego en Gaza
Jeremy Milgrom contra la decisión de los jueces del Tribunal Internacional de Justicia de no silenciar las armas. El tribunal exige medidas a Israel para evitar más muertes y a Hamás para liberar a los rehenes. El ataque del PM Netanyahu y los ministros del ala religiosa y radical. La satisfacción del frente palestino.
Jerusalén (AsiaNews) - "Me entristece que no se haya impuesto un alto el fuego" en Gaza, que "habría salvado muchas más vidas palestinas e israelíes". Es lo que dice a AsiaNews Jeremy Milgrom, rabino israelí y miembro de la ONG Rabbis for Human Rights, comentando la decisión de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en el caso presentado por Sudáfrica contra Israel por la guerra en Gaza. Una situación "terrible" que "continúa" y que la sentencia de hoy no parece poder detener. Gente inocente", continúa, "está sufriendo y no hay más justificación" que la que persigue "[Benjamin] Netanyahu, que quiere continuar la guerra: un enorme sufrimiento, para escapar" de los procesos en curso y "evitar la cárcel".
El tribunal con sede en Pretoria dictaminó hoy que el Estado judío debe tomar con efecto inmediato "medidas a su alcance para prevenir y castigar la incitación directa y pública a cometer" actos de "genocidio" contra los palestinos. Y aunque no ordena un alto el fuego, en una medida pragmática pide que se tomen medidas para garantizar medidas humanitarias, así como que se presente un informe "en el plazo de un mes" sobre la situación y las medidas adoptadas. Los jueces declararon que la CIJ no desestimaría el caso como exigía Tel Aviv, pero pidieron la liberación incondicional de todos los rehenes.
Las reacciones en los frentes israelí y palestino no se hicieron esperar, con el Primer Ministro Benjamin Netanyahu reclamando el derecho a la "defensa", y el Ministro de Seguridad Nacional Itamar Ben Gvir acusando al tribunal de una postura "antisemita" y de "perseguir al pueblo judío". Para Hamás, el de La Haya es un paso importante para aislar a Israel y poner de relieve "sus crímenes en Gaza", mientras que el ministro de Asuntos Exteriores de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Riyad al Maliki, aplaude el fallo. "Palestina", dice, "acoge con satisfacción las medidas provisionales" porque se pronunciaron "a favor de la humanidad y del derecho internacional".
Los 17 jueces, 15 de ellos permanentes y uno de Sudáfrica e Israel, tuvieron que responder a dos preguntas: si Pretoria aportó elementos suficientes para que la acusación se tramitara en virtud de la Convención de la ONU sobre el Genocidio de 1948, y si existe un riesgo plausible de daño irreparable para el pueblo palestino de Gaza si continúa la operación militar israelí. En su introducción, la presidenta Joan Donoghue recordó que la jurisdicción del caso es "limitada", al tiempo que subrayó que el tribunal está "muy preocupado" por la continua pérdida de vidas humanas. También aclaró rápidamente que había "pruebas suficientes" en el litigio porque algunos actos parecen "entrar dentro de la convención sobre genocidio", por lo que denegó la petición de Israel de desestimar todo el caso, examinando cada una de las nueve medidas provisionales solicitadas por Sudáfrica. Y haciéndose eco de las palabras del coordinador de ayuda de emergencia de la ONU, Martin Griffiths, calificó la Franja de 'lugar de muerte y desesperación'.
Mientras tanto, Israel y Hamás han alcanzado un acuerdo básico sobre muchos de los términos relativos al alto el fuego y la liberación de rehenes. El diario Haaretz informa de que las partes han acordado un periodo de 35 días durante el cual se liberará a todos los rehenes, probablemente en tres o cuatro etapas. A cambio, Israel liberará a los prisioneros palestinos y ampliará considerablemente la entrada de ayuda humanitaria en la Franja.
La disputa legal comenzó el 29 de diciembre con la presentación de una denuncia ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) -el tribunal de la ONU encargado de resolver disputas entre Estados- por "genocidio". Una acusación fuertemente rechazada por Israel, que considera legítima la operación militar en la Franja. La denuncia iba acompañada de una petición de iniciativas de urgencia para poner fin a la guerra lanzada por el Estado judío contra Hamás, en respuesta al ataque (terrorista) del movimiento que controla la Franja que ha causado 1.200 muertos en Israel y más de 5.000 heridos. Un conflicto que ya se ha cobrado la vida de más de 26 mil personas, en su mayoría civiles, entre ellos mujeres y niños. Pretoria, que apoya a los palestinos, pidió al tribunal que dictara nueve medidas provisionales, entre ellas la suspensión de la actividad militar por parte de Israel.
En el documento de más de 80 páginas se denuncian acciones "genocidas" y omisiones para eliminar a la población palestina, en violación del Artículo II. También contiene declaraciones de altos funcionarios -incluidos los ministros de la derecha ultraortodoxa y radical Bezalel Smotrich e Itamar Ben-Gvir- que piden la reubicación de la población de la Franja. Y declaraciones del ministro de Defensa, Yoav Gallant, que calificó a los palestinos de "animales humanos", y del ministro de Patrimonio de Jerusalén, Amichai Eliyahu, que pidió la "bomba atómica sobre Gaza".
