La Corte Suprema ‘congela’ la expropiación de viviendas palestinas en Sheikh Jarrah

El caso pasa a manos del Ministerio de Justicia israelí, que tendrá que evaluar la validez de los documentos de propiedad. El proceso podría durar años; mientras tanto, los "inquilinos" pagarán una suma anual simbólica. Informe de la OCHA: desde que asumió Biden, el gobierno israelí ha acelerado las demoliciones, dejando a más de 1.300 palestinos -incluidos niños- sin hogar.

Jerusalén (AsiaNews) - Nuevo capítulo en la disputa entre israelíes y palestinos por el disputado barrio de Sheikh Jarrah, en Jerusalén Oriental. En los últimos días, La Corte Suprema de Israel congeló la expropiación de las viviendas de cuatro familias palestinas, a la espera de que las autoridades competentes verifiquen la validez de los certificados de propiedad presentados. Según Reuters, los palestinos habían impugnado una sentencia anterior de un tribunal de menor instancia, que falló a favor de los colonos. Los jueces habían dictaminado que las familias vivían en tierras pertenecientes a los judíos en el territorio capturado por Israel en la guerra de 1967 y posteriormente anexionado pero sin haber logrado jamás el reconocimiento internacional..

Las familias palestinas critican la legitimidad y la validez de los documentos presentados por los demandantes que reclaman tierras. Prometen luchar para quedarse, llegando a protagonizar enfrentamientos con los colonos judíos y las fuerzas policiales de la zona. Al fin y al cabo, el barrio del sector oriental de la ciudad santa se ha convertido en un símbolo de Palestina -que reivindica su propia tierra y un Estado independiente y soberano. Tanto es así, que el caso detonó una guerra relámpago en Gaza en mayo del año pasado.

El primero de marzo, la Corte Suprema dictaminó que las familias palestinas podrán gozar del estatus de inquilinos hasta que el Ministerio de Justicia israelí se pronuncie sobre el litigio y determine quién es el titular de las propiedades. Mientras tanto, los "inquilinos" pagarán una suma anual simbólica, que será depositada en una cuenta. En un editorial publicado en Israel Hayom, Nadav Shraga subraya -sin analizar a fondo la sentencia- que podría alimentar el "terror" y "alentar más ataques contra los judíos" y sus propiedades, así como avivar el fuego de la lucha contra Israel y su soberanía sobre Jerusalén.

Mientras tanto, la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) informa que desde que el demócrata Joe Biden asumió la presidencia de Estados Unidos en enero de 2021, se ha producido un dramático aumento de las demoliciones, con más de 1.300 palestinos desplazados, incluyendo niños. Las estadísticas abarcan las propiedades residenciales y comerciales que han sufrido cierres permanentes o destrucción, junto con casos de manipulación de infraestructuras clave como tuberías de agua, vías de comunicación e instalaciones de red.

En una entrevista con The Intercept, la abogada palestina Diana Buttu señala que esta política es el fundamento para el futuro de las relaciones" entre Israel y Palestina, según el primer ministro Naftali Bennet. "El futuro", advierte la experta, "está en que los palestinos puedan estar aislados en estos pequeños guetos. Y toda la tierra que rodea a estos guetos será lentamente tomada -o más bien robada- en beneficio de los asentamientos israelíes". La letrada confirma que se adoptan medidas de demolición de viviendas de familias enteras como castigo colectivo por anteriores (y supuestos) ataques, en una flagrate violación del derecho internacional.

Para algunos, esta escalada es posible solo porque la Casa Blanca no ejerce presiones sobre el Primer Ministro israelí para que reconozca los derechos de los palestinos, ahora en segundo plano. Un informe publicado a principios de año por los expertos de B'Tselem, en primera línea de denuncia de las políticas de ocupación israelíes, informaba de la destrucción de 295 viviendas palestinas en 2021, dejando a 895 personas sin hogar, entre ellas 463 menores.Según la abogada Buttu, el clima actual parece legitimar cada vez más la demolición de viviendas.