La Corte Suprema de Moscú confirma la disolución forzosa de ‘Memorial’

de Vladimir Rozanskij

La asociación humanitaria es un punto de referencia para el pensamiento no-alineado con Putin. Con la invasión de Ucrania, la retórica belicista e hipernacionalista del régimen debe eliminar las voces alternativas. Los activistas de Memorial hacen circular viñetas que ponen de manifiesto la grotesca realidad que los rusos deben afrontar a diario.

Moscú (AsiaNews) – Mientras se suceden los dramáticos días de la invasión rusa a Ucrania, la Corte Suprema de la capital rechazó el recurso de apelación y confirmó la disolución de la asociación "Memorial". La organización humanitaria es el principal punto de referencia para el pensamiento no-alineado al discurso oficial en Rusia. Los jóvenes activistas de la asociación decidieron difundir "viñetas vivientes" en las redes sociales y en todos los medios de comunicación como señal de protesta contra el régimen de Putin.

La retórica belicista e hipernacionalista del régimen necesita eliminar cualquier voz alternativa. Debe impedir que se propague la sensación de desconcierto provocada por la decisión radical de utilizar las armas, que ahora se extiende por toda la población de Rusia, incluso entre quienes siempre han aprobado la política y la ideología de las dos últimas décadas. La preocupación se centra en los jóvenes, que en creciente número se suman a las manifestaciones de movimientos como el de Aleksei Navalny -ahora, completamente silenciado- y a los intentos de invocar la paz.

Las marchas de los últimos días fueron sistemáticamente reprimidas: para despejar las calles, se utilizaron los "avtozak" y las celdas de las comisarías, con gente detenida apiñada hasta rebosar. Todos los días se aplican censuras y restricciones a los periódicos y sitios de noticias que se atreven a mencionar la palabra "guerra". Según el discurso oficial, lo que está en marcha en Ucrania es una "acción militar defensiva".

Por ello, los jóvenes dibujantes cercanos a Memorial decidieron no limitarse a los mensajes de protesta en Facebook o Twitter, que también están controlados por la mirada de los censores. Decidieron hacer un almanaque de viñetas y dibujos animados, para poner de manifiesto la grotesca realidad que los rusos deben afrontar a diario.

Dos de ellos, Anna Romanova y Semen Kulikov, lanzaron el primer boceto hace tres semanas, y reunieron a 23 dibujantes y artistas. Optaron por un tema de la lista propuesta o una nueva palabra que sirviera para describir e ilustrar una realidad alternativa.

Las viñetas hablan del pasado común (la memoria), la "plaza claustrofóbica" que oprime la libertad y el destino, descrito como un muro de perchas vacías. Tratan de la ayuda mutua, de las almas de los presos del Gulag que regresan para abrazar a los niños de hoy, del tiempo y del miedo, de la represión representada por las máscaras negras de los cuervos que dan vueltas sobre una picadora de carne.

La defensa de los derechos humanos se convierte en una cuerda floja y animada, a la que se aferra cualquiera que no quiera caer por el barranco. Los rostros de los oprimidos se alinean, mientras una ardiente letra M -de Memorial- surca el río de la memoria. Las películas están editadas por jóvenes directores, algunos ya consagrados, otros noveles, animados por un gran entusiasmo a pesar de las trágicas circunstancias. La creatividad triunfa sobre la represión, dicen, y al menos ayuda a "sobrevivir en un mundo sin palabras y sin aliento", para aprender a no callar.