Kurdistán: flamante ministro cristiano jura sobre una Biblia quemada por el ISIS

Ano Jawhar Abdulmasih Abdoka es el nuevo titular de la cartera de Transporte y Comunicaciones. Para los cristianos y las demás minorías, el desafío es “permanecer en el suelo de nuestros padres”. Como gesto simbólico, el ministro juró sobre un manuscrito centenario, dañado por los yihadistas, El flamante premier kurdo Masrour Barzani archiva la cuestión de la independencia y apuesta a renovar los lazos con Bagdad.

Erbil (AsiaNews) - Para los cristianos, caldeos, asirios, siríacos, es un “desafío” el solo hecho de permanecer “en la tierra de nuestros padres”, aún a pesar de la violencia y las persecuciones. Es lo que ayer afirmó Ano Jawhar Abdulmasih Abdoka, el único ministro cristiano del nuevo gobierno de la región autónoma del Kurdistán iraquí (KRG), luego de prestar juramento sobre una antigua Biblia quemada por los yihadistas del Estado Islámico (EI, ex ISIS). El político aclaró que se trata de un gesto que busca afirmar la pertenencia cristiana así como el vínculo con la “Llanura de Nínive, Irak, la Mesopotamia y el Kurdistán”, que “son nuestras tierras”.

Titular del área de Transporte y Comunicaciones, él es el único exponente cristiano del gobierno liderado por Masrour Barzani en representación de la Alianza de Unidad Nacional (facción asiria, siríaca y caldea). Como primer acto simbólico, el ministro decidió prestar juramento sobre un manuscrito que data de hace 400 años y que fue dañado por los yihadistas, para “demostrar que los cristianos seguirán siendo un elemento esencial” de la región. Al ser interpelado por la agencia kurda Rudaw, Abdoka dijo que con su gesto, quiso traer a la memoria las “terribles atrocidades” cometidas por el ISIS, y en particular, contra las minorìas cristiana, yazidí y Kakais en la provincia septentrional de Nínive. “Todos nosotros -agregó- hemos sido azotados por los yihadistas, de distinta manera, y cargamos con las consecuencias de ello. Al hablar específicamente de su rol como ministro, él afirmó que su intención es obrar siguiendo una metodología “moderna” y “desarrollada”. “Somos muy optimistas -agregó- sobre el hecho de poder trabajar codo a codo, en el nuevo Ejecutivo, junto a Primer ministro, para garantizar a los niños de la región kurda los servicios esenciales y que éstos operen y funcionen”. Un discurso pragmático, que responde a los numerosos llamamientos que AsiaNews recibiera de sacerdotes y personalidades cristianas de la región kurda, que denunciaban las dificultades logísticas y de transporte para poder garantizar la escolarización de los niños que debieron refugiarse al huir de Mosul y Nínive. En el Parlamento de la región del Kurdistán, formado por 111 miembros, lo escaños reservados a las minorías son 11 y dentro del nuevo Ejecutivo -formado por 21 ministros, de los cuales 3 no tienen una cartera asignada- hay representantes yazidíes y de otras etnias minoritarias. La ceremonia de la jura se realizó ayer a las 11 de la mañana, luego de que los diputados dieran su voto de confianza al equipo de gobierno.

En el discurso inaugural, el flamante premier Barzani archivó la lucha por la independencia que había llevado adelante hace dos años, para inaugurar una nueva etapa de mayor colaboración y de lazos más consolidados con Bagdad. La prioridad que hoy rige en Erbil, agregó, es entablar una relación “fuerte y constructiva” con el gobierno central, dejando a un lado las miras independentistas, al menos por el momento. “Lo que sucedió en el pasado -prosiguió- es como un “reflejo” de las “aspiraciones” de una nación. “Sin embargo, hoy, el foco de mi gobierno estará puesto en crear una renovada colaboración”.

“En la guía de la lucha por la independencia solía estar el padre de Masrour, el ex presidente Masoud Barzani, que presentó su renuncia en el 2017, luego de la ofensiva del ejército iraquí contra las miras separatistas de la región autónoma kurda, Una de las cuestiones centrales que aún sigue pendiente resolver es la disputa por el control del petróleo (que lleva décadas y gira fundamentalmente en torno a Kirkuk), la coparticipación en los ingresos, la seguridad y el control del territorio, elementos de un conflicto que se viene arrastrando desde el 2003, cuando se produjo la caída del rais Saddam Hussein.