Kuala Lumpur: La escasez de trabajadores extranjeros amenaza la economía nacional
En 2019 eran cerca de dos millones. Porvienen principalmente de Indonesia, Bangladés y Nepal. Se encuentra en riesgo la producción de aceite de palma, de semiconductores y la industria pesquera. Los trámites y los costos de los procedimientos burocráticos son algunos de los principales obstáculos.
Kuala Lumpur (AsiaNews) - La combinación de intereses políticos que han agudizado el sentimiento nacionalista y la dificultad para gestionar los tiempos y las necesidades que requiere una enorme cantidad de trabajadores extranjeros, han hecho cada vez más problemática la vida de los inmigrantes en Malasia. Tan es así que el Departamento de Estado de EE.UU. ha colocado al país en el nivel más bajo de su ranking sobre la explotación y desprotección del trabajo migrante. Debido a la sospecha de que se estaba utilizando "trabajo forzado", Washington también prohibió a siete empresas malayas el acceso al mercado nacional.
En Asia, Malasia es uno de los países más dependientes de la mano de obra extranjera. En 2019 unos dos millones de trabajadores -el 20% de su mano de obra- en su mayoría proveniente de Indonesia, Bangladés y Nepal, contribuyeron a la producción en sectores fundamentales como la agricultura, los semiconductores y la pesca.
Los trámites y costos de los procedimientos burocráticos es uno de los principales obstáculos para la contratación de trabajadores extranjeros; a ello se suma la incertidumbre sobre las responsabilidades y atribuciones, y también decisiones que no siempre se expresan abiertamente. Por ejemplo, pese a que la prohibición de la inmigración por trabajo terminó en febrero y que el Ministerio de Recursos Humanos comunicó hace dos meses que las empresas malayas requerían 475.000 trabajadores, las autoridades de Kuala Lumpur solo aprobaron poco más de 2000 solicitudes, y en la mayoría de los casos adujeron vagas carencias en la documentación presentada.
Esta situación, por otra parte, crea fricciones con las autoridades de los principales países de procedencia de los migrantes, quienes temen que nuevas y más onerosas normas, y tambié más inciertas, supongan un aumento de los tiempos y costos y un mayor endeudamiento para los que quieren migrar a Malasia.
El 31 de mayo Indonesia, un socio clave, canceló el plan de enviar a sus ciudadanos a las plantaciones de palma aceitera de Malasia. La decisión bloqueó a 164 trabajadores calificados de la isla de Lombok que debían embarcar en un vuelo a Kuala Lumpur.
Muy probablemente la medida se debió a malentendidos sobre las reglas de inmigración y contratación, pero de todos modos es un duro golpe para las perspectivas de recuperación de la industria de la palma aceitera, que equivale al 5% del PIB de Malasia. Ante las inmensas oportunidades de expansión que ofrece la paralización de las exportaciones de aceite de girasol de Ucrania, el sector se encuentra en Malasia con el nivel más bajo de mano de obra debido a una normativa tan rígida que en los hechos ha frenado el proceso migratorio.
23/05/2022 13:45