Kuala Lumpur: 114 refugiados birmanos demorados por Covid-19, en riesgo de ser expulsados

En febrero de 2021, inmediatamente después del golpe de estado en Myanmar, Malasia había repatriado a 1086 refugiados birmanos, pero 114 permanecieron en el país porque dieron positivo al Covid. Amnistía Internacional y otras organizaciones instan al gobierno a no proceder con la repatriación. En octubre, un grupo de migrantes fue expulsado - entre ellos, varios desertores del ejército cuya vida corre peligro en su país natal.

Kuala Lumpur (AsiaNews) - Un tribunal de Malasia revocó la expulsión en suspenso de 114 refugiados de Myanmar, suscitando las críticas de los grupos de defensa de los derechos humanos. En la ex Birmania se libra un brutal conflicto civil, iniciado en febrero de 2021, tras el golpe de Estado del ejército que derrocó al gobierno civil y democráticamente elegido de Aung San Suu Kyi.

Según las Naciones Unidas, en menos de dos años, el número de desplazados internos ha aumentado a 1,4 millones, y más de 49.400 han encontrado refugio en el extranjero.

En febrero del año pasado, durante los disturbios iniciales, el gobierno de Malasia había repatriado a 1.086 ciudadanos birmanos, ignorando una orden de un Tribunal superior que resolvió dejar la expulsión en suspenso y otorgar un permiso de residencia temporal. Otros 114 refugiados fueron demorados tras dar positivo al Covid-19 y permanecieron en Malasia. Posteriormente, el entonces ministro del Interior, Hamzah Zainudin, había solicitado la revocación de sus permisos de residencia, alegando que los refugiados birmanos estaban dispuestos a regresar a Myanmar. Sin embargo, los grupos humanitarios habían impugnado el supuesto consentimiento, argumentando que no se había dado de forma espontánea y voluntaria.

En una declaración conjunta, Amnesty International Malaysia y Asylum Access instaron al gobierno malasio, dirigido por el flamante primer ministro Anwar Ibrahim, a reconsiderar sus planes. Las organizaciones alegan que en el grupo de 114 ciudadanos birmanos -actualmente recluidos en un centro de detención de migrantes- hay niños y posibles solicitantes de asilo, según declaraciones de Katrina Maliamauv, directora de Amnesty Malasia.

En octubre, desde el exilio, el Gobierno de Unidad Nacional de Myanmar (compuesto por ex miembros de la Liga Nacional para la Democracia, el partido de Aung San Suu Kyi) había llamado la atención sobre un informe publicado por Reuters, en el que se afirmaba que el gobierno malasio había expulsado ese mes a 150 ciudadanos birmanos, entre ellos varios desertores del ejército birmano cuya vida está en peligro si regresan a su país. Algunos de ellos ya habían solicitado asilo. Según Human Rights Watch, entre abril y octubre de este año, Kuala Lumpur repatrió a más de 2.000 birmanos.

El ministro del Interior en funciones en aquel momento, Hamzah, había comentado que la ONU no debía inmiscuirse en los asuntos internos del país y afirmó que el gobierno tomaría medidas contra cualquiera que violara las leyes nacionales, independientemente de su procedencia. Malasia no es signataria de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951, pero para la ONU, el “principio de no devolución” de refugiados y solicitantes de asilo es vinculante para todos los Estados porque forma parte del derecho internacional consuetudinario.

Según datos del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), a finales de septiembre había 183.430 refugiados y solicitantes de asilo en Malasia, de los cuales 157.910 procedían de Myanmar.