Katmandú prohíbe las celebraciones por los 84 años del Dalai Lama
El gobierno nepalés dictó una prohibición ante el riesgo de la autoinmolación de monjes. El 7 de julio, día de su cumpleaños, el líder del budismo tibetano invitó a los fieles a ser “compasivos y a crear una armonía religiosa”. Nepal es uno de los países que colaboran con Beijing en la estrategia de la “Nueva Ruta de la Seda China”. En el 2015, fue salvado de la quiebra, producto del embargo impuesto por Delhi.
Katmandú (AsiaNews/Agencias) – El gobierno de Nepal dictó la prohibición de celebrar el cumpleaños número 84 del Dalai Lama, líder espiritual del budismo tibetano. A través de un comunicado oficial difundido el 5 de julio pasado, el Tibetan Representative Office de Katmandú da a conocer la orden de la policía nepalesa, que prohíbe los festejos “por motivos de seguridad”, aludiendo al riesgo de que se produzcan auto-inmolaciones públicas de monjes. Sin embargo, quienes critican la medida consideran que la cancelación de los festejos en realidad se debe a la creciente influencia de China, que siempre ha considerado al Dalai como un “lobo disfrazado de cordero”.
En tanto, el 6 de julio, Tenzin Gyatso, el XIV Dalai Lama, festejó su cumpleaños en su residencia de Dharamsala, en Arunachal Pradesh (India). Desde allí, en una videoconferencia, hizo un llamado a las comunidades de fieles que viven en Taiwán, Singapur y Malasia: “sea lo que hagan, donde sea que vivan, traten de crear una ambiente compasivo, una sociedad compasiva, en definitiva, una armonía religiosa”.
El Nepal constituye la patria de casi 20.000 tibetanos exiliados, que huyeron durante la revuelta tibetana contra el dominio militar chino en marzo de 1959. Por aquellos días, el jefe del budismo tibetano fue obligado a huir del Palacio Potala, su residencia en Lhasa.
Si bien él ha tratado de dialogar con Beijing en numerosas oportunidades, para salvaguardar la autonomía de la religión y de la cultura tibetanas, marcadas por un “genocidio cultural”, el Partido comunista chino siempre lo ha etiquetado como un “peligroso separatista” que pretende la independencia del Tíbet.
Con el deseo de poder regresar al Tíbet, en el 2011 él renunció a su cargo político para seguir siendo exclusivamente el líder espiritual del budismo tibetano. Jamás ha abandonado el sueño de poder regresar a su hogar, el Tíbet, tal como reiteró recientemente en una entrevista con la BBC.
En los últimos años, el gobierno de Beijing se erigió como uno de los socios comerciales más importantes de Katmandú. En los último doce meses, ha financiado la economía de la región himalaya con 60 millones de dólares en proyectos hidroeléctricos, de caminos e infraestructuras. En mayo del 2017, los gobiernos de los dos países firmaron un importante acuerdo que se empalma con el plan de la “Belt and Road Initiative”, el nuevo nombre de la “Ruta de la Seda China”.
Cabe remarcar que Beijing alivió la suerte del país luego del extenuante embargo impuesto por Delhi, el histórico socio que ejercía un control hegemónico sobre Katmandú. El bloqueo indio sobre el tránsito de mercaderías, que se prolongó durante cinco meses, llevó al país al colapso. Ante esta situación, Beijing ofreció un salvavidas a la economía, permitiendo la supervivencia de la población nepalesa.