Kachin, bombardean un campo de refugiados: al menos 30 víctimas civiles y decenas de heridos

Según testigos, se trató de un ataque con drones en la aldea de Mon Lai Hket, cerca de la frontera con China, donde residen cientos de desplazados internos. El ejército birmano ha negado ser responsable, pero no sería la primera vez que atacan a civiles. El representante del Gobierno en el exilio ante las Naciones Unidas afirmó que "debe haber un embargo de armas".

Rangún (AsiaNews/Agencias)- Un ataque con drones mató a cerca de treinta civiles, en su mayoría mujeres y niños, que se encontraban en un campo para desplazados internos en la aldea de Mon Lai Hket, cerca de la frontera entre el Estado birmano de Kachin y China. Según fuentes locales, a las 23.25 horas de ayer, el ejército birmano -que en febrero de 2021 derrocó con un golpe de Estado al anterior gobierno liderado por Aung San Suu Kyi- lanzó un ataque cerca de la ciudad de Laiza, que sirve como cuartel general de la organización armada étnica Kachin Independence Army (KIA), una de las milicias de Myanmar que junto con otros grupos antigolpistas lucha contra los militares.

El portavoz del KIA, coronel Naw Bu, explicó a varios medios que esta mañana se habían identificado 29 muertos, cuyo número, sin embargo, sigue creciendo, y se han contabilizado 56 heridos, de los cuales más de cuarenta fueron sometidos a operaciones urgentes. “No escuchamos el sonido de ningún avión antes del ataque. Sospechamos que podría tratarse de un ataque con drones”, añadió.

Un estudiante activista local, que se hace llamar Justin, dijo que la ciudad estaba "conmocionada" por el ataque y que están evacuando a muchos residentes: "Estamos en alerta porque tememos que pueda haber un segundo bombardeo", añadió. Kohn Ja, otro activista que forma parte de la Red de Paz de Kachin (Kachin Peace Network), explicó a Reuters después de visitar el hospital local que "la bomba ha sido muy potente". El pueblo quedó completamente destruido y ha desaparecido."

En la ciudad de Laiza, que el KIA considera su capital, hay decenas de refugiados internos, que han aumentado a casi dos millones en todo el país debido al conflicto, según datos de Naciones Unidas. El campo de refugiados de Mon Lai Hket existe desde 2011, pero ha ido creciendo y en la actualidad aloja cerca de 850 personas. El pasado mes de octubre los militares birmanos reivindicaron un atentado durante una fiesta local en A Nang Pa, en el distrito de Hpakant, en el que murieron unos 60 civiles.

La junta golpista birmana declaró que no era responsable del reciente ataque: “Estamos investigando. Nos ocuparemos de la situación de paz en la frontera”, dijo a People Media el portavoz de la junta, Zaw Min Tun, y agregó que la explosión pudo haber sido causada por el estallido de un arsenal de municiones del grupo étnico rebelde. El portavoz del Gobierno de Unidad Nacional en el exilio, compuesto principalmente por ex diputados del gobierno anterior, denunció el ataque, calificándolo de "crimen de guerra y crimen contra la humanidad", subrayando que los militares ni siquiera respetan los pedidos de paz y estabilidad procedentes de China. En efecto, junto con Rusia Beijing es el principal proveedor de armas del ejército birmano, pero lo que más le importa es la estabilidad cerca de su frontera, para poder llevar a cabo sus proyectos de infraestructuras de la Belt and Road Initiative.

Ayer el embajador de Myanmar ante las Naciones Unidas, Kyaw Moe Tun, miembro del Gobierno de Unidad Nacional en el exilio, declaró que, tras el golpe de Estado, el Ejército birmano importó armas y materias primas por valor de más de mil millones de dólares y adoptó una política de “tierra arrasada”, que destruyó más de 75.000 viviendas y mató a más de 4.000 civiles. Citando investigaciones, Kyaw Moe Tun señaló que hubo un promedio de 30 ataques aéreos por mes en Myanmar entre enero y junio de este año, e instó a los Estados miembros del Consejo de Seguridad de la ONU a imponer un embargo total sobre las armas destinadas al Ejército. “No hay palabras que puedan describir adecuadamente el sufrimiento del pueblo de Myanmar. Es una tragedia indescriptible”, comentó Kyaw Moe Tun.