Jóvenes indios a los obispos y políticos: Queremos ser tomados en serio, pues nosotros lo hacemos
En Roma, se reunieron jóvenes de todo el mundo con ocasión de un encuentro post-sinodal. Tres muchachos muy distintos entre sí comparten sus expectativas, desafíos y la vida cotidiana. La sociedad india está marcada por una fuerte competencia; los partidos políticos se aprovechan de las diferencias religiosas para perseguir objetivos de índole personal. A los chicos se les exigen diplomas y calificaciones, pero en los tres sillones de gobierno se sientan personas que carecen de títulos.
Roma (AsiaNews) – Tomar en serio las expectativas de los jóvenes, tanto en la Iglesia como en la vida pública: “Basta de considerarnos como pequeños, sin derechos y solo buenos cuando se trata de hacer manifestaciones. Nosotros somos el futuro del país”. Es el reclamo de algunos jóvenes indios, que se encuentran en Roma en estos días, participando del International Youth Forum (del 19 al 22 de junio), impulsado por el Vaticano, para compartir las experiencias que se han dado a posteriori del Sínodo de obispos sobre los jóvenes. De sus palabras emerge una conciencia del propio valor como católicos y como ciudadanos, en un contexto marcado por una fuerte competencia personal, tanto en la escuela como en las parroquias. Hablan de su vida cotidiana, de la relación con sus padres y amigos y de la fe. Una fe que, tal como ellos afirman, sirve para “descubrir el verdadero valor de la vida, de los vínculos humanos, de la alegría por el hecho de pertenecer al Padre, y de que tenemos una misión santa en nuestra vida sobre la Tierra”.
En Roma se han reunido casi 350 jóvenes de todo el mundo, para compartir sus experiencias luego del Sínodo sobre los jóvenes, celebrado en octubre de 2018, al cual siguió una exhortación post-sinodal, “Christus Vivit”. Los delegados indios son: Percival Holt, de 25 años y oriundo de Delhi, flamante egresado especializado en biotecnología y presidente del Indian Catholic Youth Movement; Jesvita Princy Quadras, de 20 años, proveniente de Mangalore (Karnataka), recientemente graduada en Periodismo y Psicología y ex presidente de las juventud de estudiantes cristianos; Becaremeo Nongtdu, de 28 años, oriundo de Jowai (Meghalaya), actualmente cursando el doctorado de Filosofía y presidente de los jóvenes de la región Noreste.
Jesvita y Becaremeo subrayan que el compromiso asumido por Percival, el único de los tres que estuvo presente en calidad de “oyente” en los encuentros en el Vaticano para el Sínodo, “fue fundamental para nosotros”. Al regresar a la India, él visitó más de 30 diócesis. Jesvita, que hace cinco años se dedica al grupo de jóvenes (Youth Ministry), remarca que su testimonio ha sido esencial. “De no haber sido por él, jamás hubiéramos sabido del encuentro. Lo que él contó me hizo entender que somos los jóvenes los que debemos empeñarnos, ya que tenemos una tarea en relación a la Iglesia, valorizando nuestras intuiciones, y nuestros distintos modos de pensar”.
Los tres chicos tienen historias muy diferentes: Percival nació y creció en una gran ciudad tecnológica y urbanizada; Jesvita proviene de un territorio marcado por una fuerte emigración y está muy comprometida con el apostolado juvenil; Becaremeo, tiene un pasado como seminarista, que luego devino rebelión y búsqueda de la diversión absoluta, hasta que finalmente “volví al recto camino, entendí que lo que yo quería no eran relaciones humanas vacías”.
Los jóvenes provienen de áreas que presentan desafíos y problemas distintos. Jesvita cuenta: “Son muchos los que abandonan la ciudad para ir en busca de un trabajo mejor, en otro lado. El desafío de la Iglesia es que den marcha atrás”. El Noreste, en cambio, agrega Becaremeo, “es un territorio con una fuerte presencia tribal, fundado sobre tradiciones particulares y la cultura del clan. Es por ello que los jóvenes, aún en caso de obtener un buen trabajo en la capital, no se mudan del lugar. Tienen una mentalidad muy introvertida, ligada a la familia y a la tribu de proveniencia. Hasta que no se ven forzados a ello, no se exploran a sí mismos, no se lanzan más allá”.
En lo que respecta a la vida de la Iglesia en la India, afirma Becaremeo, “somos nosotros los que debemos trabajar por y para Cristo, contribuyendo a difundir el mensaje cristiano y sosteniendo la dimensión espiritual”. Percival continúa: “Es por eso que los obispos y sacerdotes tienen que acompañarnos, en lugar de parecer siempre muy distantes. Ante todo, debieran traducir al hindi la exhortación apostólica, en lugar de considerarla como un mero texto para ser estudiado”. Jesvita concuerda: “El mensaje de los obispos aún no ha alcanzado a la gente común, sobre todo por las barreras lingüísticas y por el costo del libro”.
Al dirigirse a la sociedad en general, los jóvenes dicen: “Basta de divisiones. Basta de usar la religión para fines personales. Esto no ayuda al desarrollo del país”. Y a los políticos, les piden: “Fíjense en nosotros. Tenemos muchos recursos que no están siendo explotados. Muchos de nosotros están en el exterior. Estamos llenos de competencias y títulos. Sin embargo, en los tres sillones de gobierno se sientan personas sin calificaciones. Si queremos un cambio de verdad, tenemos que centrarnos en la calidad, y designar a las personas adecuadas para ejercer justamente un rol”. “No se aprovechen de nosotros para perseguir sus objetivos -concluye Jesvita- los medios ya están en manos de los partidos políticos, no nos enfrenten unos contra otros, difundiendo mensajes negativos”.
08/10/2018 19:28