Justicia y paz thai. Conflictos y derechos negados. El país pide la reconciliación
Bangkok (AsiaNews)- AsiaNews continúa en la publicación de las intervenciones de los delegados en la Conferencia internacional sobre “Paz y reconciliación en el contexto de Asia”, en programa del 7 al 11 de abril en el centro pastoral de los Camilianos en Bangkok, capital de Tailandia. A la iniciativa han adherido 43 personalidades del continente, en representación de 14 países. En los días pasados hemos presentado las ponencias relativas a Myanmar, China, Hong Kong e India.
“El p. Suwat Luangsa y Achara Somsaengsruang, respectivamente director y secretaria de la Comisión Justicia y Paz de la Iglesia católica thai, han presentado un informe detallado sobre la situación política, humanitaria y social del país. Tailandia está viviendo desde hace tiempo una grave crisis política, además de un conflicto decenal en el sur y otros problemas relativos a la gestión de los migrantes y al respeto de los derechos. A continuación, la ponencia de los delegados thai en la Conferencia:
Tailandia es una nación con una población de unos 67 millones de personas. Muchos habitantes thai tienen origen chino, mientras que en las minorías étnicas hay malay en el sur y otros grupos minoritarios entre los cuales los Karen, Mon, Hmong, además de las etnias lao.
La mayoría, casi el 95%, profesa el budismo, el 35 más o menos es musulmán, el 0,5% cristianos (protestantes y católicos tienen casi el mismo porcentaje), junto a otros grupos y credos menores.
La economía nacional está fundad en la industria de las importaciones, con una tasa de desocupación inferior al 1%. Los principales sectores son la industria (43,6%), el tercer sector entre el turismo (con el 44,2%) y la agricultura (12,1%). La población trabaja sobre todo en el sector de los servicios (48,2%), seguida por la agricultura (38,2%) 7 por la industria (13,6%).
La política cambió, pasando en 1932 de una monarquía absoluta a una democracia parlamentaria. Desde entonces hasta hoy, Tailandia registró 10 golpes de Estado y 9 fallidos. El país vivió bajo el yugo de la dictadura militar por muchos más años respecto a los períodos en los cuales estuvo en vigor la democracia representativa. Todavía hoy está bajo el dominio militar, desde que el gobierno elegido democráticamente fue derrocado el pasado 22 de mayo de 2014.
Situación actual en tema de derechos humanos
1-Conflictos políticos
En el último decenio, Tailandia experimentó diversos y graves conflictos políticos caracterizados por focos de violencia entre los partidos, sus representantes y los electores, además entre los ciudadanos y el Estado. Estas tensiones han causado la pérdida de vidas humanas y de propiedades, con casos evidentes de violaciones de los derechos humanos.
Estos conflictos se difundieron en cada estrato de la sociedad, de la familia y hasta entre las religiones, causando heridas profundas que son difíciles de sanar. En este período se verificaron 2 golpes de Estado militares, que han derrocado gobiernos elegidos en modo democrático. Esta situación ha ayudado a aumentar las divisiones y provocó fracturas aún más profundas. Las violaciones de los derechos individuales y de la comunidad se agravaron. Ahora está prohibida la libre expresión y de asociación, los órganos de información son amenazados. Muchas personas, jóvenes y adultos, hombres y mujeres, que han organizado protestas simbólicas fueron detenidas por los militares por “modificar el comportamiento”.
2-El conflicto en el sur de Tailandia
Además del conflicto de matriz política en escala nacional, continúan empeorando las violencias en las provincias meridionales de Narathiwas, Yala y Pattani; en la zona hay conflictos de naturaleza política, étnica y religiosa que también causan pérdidas de vidas humanas, heridos y daños a las propiedades públicas y privadas.
Si bien el budismo sea central en la identidad thai, las personas que habitan estas 3 provincias del sur. En las cuales la mayor parte de los 1,8 millones de habitantes son musulmanes de etnia Malay- luchan con fuerza para mantener la propia identidad cultural y dar vida a un Estado Malay. Desde el año 2004 hasta hoy las violencias han causado la muerte de unas 5,500 personas.
En estas 3 provincias y en algunos distritos de la vecina provincia de Songkhla existen normas especiales y leyes de emergencia nacional. Estas normas permiten a kos funcionarios detener a una persona sin necesidad de un mandato de arresto, además, éstos no son responsables de los eventuales daños a las personas, en el ejercicio de la actividad profesional y ene l desarrollo de las tareas policiales. Bajo muchos aspectos estas leyes aumentan aún más las violaciones de los derechos humanos.
3-Derechos comunitarios negados y violados
En lo que se refiere a la situación de los derechos personales y comunitarios, hay choques entre el Estado y los ciudadanos, entre la gente y las empresas en lo que se refiere a los derechos sobre la tierra, el estilo de vida y los problemas relacionados con el ambiente. De hace más de 20 años existe un largo conflicto entre los campesinos y el Estado en lo referente a la construcción de diques que cambian totalmente el estilo de vida de los habitantes de las zonas interesadas, que no pueden aprovechar los recursos hídricos para la pesca y la agricultura, tradicionales fuentes de sustento.
A más de esto, las políticas promovidas por el actual gobierno militar- en modo especial las normas inherentes a la recuperación de las áreas forestales y la ley de reforma agraria- dañan en modo grave a la gente. En los 9 meses después del golpe de Estado militar, al menos 20 comunidades esparcidas en 14 provincias fueron objeto de evicciones forzadas y de expropiaciones. También hubo 8 casos de limitación de expresión y violaciones de los derechos comunitarios. Las minorías étnicas que habitan las forestas desde mucho tiempo antes que fuesen introducidas las leyes sobre las reservas forestales, también sufrieron abusos y violaciones en sus derechos. A esto, se agrega el hecho que muchos exponentes de las minorías étnicas no tienen derecho a la ciudadanía y a la posesión de la tierra. Como consecuencia, ellos no pueden viajar, no tienen acceso a la educación y a las pensiones como los ciudadanos thai que tienen todos los derechos.
4-La explotación de los migrantes
Más o menos unos 4 millones de migrantes-provenientes sobre todo de Myanmar, Camboya y Laos- trabajan hoy en Tailandia, en su mayor parte como obreros genéricos y manuales. Otros vienen de China, Vietnam, Rusia, Uzbekistán, India e Islas Fiji. Estos trabajan en las plantaciones, en la pesca y en las fábricas. Tailandia está cumpliendo muchos esfuerzos para censar a los centenares de miles de trabajadores migrantes. Traficantes sin escrúpulos explotan esta situación, para ofrecer documentos y modalidades de registración con un pago 700 veces más caro que el precio establecido por la ley.
El gobierno thai reconoce algunos de los muchos problemas que deben enfrentar estos trabajadores migrantes privados de documentación y en el tiempo alentaron a muchos de estos a registrarse en los lugares autorizados por las autoridades locales. Los trámites para obtener un documento son complicados y caros. La mayor parte de los migrantes acumulan deudas para que estas formalidades burocráticas puedan llegar a su buen fin. El dinero a menudo se lo reparten entre los traficantes y los funcionarios del gobierno sin escrúpulos y corruptos.
Los trabajadores migrantes, si bien contribuyen al desarrollo de Tailandia, obran en su mayor parte de los casos en condiciones de explotación y miseria. Sus derechos en cuánto migrantes- están establecidos por la Convención que tutela los derechos de los trabajadores migrantes y de sus familias- de hecho no son garantizados no respetados.
5-El tráfico de vidas humanas
Otro problema clave que Tailandia se encuentra hoy para enfrentar es el del tráfico xe vidas humanas y las formas de esclavitud moderna, aumentadas por el hecho que el país es una zona de tránsito como así de destino, así muchas mujeres y también niños son objeto de engaños y llevados al mercado negro del trabajo, sobre todo en el sector de la pesca y de las plantaciones intensivas. También, sobre todo las mujeres son víctimas de la mafia de la prostitución y se convierten en esclavas del sexo.
Este tráfico es causa de diversas violaciones de los derechos, entre los cuales los salarios y los beneficios denegados, la tortura, la falta de acceso al sistema sanitario, a la instrucción, a la posibilidad de viajar o de cambiar de lugar de trabajo.
Además hay historias documentadas de funcionarios civiles y militares thai corruptos, que ganan dinero del tráfico de los Rohingya- minoría musulmana objeto de persecución y abusos en Myanmar- en fuga de la ex Birmania en dirección a Bangladesh o que transitan por Tailandia y que van hacia Malasia o Indonesia.
6-La esclavitud moderna de la industria de la pesca
Tailandia es el tercer país en el mundo por la exportación en el sector de la pesca, pero su industria es aún fuente de abusos y de trabajos forzados en la carrera de la competitividad y al primado en escala global. Las exportaciones en el sector pesquero de Tailandia hacia los EEUU están cerca de los 1,6 billones de dólares por año, mientras que el volumen total de la exportación toca los 7,9 billones de dólares. Estimaciones recientes hablan de al menos 473.300 personas víctimas en varias maneras de la esclavitud moderna del trabajo forzado en la industria pesquera en Tailandia, además de otros campos de trabajo y del mercado del sexo.
La pesca excesiva, la pesca pirata y la esclavitud moderna en el sector íctico son problemáticas interconectadas entre ellas y son también las cusas de fondo de los abusos contra los derechos humanos y el tráfico de vidas humanas en la industria de la pesca.
(Colaboró Shafique Khokhar).
06/02/2015
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