Joven de Hong Kong: Lo que hemos comprendido en estos días. Un gracias a Dios por Mons. Ha

de John Man

John Man, de 24 años graduado en la Universidad de Hong Kong, protagonista de las marchas contra la ley sobre la extradición, narra sobre la hipocresía del gobierno y denuncia con tristeza la “débil intervención oficial de la diócesis. Mons. Joseph Ha Chi-shing, obispo auxiliar, reconquistó los jóvenes a la iglesia y generó aprecio por parte de los no creyentes.

Hong Kong (Asianews)- El brazo de hierro por la ley sobre la extradición, se manifestó la hipocresía del jefe del ejecutivo, la dictadura del Partido comunista chino, el ridículo de los parlamentarios pro-China. Así John Man de 24 años, graduado desde hace poco en la Universidad de Hong Kong, que participó de la marcha del 9 de junio, con 1 millón de personas y a aquella del 16 de junio con 2 millones y más personas, sobre todo jóvenes. John, que siguió el debate sobre la ley ya desde el pasado febrero, acusa también sobre otro punto: “¿Dónde está nuestra Iglesia?”. Según él, sólo la Comisión diocesana de Justicia y Paz permaneció sensible a estas problemáticas. A diferencia de los comunicados oficiales de la diócesis, “débiles” e “impotentes”, en los días de las grandes manifestaciones, Mons. Joseph Ha. obispo auxiliar, permaneció fiel y cerca de los jóvenes (v Foto), como un verdadero pastor que “está donde están sus ovejas”. Su testimonio reconquistó los jóvenes a la iglesia y generó aprecio por parte de los no creyentes.

Mientras tanto, después de días de silencio y comunicados oficiales, esta mañana el jefe del ejecutivo, Carrie Lam, pidió personalmente disculpa por el modo en los cuales obró en la gestión de la controvertida ley. Prometió que escuchará más a la población, sobre todo a los jóvenes, pero no dimitió, algo que mucha parte de la población pide desde hace tiempo.

Desde el conflicto surgido sobre las enmiendas de la ley para la extradición, la gente de Hong Kong reconocí la hipocresía del jefe del ejecutivo, que no proviene de una elección democrática; el imperialismo del Partido comunista chino, que controla el gobierno; el ridículo de los diputados pro-gobierno y pro-china, que controla el gobierno. En estos tiempos tan difíciles para Hong Kong, ¿dónde está nuestra Iglesia? El conflicto comenzó en febrero pasado y se hizo incandescente en abril y sólo la Comisión diocesana de Justicia y Paz la tuvo de ojo, explicando a los fieles la maldad de las enmiendas.

En junio, la marcha de 1 millón de personas rechazó las cosas en el punto más alto y después de los enfrentamientos sangrientos, 2 millones de personas participaron en una manifestación, creando una nueva página en la historia de Hong Kong.

Lamentablemente, hay que decir con tristeza, en este conflicto, la diócesis de Hong Kong jugó un rol muy débil y de bajo perfil. Ella sólo difundió algunas declaraciones sin fuerza y un anciano prelado, condenando la violencia, se detuvo sólo sobre los manifestantes que lanzaban piedras contra la policía.

Como joven manifestante católico me pregunto: “¿Dónde está la Iglesia?”. Gracias a Dios, él nos envió al franciscano, Mons. Joseph Ha Chi-shing para responder a la cuestión. Él dijo a los jóvenes manifestantes que “donde están las ovejas, allí siempre está el pastor. El pastor debería no sólo estar con las ovejas sino también guiarlas”. Como cristianos, nosotros no sólo “queremos” sino “que necesitamos” de un pastor así. Con el testimonio de Mons. Ha, la Iglesia no ha solo reconquistado nuestra generación, sino que recibió también el aprecio por parte de los no creyentes. Esto significa ser “sal y luz” (Cfr Mt 5,13-16).