Joven católica víctima de bullying: ‘Ahora también tengo amigos musulmanes’ (Fotos)

de Kamran Chaudhry

Kinza Roma es una docente de 27 años. En el liceo era obligada a limpiar los baños y era tratada como una mendiga. Hoy tiene tres seminarios contra el bullying (acoso) y participa en encuentros para estimular la conciencia entre las comunidades religiosas.

Lahore (AsiaNeews)- Molestada por las compañeras del liceo por su fe católica, ahora está reconquistando la confianza en sí misma y encontró muchos nuevos amigos de religión musulmana. Es la historia de Kinza Roma, una docente de 27 años proveniente de Lahore (v Foto 2, la primera a la izquierda). Ella cuenta a AsiaNews acerca de la persecución sufrida durante los años de la secundaria, cuando a raíz del trabajo de su padre, fue inscripta en un hostal donde ella era la única cristiana. Después de tantos años, aún lleva en su cuerpo las marcas de tantos maltratos. Justamente, para impedir que otros jóvenes sufran lo mismo que ella sufrió, decidió hacerse docente educadora y tiene 3 seminarios sobre prevención del bullying (acoso, hostigamiento) en Pakistán.

Normalmente los años del liceo son recordados como el período más despreocupado en la vida de un adolescente. Sin embargo, o fue asi para Kinza: en el año 2008 la inscribieron en un hostal por el padre, funcionario de la provincia de Punjab para la educación técnica y la formación vocacional, que fue transferido fuera de la provincia. “Debía terminar los 3 años de ingeniería informática- recuerda- y era la única cristiana. Mis compañeras de clase no conocían la historia de mi familia. Me escupían en la cara y pensaban que fuese una barrendera o una mendiga. Me escupían en la cara y me hacían limpiar los baños. Nadie quería compartir la habitación conmigo. Me encerraban en una habitación en la oscuridad, donde yo me quedaba horas llorando por horas, sola y llena de miedo”.

Kinza sufre presiones de parte de la escuela para que no revele nada sobre los abusos a mi familia. Por otro lado, “en esa época no existían los celulares y podía llamar por teléfono a mi casa sólo 2 veces ´por mes”. Su salud inicia a empeorar hasta cuando no le llega un ataque respiratorio. la mandan a su casa por el director del hostal, el padre descubre su enfermedad y hace una denuncia.

Aquellos años de vejaciones le dejaron una profunda marca. Hoy Kinza sufre de asma y de ataques de ansia y está concurriendo a un pasiterapeuta. Se vuelve nerviosa cuando debe hablar en público o hablar con algún musulmán.. “El solo pensamiento de estar frente a ellos-dice- me produce miedo”.

La educadora acusa al material utilizado en el país, lleno de odio e intolerancia contra las minorías religiosas, sobre todo contra cristianos e hindúes. Recientemente fue seleccionada por la Youth Development Foundation (YDF) para participar en un “campo de la diversidad”, evento que reúne a estudiantes universitarios de todas las religiones, para estimular el conocimiento y el respeto recíproco. El campo se desarrolló en una zona de colinas y la altura empeoró sus ataques de asma. “Pero esta vez- refiere- mi compañera de habitación, que es de religión islámica se ocupó de mí por los 4 días. Gracias a esta formación, adquirí confianza en mí misma y también cambió mi percepción de la comunidad musulmana. Ahora tengo muchos amigos de fe musulmana, si bien me viene el miedo en los encuentros con mucha gente”.

Shahid Rehmat, director ejecutivo de YDF, explica que los campos sirven para “formar activistas de paz que puedan resolver los conflictos en las áreas en las cuales viven. Mezclamos a los jóvenes de diferentes religiones en las habitaciones, de modo que estén obligados a tener contacto entre ellos. A veces las discusiones sobre la paz o las religiones se transforman en debates teológicos y sobre el rol de la religión en la violencia y en la construcción de la paz”. Luego concluye: “El prejuicio nace de la distancia entre las comunidades religiosas. Además es muy difícil obtener los permisos burocráticos para organizar tales actividades. La lucha por el alma de nuestro país jamás fue tan ardua”.