Jerusalén, situación ‘explosiva’ en la Explanada de las Mezquitas
En el pasado, los miembros de la fundación musulmana Waqf podían detener la incursión de extremistas judíos. Hoy, en cambio, son arrestados por ello. Para Azzam Al-Khatib, se corre el riesgo de que las tensiones desemboquen “en una guerra religiosa”. Se constata un continuo aumento de incursiones en el área, de fundamentalistas vinculados a movimientos mesiánicos.
Jerusalén (AsiaNews) - En los últimos años, en los hechos, se ha asistido a un “cambio” del status quo que regula el acceso a la Explanada de las Mezquitas (o Monte del Templo, para la religión judía), en la ciudad antigua de Jerusalén. En el pasado, los miembros del Islamic Endowment (o Waqf) -una fundación religiosa controlada por Jordania-, custodios del tercer lugar más sagrado del islam, podían intervenir para impedir “las incursiones y las oraciones de los extremistas judíos” en el lugar. Hoy, en cambio, “ellos arriesgan ser llevados ante un tribunal por esto”.
Quien alarma sobre la situación vigente es Azzam Al-Khatib, el director general de Waqf. Según él, “los israelíes quieren que el lugar santo quede bajo la esfera de su Ministerio de Antigüedades”. Él describe una situación “explosiva”, que podría desembocar “en una guerra religiosa”, cuando lo que “nosotros deseamos en una Jerusalén abierta y en paz”. Sin embargo, en la medida en que crezca “el número de extremistas judíos, habrá más jóvenes musulmanes dispuestos a defender al-Aqsa con todos los medios a su alcance, llegando al sacrificio”.
Según el director, solamente considerando el último mes, 56 miembros de la fundación fueron interrogados por la policía israelí, por distintos motivos. A diez de ellos les aplicaron una medida de prohibición de acceso a los lugares sagrados, cuya duración es variable y va hasta seis meses como máximo, que podrían renovarse ulteriormente.
Estos episodios se suman a los enfrentamientos y hechos de violencia que caracterizan el lugar de culto, en torno al cual se ha reavivado el choque entre judíos y musulmanes por el control. La Explanada confirma ser una fibra sensible entre las dos partes. Muchos palestinos temen -no sin razón- que el status quo sea puesto en tela de juicio, ante las continuas incursiones de los extremistas judíos, que invocan la destrucción de la mezquita para dar lugar a un templo judío.
Algunos empleados que fueron arrestados por la policía israelí habían participado en la reapertura (forzada) de la puerta Dorada en el pasado mes de febrero, un acceso que estaba cerrado desde el 2003. Otros se opusieron al ingreso y a la oración de algunos grupos de judíos mesiánicos, que venían a rezar, respaldados por una escolta policial. Un acto prohibido según el status quo, y que para la contraparte musulmana supera con creces la mera provocación.
Cabe subrayar que el número de este tipo de visitantes, que se presentan fuera de los horarios previstos para los turistas, está en continuo aumento. Según Waqf, en el 2018 hubo cerca de 30.000, cuando por décadas -por expresa prohibición de los mismos rabinos- ningún judío había puesto un pie en la zona. Las circunstancias han cambiado en los últimos 10 años, coincidiendo con el ascenso de un movimiento extremista (judío) -con el aval, cuando no el respaldo abierto, del gobierno de Netanyahu- que mezcla una visión mesiánica, arquitectura y política y tienen en miras la construcción del tercer templo.
Según Ofer Zalzberg, analista del International Crisis Group, el número de arrestos entre el personal del Waqf comenzó a crecer a mediados del 2016, tras el nombramiento de un nuevo jefe de policía en el distrito de Jerusalén. A esto se suma un consenso creciente en el seno de la política: basta con pensar en las declaraciones de la ministra de Cultura (del Likud) Miri Regev, quien manifestó que “pronto, nosotros rezaremos en el Monte del Templo”.
Por su parte, Amán quiere seguir desempeñando el rol de protector de los lugares santos cristianos y musulmanes en la ciudad antigua de Jerusalén. Reafirma la importancia de la solución basada en los dos Estados, para resolver el conflicto palestino; y destaca su negativa a hacer concesiones a los Estados Unidos (y su llamado “plan de paz”, patrocinado por Kushner) frente a esta “línea roja”. Además, las señales que llegan de los EEUU son cada vez más contradictorias: en mayo del 2018, el embajador americano en Israel, David Friedman, sostenedor de las colonias, fue inmortalizado mientras exhibía una vista aérea de Jerusalén con un tercer templo que reemplazaría a la Cúpula de la Roca. Esto es más que un desliz o un simple malentendido, a pesar de que oficialmente, en las horas posteriores se desmintió el episodio.
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