Jerusalem, Cardenal Filoni: en el Santo Sepulcro encontramos el ‘sentido de hacernos peregrinos’
Más de dos años después de su nombramiento, el Gran Maestre de la Orden del Santo Sepulcro hizo su entrada en la tumba vacía de Jesús. La ceremonia debió postergarse varias veces debido a la pandemia. El encuentro con la comunidad local y la visita a Nazaret, Belén y Jordania para inaugurar una iglesia. La misión secular de la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro en Tierra Santa.
Jerusalén (AsiaNews) - En este lugar la gloria de Cristo resucitado "reaparece en la fe del creyente: Dichosos los que creerán sin ver", porque en eso consiste "el sentido de nuestro hacernos peregrinos". Con estas palabras el cardenal y Gran Maestre Fernando Filoni, ex prefecto de Propaganda Fide, hizo su entrada solemne al Santo Sepulcro de Jerusalén el 10 de mayo; una ceremonia pospuesta varias veces en los últimos dos años -el Papa Francisco lo designó el 8 de diciembre de 2019- debido a la emergencia sanitaria vinculada a la pandemia del Covid-19. "Los que viven en Jerusalén -señaló el cardenal- tienen la tarea, yo diría el deber espiritual, de dar testimonio y contarnos el misterio de la gloria de Dios que se manifiesta en Jesús".
La ciudad santa "siempre es un regalo de Dios" y siempre tiene un significado "especial". Parafraseando a san Francisco de Asís, también nosotros "venimos aquí [...] a 'ver y tocar' al Señor, el eco de sus palabras y el lugar donde fue enterrado". Dirigiéndose a los fieles de una tierra atormentada por la violencia y la división, el cardenal Filoni les recordó que son "hijos de esta 'Madre Iglesia'... [a la que le corresponde] la misión del ángel que anima a ver" el lugar donde estaba enterrado Cristo. "Nosotros venimos hoy en el silencio de la fe para abrevar de este pozo de agua viva" y como "peregrinos para descubrir este misterio". "De aquí -exhortó el Gran Maestre- cada caballero y cada dama se llevará consigo, para toda la vida, la memoria de su fe en Cristo resucitado".
El día de su ingreso al Santo Sepulcro, acompañado por el primado latino Pierbattista Pizzaballa, el cardenal Filoni se reunió con el Nuncio Apostólico, los Patriarcas Ortodoxo y Armenio, y el Custodio de Tierra Santa Francisco Patton. Previamente se había reunido con los obispos católicos de la región. Ayer, el cardenal presidió la ceremonia de consagración de la nueva iglesia de San Pablo Apóstol en Jubeiha, cerca de Ammán, cuya construcción fue financiada por damas y caballeros de la Orden. En su homilía recordó que la inauguración de un lugar de culto es siempre un "momento fundamental" en la vida de la comunidad cristiana, símbolo del templo del que los fieles son "piedras vivas". Al final, el Cardenal entregó la túnica al párroco, padre Samer Madanat, como signo del "vínculo y la colaboración" entre la Iglesia local y la Orden. La "peregrinación" a Tierra Santa, que también incluye una escala en Belén y Nazaret, termina mañana 14 de mayo con el regreso a Roma.
La Orden Ecuestre del Santo Sepulcro se remonta a la Primera Cruzada, aunque los primeros documentos oficiales datan de 1336. Desde el siglo XIV la organización forma parte de la Santa Sede. A lo largo de la historia, los papas han aumentado sus privilegios, confiando a los frailes franciscanos la facultad de conferir la dignidad de caballero (investidura) a nobles o figuras públicas que peregrinan a Tierra Santa. Con Pío X, en 1907, el título de Gran Maestre fue confiado al Papa. Está formada por unos 30.000 caballeros y damas repartidos en unos cuarenta países, 60 lugartenencias y una docena de delegaciones magistrales.
La obra abarca tanto el compromiso espiritual como las iniciativas materiales, apoyando económicamente a las Iglesias de Tierra Santa, en primer lugar el Patriarcado Latino, con el que existe un fuerte vínculo (el Patriarca es Gran Prior). Las actividades son coordinadas por el Gran Maestre, asistido por un consejo -el Gran Magisterio- con sede en Roma, que está formado por el gobernador general, tres vicegobernadores y un canciller. Todos ellos tienen funciones específicas que van desde la organización de la estructura hasta la coordinación de las actividades sociales y benéficas. Cada cargo tiene una duración de cuatro años y se puede renovar una sola vez.
El objetivo de sus actividades son las obras para apoyar la "presencia cristiana", coordinando la ayuda que se envía desde todo el mundo al Patriarcado Latino y sus 60 parroquias, cerca de 40 escuelas y más de 150.000 fieles en Israel, Palestina, Chipre y Jordania. Cada año, informa la página oficial de la Orden, se envían más de 10 millones de euros, pero una parte de los recursos se destina a proyectos y actividades en otros territorios "bíblicos" como Egipto o Líbano. Aunque en la práctica se interrumpió durante los dos años de la pandemia, sus miembros tienen la obligación de viajar regularmente a Jerusalén. Como peregrinos, aportan el apoyo práctico y moral de los fieles de todo el mundo y fomentan la cultura del "encuentro y el diálogo" que el pontífice considera tan importante. Por último, los caballeros y damas trabajan en sus respectivas diócesis, actuando como promotores de las directivas del Gran Maestre para responder a las necesidades de los pobres, entre ellas la acogida de refugiados y migrantes.
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