Java, en tan sólo dos semanas fueron ordenados 19 sacerdotes

de Mathias Hariyadi

Ayer, fueron ordenados dos sacerdotes de etnia Batak en Padang; dos días atrás, 8 sacerdotes en la diócesis de Semarang; dos semanas atrás, seis nuevos sacerdotes jesuitas en Kotabaru. Muchos jóvenes reflexionan sobre las motivaciones que sostienen su vida y deciden ingresar a los seminarios. Una situación muy distinta a la de Occidente.

Yakarta (AsiaNews) – Mientras los países europeos sufren una falta de sacerdotes, dado que la vocación religiosa ya no parece resultar atrayente, Indonesia, el Estado musulmán más poblado del mundo, está viviendo una temporada de vocaciones religiosas cristianas. En particular, son muchos los jóvenes que entran en los seminarios. Si bien son pocos los jóvenes que piden entrar en las congregaciones religiosas, el número de las vocaciones es muy alto en los seminarios diocesanos.

Más de 230 seminaristas asisten al Seminario de San Petrus Canisius de Mertoyudan, en Magelang, Java Central, el seminario más antiguo de Indonesia, con 104 años de existencia a sus espaldas. “En el Seminario Marianum, en Probolinggo, Java Oriental, que pertenece a la Diócesis de Malang, los seminaristas son 46”, dice el rector Adam Suncoko a AsiaNews.

Esta realidad queda demostrada por el número de nuevos sacerdotes ordenados en Indonesia en las últimas dos semanas. Anoche, en la diócesis de Padang, provincia de Sumatra occidental, el obispo Martinus D. Situmorang ordenó a Wolfram Ignatius Nadeak y a Prian Saut Doni Dongan Malau, como sacerdotes diocesanos locales. Ambos son de etnia Batak.

Dos días atrás, en Yogyakarta, en la diócesis de Semarang, el arzobispo Robertus Rubiyatmoko ordenó a ocho sacerdotes en la capilla de San Pablo, del Seminario Mayor de Kentungan. Hace dos semanas, seis nuevos sacerdotes jesuitas fueron ordenados por Mons. Rubiyatmoko, que había sido consagrado obispo pocos meses antes. La ordenación sacerdotal en la iglesia católica de San Antonio de Padua, en Kotabaru, contó con la presencia del superior general de los jesuitas, Arturo Sosa Abascal, además de su asistente general para Asia-Pacífico, el Pbro. Danny Huang SJ.

En su homilía, el superior, el padre Abascal, invitó a los seis nuevos sacerdotes a tener el coraje de “entrar en lo profundo”. "Entrar en lo profundo no es una experiencia que se da en un instante, sino que requiere un montón de energía, un trabajo duro y es un proceso que está destinado a durar toda la vida. A fin de que cada uno de ustedes sea llamado a volverse compañero de Cristo para la reconciliación y la justicia”.

Al hablar con AsiaNews acerca de la ordenación sacerdotal de hace dos días en el Seminario Mayor de San Pablo, el rector, Pbro. Joseph Kristanto Suratman explicó que muchas motivaciones “fundamentales” se están convirtiendo en la razón “obvia” por la cual los jóvenes son “impulsados” espiritualmente a responder a su vocación religiosa.

A diferencia de otros seminaristas que se unen a la diócesis local o a congregaciones religiosas, Martinus Sutomo Pr ha recorrido un camino más tortuoso para responder a su vocación. “Crecí en una familia católica que debía vérselas con una situación económica delicada. Soy el primogénito en una familia con tres hermanas más jóvenes. Cuando terminé la escuela superior, decidí buscar un trabajo que me permitiera ayudar a mis padres para que mis tres hermanas pudiesen estudiar”, escribe este sacerdote diocesano a AsiaNews.

Su inscripción en el Seminario Mayor de Mertoyudan fue rechazada y por eso continuó viviendo embarcado en sus actividades, pasando a desempeñarse como titular de un cibercafé, para poder juntar los fondos necesarios para su familia, en el barrio Bayat de Klaten Regency, en Java central. "Mi primer contacto con Dios se produjo cuando me sentí interpelado por una frase que arrojó un ex docente de la escuela primaria. Me preguntó quién querría ser a futuro”. El mismo docente le planteó la posibilidad de que estuviese llamado a ser sacerdote.

Cuando ya se había embarcado en una vida privada como joven empresario de un cibercafé, ese episodio volvió a su mente una y otra vez, suscitando en él un deseo de infinito. Hasta que finalmente pidió entrar en el seminario diocesano de la diócesis de Semarang.

Junto a sus siete compañeros, que acaban de ser ordenados, y después de siete años de formación, el padre Sutomo ahora afirma: “He experimentado que Dios no me deja nunca, y que me acompaña siempre en mi vida”.

Una semana atrás, en la iglesia católica de la Sagrada Familia de Banteng, en Yogyakarta, Samarinda Yustinus Harjosusanto de la provincia de Kalimantan Oriental ordenó a tres nuevos sacerdotes. Dos sacerdotes son indonesios locales de Java, mientras que el Pbro. David Ravaoavy Samianagnandaza proviene del Madagascar, en África. Unos días antes de su ordenación, hablando con AsiaNews, el padre David explicó que está feliz de haber tenido [la posibilidad] de trabajar algunos años en Kalimantan y Java, para entrar en contacto con los indonesios católicos. Lo más interesante para él en cuanto a Indonesia, dijo, es el hecho de que “esta nación se caracteriza por una sociedad pluralista en cuanto a etnia, lenguas, culturas, valores sociales, religión” se refiere. “Estoy realmente feliz de experimentar esta situación única en Indonesia”, agregó.

El padre David completó sus estudios de Filosofía y Teología en Madagascar, pero fue enviado a Indonesia como parte del programa de intercambio de MSF (Misioneros de la Sagrada Familia) International para brindar la oportunidad de un intercambio de experiencias entre las obras en Madagascar y viceversa. Pasó casi dos años en Samarinda, en la provincia oriental de Kalimantan, como parte su misión pastoral, y más tarde estuvo en Semarang, la capital de Java central, para su año de diaconado. A su ordenación, en Yogyakarta, no pudo asistir ningún miembro de la familia, pero algunos padres “adoptivos” indonesios lo acompañaron durante su camino.