Japón, el asesinato de Kenji Goto desata la islamofobia en el país
Tokio (AsiaNews) - La atroz decapitación del reportero japones cristiano Kenji Goto Jogo a manos de los terroristas del Estado islámico ha desencadenado una ola de islamofobía en el Sol Levante. Dos mezquitas de la prefectura de Aichi están recibiendo en estos días una avalancha de llamadas telefónicas y correos amenazantes que definen al Islam "basura de la humanidad" y se anuncian venganzas por la muerte del connacional. Los lugares de culto no han hecho aún ninguna denuncia contra personas desconocidas pero piden la solidaridad de la población.
En los últimos meses los fundamentalistas del Estado islámico en Irak y Siria han capturado dos ciudadanos japoneses, Kenji Goto Jogo y Haruna Yukawa. El primero era un periodista, contratado para documentar los horrores de la guerra y en defensa de los niños; del segundo no se tiene muchas noticias pero parece que estaba en Medio Oriente para unirse a las milicias en guerra contra el líder sirio Assad.
Después de haber pedido en primer lugar 200 millones de dólares por la liberación de los rehenes, los terroristas del Estado islámico han asesinado primero al segundo prisionero japonés -Haruna Yukawa - y después han modificado sus demandas. En cambio de la vida de Goto han pedido la liberación de la iraquí Sajida al-Rishawi; la mujer había hecho explotar en Jordania el 9 de noviembre de 2005 en Amman, atentado en que murieron 60 personas, y al momento de las demandas recluida en la cárcel del reino.
Junto a Kenji Goto era prisionero del grupo también el teniente jordano de aviación Muath al-Kassesbeh. El primero de febrero de 2015 los terroristas han mostrado un video con la decapitación del reportero cristiano. Dos días después han publicado un video con la atroz muerte del militar jordano, quemado vivo en una jaula de hierro. Al día siguiente Amman ha respondido enviando a la muerte a la terrorista iraquí y el prisionero Ziad al-Karboli, un miembro de al-Qaeda, condenado en el 2007 por matar un jordano.
Esta serie de horrores provoco también una respuesta militar durísima por parte d Jordania, empeñada a esta hora en una serie de bombardeos contra las posiciones d los terroristas en Irak y Siria, y desencadenado la indignación de la población japonesa. En los mensajes de amenaza contra la comunidad musulmana, los anónimos escriben: "los musulmanes son enemigos del Japón", "el islam es la basura de la humanidad", "los mataremos a todos". Abdul Wahab Qureshi, portavoz de la mezquita Nagoya, dice "somos totalmente diferentes del grupo terrorista. Espero que la población no se equivoque y no nos confunda con ellos".
Los japoneses son cerca de 127 millones de los cuales el 83,9% son de fe shintoista y el 71,4% siguen el budismo (las dos religiones parecen coincidir, siendo ambas más una filosofía que un propio culto); los cristianos son cerca del 2%, la mayor parte protestantes. Los musulmanes, finalmente, son cerca de 100.000, con otros 70.000 adherentes a diversas nacionalidades. Las mezquitas son ceca de 35, pero en el territorio existen otros 100 lugares de culto en instalaciones de estructura tradicional.
La presencia histórica de los musulmanes en el Sol Levante es muy reciente puesto que parte del siglo XVIII, pero la comunidad se ha distinguido por la lealtad, juzgada a veces excesiva, con el emperador y el país. Durante el período de la ocupación japonesa en Asia, los musulmanes se han alistado en masa, ofreciéndose como "traductores y puentes culturales" hacia las comunidades islámicas de los diversos países sometidos a Tokio.