JMJ en Cracovia "un puente de amor y cercanía a los católicos chinos"

de Vincenzo Faccioli Pintozzi

Una pequeña delegación "informal" de Taiwán está en Polonia para reunirse con los fieles de la China continental: "Para nosotros es muy difícil verlos o hablarles durante nuestra vida normal. Pero queremos utilizar la JMJ para hacerles sentir nuestro amor y nuestro apoyo". Teresa Wang, de la catedral del Rosario en Kaohsiung, querría trabajar con personas con discapacidad en el continente: "Pero las tensiones entre Beijing y Taipei hacen imposibles estos intercambios". Una apelación a los obispos de todo el mundo: "No se olviden de la libertad religiosa en Asia".

Cracovia (AsiaNews) - Una pequeña delegación de once jóvenes taiwaneses, arribó después de 42 horas de un viaje “agotador”, se encuentra en Cracovia para durante aproximadamente una semana transformar la XXXI Jornada mundial de la Juventud en un puente de amor y cercanía a los católicos de China continental . Lo dice a AsiaNews Teresa Wang, joven muy activa en la catedral del Rosario en Kaohsiung, enfatiza: "A lo largo del año es muy difícil para nosotros hacer sentir nuestro amor y nuestro apoyo a estos hermanos. Por eso estamos aquí: para abrazar al Papa Francisco y nuestros colegas en todo el mundo, con un ojo especial para los católicos continentales".

El pontífice llegará a la "capital cultural" en dos días, el miércoles 27 de julio. El primer día estará dedicado a las reuniones oficiales con las autoridades políticas, y con los obispos de Polonia, en el castillo de Wawel. Justo bajo el Wawel, la sede episcopal de Cracovia, ayer por la tarde el cardenal Stanislao Dziwisz ha querido reunirse con los obispos en la ciudad antes de la llegada del Papa: jóvenes taiwaneses se han presentado a la cita para saludar a aquellos con los que se cruzaban, y les pedían orar por la China continental y la libertad religiosa en Asia .

John, otro miembro de la delegación, dijo a AsiaNews: "Muchas veces nos gustaría oír palabras más decididas de prelados católicos sobre la situación en nuestro continente. Entendemos que hay muchas realidades más allá de la nuestra propia, por lo que no los juzgamos. Pero queríamos recordarles que hay un montón de chicos que no pueden venir aquí no por razones económicas o de tiempo, sino por una persecución moderna". John no sólo se refiere a Beijing: "Pienso en los muchachos de Vietnam, Camboya y los de nuestros hermanos en el Oriente Medio. Vamos a rezar mucho por ellos".

Teresa Wang conoce la situación en el sudeste asiático: trabajó como voluntaria en un centro para personas con discapacidad en Camboya, y ahora quiere hacer lo mismo en la China continental. La suya, dice, "es una vocación. Quiero hacerme útil a los que sufren, y sé que al otro lado del mar, en frente de mi casa hay muchos niños a los que podría ayudar. Pero las tensiones políticas entre Beijing y Taipei hacen este deseo casi imposible".

En esto, la JMJ "podría y debería ser decisiva. Sé que es imposible pensar que los líderes chinos y los taiwaneses vengan a Cracovia. Pero creo, tal vez ingenuamente, que tal vez entre los jóvenes que están aquí ahora estarán los líderes del mundo del mañana. Y es por eso que queremos conocer chicos de la China continental para decirles que somos hermanos, y que el mundo podemos cambiarlo juntos a pesar de que somos muy jóvenes".

El mismo John quiere estudiar ciencias políticas en los Estados Unidos: "Pero después de la graduación quiero regresar a Taiwan, no como tantos otros que en el pasado han estudiado en el extranjero y luego permanecieron allí. Realmente creo que debemos tomar acción en nuestras propias sociedades: y querría hacer política para llevar los valores cristianos a nuestra sociedad. Como dijo el Papa, son los laicos quienes deben comprometerse a cambiar las cosas. Y nuestro nuevo vicepresidente [católico, ndr] es un gran ejemplo de este punto de vista. Espero poder seguir sus pasos".