Israel ofrece recompensas a los civiles que expulsen a los emigrantes

Ofrecen puestos de trabajo y beneficios económicos. Muchos tendrán la tarea de indagar a los refugiados y a sus empleadores. La UNHCR pide que se de marcha atrás.

Jerusalén (AsiaNews/Agencias)- Las autoridades israelíes, pagarán “bonos” de hasta 30.000 sheqel (unos 7.300 euros) a los civiles dispuestos a contribuir para lograr la expulsión de los emigrantes que se han refugiado en el país. Es cuanto reporta un comunicado publicado en estos días por el gobierno israelí, en el cual se anuncia la contratación de 100 inspectores y 40 investigadores a ser utilizados en la campaña de deportación anunciada a principios de este mes.

El primero de enero, las autoridades advirtieron a las decenas de miles de personas que piden asilo, en su gran mayoría eritreos y sudaneses: si antes de abril no dejan el país “voluntariamente” serán encarcelados por tiempo indeterminado.

En Israel hay unos 35.000 ciudadanos eritreos y sudaneses y con ellos unos 5.000 niños nacidos en el país. La mayor parte tiene visas temporarias que deben ser renovadas cada 3 meses. Las autoridades israelíes los consideran “infiltrados” y emigrantes económicos y han tratado de expulsarlos desde que comenzaron a llegar, en el año 2006. En los últimos 2 años, Israel presionó para que los que piden asilo abandonen el país y se dirijan a un “tercer país”, en general Uganda y Ruanda.

El nuevo personal para expulsar a los prófugos recibirá una “paga apropiada” además de importantes “bonos” por una suma máxima de 30.000 sheqel. Un año de trabajo será recompensado con un “bono” de 20 shekqel (unos 4.870 euros).

A partir de marzo, los “inspectores” trabajarán por 2 años dentro del territorio de Tel Aviv. De éstos, 30 se ocuparán de aspectos burocráticos relativos al programa de repatriación voluntaria, mientras que los restantes tendrán la tarea de “aplicar las leyes contra los que piden asilo y contra sus empleadores”, buscándolos e investigando sus historias. Para proponerse para el rol es necesario haber obtenido un diploma secundario y será considerado un “plus” la experiencia en el combate.

Los 40 “investigadores estarán trabajando en la unidad para la determinación del status de refugiado, en el ministerio del Interior, en el sur de Tel Aviv. Su tarea será verificar la situación política en el país de origen del solicitante de asilo y evaluar el riesgo de vida que esta persona ha corrido en el pasado. Por el momento sólo un decena de solicitantes de asilo han obtenido el status de refugiados.

La campaña de Israel contra los solicitantes de asilo preocupa a la agencia para los refugiados de la ONU, que ayer hizo un pedido a las autoridades israelíes para que abandonen el proyecto. “En un momento en el cual la UNHCR y las agencias socias están comprometidos en evacuaciones de emergencia de Libia -afirma la declaración- la recolocación forzada en países que no garantizan una efectiva protección y los sucesivos desplazamientos de estas personas hacia Libia y Europa son particularmente preocupantes”.

La agencia reporta al menos 80 casos de migrantes que “no teniendo otra elección, han viajado por centenares de Km a través de zonas de conflictos en el Sur de Sudán, en Sudán o en Libia después de la recolocación por parte de Israel”. Los casos se refieren a hombres adultos, entrevistados entre noviembre de 2015 y diciembre de 2017 por el equipo UNHCR de Roma. Sus familias aún se encuentran en Israel, donde llegaron sufriendo “abusos, torturas y represalias antes de arriesgar nuevamente la vida, atravesando el Mediterráneo para llegar a Italia”.

Por lo que refiere la UNHCR hay “unos 27.00 eritreos y 7.700 sudaneses en Israel”. “Desde que, en 2009, Israel asumió la responsabilidad directa de determinar el status de refugiado”, sólo una decena fueron reconocidos como tales; a 200 sudaneses de Darfur se les ha reconocido “el status humanitario”, un nivel de tutela inferior.