Israel, Bendkowsky: reforma contraria a la justicia, pero despertó a la 'mayoría dormida'
Hana Bendcowsky, del Centro Rossing, ataca a los "políticos extremistas" con "antecedentes penales" que trastornan la naturaleza del Estado. Se quiere convertir a la Corte Suprema en un "chupatintas" del Ejecutivo. La reacción de los que luchan por los valores liberales y el futuro es positiva. Los haredim parecen haber abrazado a la derecha radical. Para los extremistas, mayor libertad de atacar; las minorías, en peligro; los ataques a los cristianos "se subestiman".
Milán (AsiaNews) - Un gobierno controlado por "políticos extremistas", algunos de los cuales tienen "antecedentes penales" que corren el riesgo de trastornar la "naturaleza democrática" del país con esta ley que ha tenido el mérito, al menos, de despertar a "una gran mayoría hasta ahora dormida" que salió a la calle a "protestar". Hana Bendcowsky, experta israelí en diálogo interreligioso, responsable de los programas del Centro de Jerusalén para las Relaciones Judeo-Cristianas y figura destacada del Centro Rossing para la Educación y el Diálogo, rechaza la controvertida reforma de la justicia y a sus promotores. Una ley que pretende el primer ministro Benjamín Netanyahu y que cuenta con el firme apoyo del ala radical y religiosa, en primer lugar del ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, que se opone a la decisión de congelar el proceso de aprobación hasta después de Pascua. Y quien, en cambio, obtuvo el visto bueno y dinero para formar una especie de "milicia personal" (una Guardia Civil) con tareas aún por definir, pero que ya genera inquietud. "La mayoría está preocupada por las consecuencias de convertir a la Corte Suprema en un mero chupatintas del Ejecutivo", continuó. Y al comentar los ataques contra las minorías, especialmente los cristianos que se preparan para celebrar la Pascua, la experta habla de "subestimación", debida también a "la atmósfera general" y a las políticas gubernamentales que dan libertad "a estos grupos". A continuación, la entrevista de la activista y experta israelí con AsiaNews:
Se abrió una profunda crisis entre el gobierno y un amplio y variado sector del país en torno a la reforma. ¿Qué opina de la situación actual?
Veo dos elementos preponderantes: el primero es el intento de revolución que el gobierno ha intentado poner en marcha para debilitar a la Corte Suprema y la supervisión crítica del trabajo del Parlamento y el ejecutivo (que ahora son uno y lo mismo). Esto termina otorgándole poderes ilimitados a un parlamento controlado por el gobierno, con los consiguientes riesgos y amenazas para todo lo que no esté contenido en la agenda de este gobierno, desde los derechos humanos hasta los derechos de las minorías. A esto hay que añadir el hecho de que estamos hablando de un ejecutivo controlado por políticos extremistas, algunos de ellos con antecedentes penales, nacionalistas que intentaron distorsionar su naturaleza democrática. Con arrogancia y desprecio por la vida civilizada, quieren convertir el Estado en lo que ellos desean, y sin tener que pagar las consecuencias. Al mismo tiempo, me asombró que despertara una mayoría hasta ahora "dormida", que salió a la calle a protestar. Gente que se preocupa por la naturaleza democrática del Estado, por los valores liberales, por el futuro de la sociedad.
¿Existe también un enfrentamiento entre un espíritu religioso y otro laico?
En el mundo judío no se puede hablar de religiosos y laicos, sino que es mejor definir el discurso hablando de judíos practicantes y no practicantes. En este caso concreto, hay judíos religiosos (practicantes) que ven la realidad, la política y el Estado a través de los ojos de la fe. Además, creo que es más correcto hablar de enfrentamientos entre liberales que ven la democracia como un elemento valioso que debe mantenerse para una sociedad sana, en la que la agenda de una mayoría puede avanzar mientras se protegen los derechos de las minorías; y otro grupo de personas que tienen una visión mucho más estrecha de la democracia, en la que prevalece el gobierno de la mayoría aunque esa supuesta mayoría sea en realidad una escasa minoría en el país.
¿Cómo se compone la galaxia tan heterogénea que ha salido a la calle en las últimas semanas contra la reforma? ¿Tiene fuerza a nivel electoral?
Creo que esta protesta es un caso único porque reúne a grupos muy diferentes preocupados por el futuro democrático del Estado. Ni siquiera sé si podemos hablar de colaboración entre grupos diferentes con objetivos diferentes o de preocupaciones comunes y compartidas que empujan a la calle realidades diferentes. Grupos que ven en la ocupación todos los males de nuestra sociedad. Activistas de derechos humanos, feministas, grupos a favor de los derechos de los homosexuales. Muchos también ven con preocupación la pérdida de control del gobierno sobre los movimientos extremistas y radicales que existen en su interior, otros se manifiestan contra Netanyahu que está en pleno juicio y por esta razón no podría dirigir el país. Sobre todo, a la gran mayoría le preocupan las consecuencias de que la Corte Suprema -el órgano responsable de equilibrar funciones y poderes con el ejecutivo y el legislativo- se convierta en un simple chupatintas del ejecutivo.
¿Existe una conexión real entre el destino personal de Netanyahu y la batalla sobre la justicia? Y lo que es más importante, ¿Israel necesita realmente reformar el poder judicial y reequilibrar los poderes?
Lo que es seguro es que Netanyahu está siendo juzgado y que intenta hacer todo lo posible para mantenerse en el poder y no ir a la cárcel, por lo que se rodea de hombres débiles, "yes man" que no tienen ni idea de cómo gobernar una nación, pero que saben cómo ganarse el favor del líder. Hoy [el primer ministro] depende de partidos extremistas, religiosos, ultraortodoxos, nacionalistas y de políticos irresponsables que gobiernan desde la sombra [del ejecutivo]. No creo que sea un problema de funcionamiento del poder judicial, y la Corte Suprema debe tener entre sus funciones la de revisar las acciones del gobierno. Los mismos jueces supremos no son tan activos cuando se trata de los derechos humanos, en particular de los palestinos. Sé que un amplio sector de la población cree que es necesario un cambio, aún entre los liberales, incluso hasta los que participaron en las protestas, pero el cambio no puede ser tan rápido, extenderse tan lejos y convertirse en fuente de controversia.
Algunos comentaristas creen que unas pocas concesiones de peso a los haredim bastarían para romper la alianza: fondos para las escuelas y exención del servicio militar. ¿Considera que esto es plausible?
Durante mucho tiempo, los partidos ultraortodoxos se han alineado con la derecha radical, y en algunos casos y en ciertos temas han adoptado posiciones aún más radicales, como para poner en peligro cualquier posible alianza con el otro lado del espectro. Por supuesto, está la cuestión de los fondos especiales y la exención del servicio militar obligatorio, pero no es sólo eso. Después de todos los años en los que los partidos ultraortodoxos mantuvieron una posición equidistante respecto a la derecha y la izquierda, parece que en el último periodo ya tomaron una posición.
El poder del primer ministro dura ya veinte años: ¿es la crisis espejo e hija de su forma de gobernar o hay algo más profundo? Desde fuera parece tocar el alma misma de la nación...
Algunos de estos desafíos han acompañado a la sociedad y al Estado de Israel desde su creación y, de vez en cuando, los nudos vuelven a apretar. Son muchas las crisis que se vivieron y que, en mi opinión, están relacionadas con la ocupación de Cisjordania y el control militar de una población civil. Todo ello mientras se mantiene un statu quo que ahora es imposible, sin una visión que pueda garantizar realmente una solución al conflicto palestino israelí. Esto conduce a una creciente polarización de la sociedad y da lugar a una elección tras otra [Israel ha celebrado cinco en menos de tres años], sin un resultado claro y sin un gobierno estable.
El ex presidente Reuven Rivlin afirma que ya no es hora de compromisos y que el Estado debe reconstruirse desde cero. ¿Está en juego la idea misma de nación?
No lo sé. Pero también estoy convencida de que la crisis actual es muy profunda y es difícil hablar ahora de diálogo. Espero que, desde el punto de vista jurídico, el próximo paso que dé Israel vaya en la dirección de redactar y aprobar una Constitución lo antes posible.
Las minorías también podrían pagar un alto precio, como demuestra la escalada de ataques contra los cristianos. ¿Existe un peligro real o se trata de incidentes aislados?
Uno de los deberes del Estado es proteger a las minorías y, si no lo hace, se convierte en tarea de la Corte Suprema poner un alto al ejecutivo y protegerlas. Creo que los palestinos de Israel y Cisjordania están sintiendo el deterioro de la situación. En los últimos meses, los extremistas sienten que tienen más apoyo para atacar (como puede verse en Hawara o al sur de Hebrón). Es difícil decir si el aumento de los ataques contra los cristianos es consecuencia de la nueva situación del país, pero sin duda se subestiman estos ataques, un problema en el que en el Rossing Centre estamos trabajando seriamente. No cabe duda de que el ambiente general otorga más libertad a estos grupos [radicales]. Hemos puesto en marcha un proyecto y estamos en contacto con iglesias y ONG para recabar información y apoyo, para identificar viejos y nuevos problemas, para detectar nuevos retos y saber cómo afrontarlos.
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26/09/2023 13:04